martes, 19 de abril de 2011

Aclaración sobre la posición teológica en Sursum Corda

Aclaración sobre la posición teológica en Sursum Corda:
"En varias oportunidades se me pidió que aclarara mi “posición” teológica. En si esta pregunta es demasiado amplia y en una comentario reciente aclaré que soy agustiniano y no tomista, pero es evidente que quien me preguntaba, un señor de nombre Raúl y aparentemente amigo de la Fundación San Vicente Ferrer se refería a mi posición sobre la cuestión del Papa. ¿Es menester aclarar lo que yo opino sobre Ratzinger? Creo que quien visita este Blog con cierta frecuencia conoce mi postura y huelga tener que volver al tema. El problema del Papa es algo importante, porque el Papa no es nada menos que el Vicario de Cristo, en esto coincidimos todos. Ahora bien, si Ratzinger y sus predecesores fueron o no herejes públicos y manifiestos es algo que no puede escapar a quien quiera hacer un estudio serio del caso. Las pruebas de que Juan XIII fue un masón o un hereje a decir verdad no parecen tan contundentes y se basan en teorías de tipo conspirativo. Nada para que se los declare de manera formal, pero suficiente como para rechazar su magisterio. Quien lee la encíclica Pacem in terris no puede negar que en ella se siente y vibra el liberalismo. Allí Roncalli parece estar enseñando en contra del magisterio previo de la Iglesia. Se trató, sin dudas de una advertencia de lo que vendría: el “espíritu” del Concilio. También se dice que Roncalli trató en sus últimos momentos de vida de detener el Concilio. Hay muchos testimonios de que se habría convertido en un ferviente católico y que sabía lo que vendría… pero son especulaciones. Personalmente las considero eso, especulaciones. Diferente es el caso de Pablo VI, cuando el promulgó la primer constitución “dogmática” del Concilio Vaticano II puso su firma a un texto herético, el llevo adelante el Concilio, aprobó todo lo que de allí salió, persiguió y arrinconó a quien no quisiera acompañarlo en “la primavera de la Iglesia”. ¿Era Pablo VI un hereje y un cismático o solo un liberal? Yo personalmente creo que era mucho mas que un liberal, un verdadero modernista, Juan Pablo II fue mucho más allá de él, pero ya caer en los divagues de David Bawden (hoy antipapa Miguel I) y Theresa S. Benss sobre que se trataba de la Bestia descripta en el Apocalipsis me parece un poco exagerado (con todo mi respeto por la señora a quien estimo mucho). ¿Qué hacer? En primer lugar todos sabemos que por lo menos desde Pablo VI hasta hoy la Santa Sede estuvo ocupada por modernistas. Las consecuencias son evidentes: la crisis de la Iglesia, el dolor de los fieles, la persecución de aquellos que se apegan a la verdad. Empero ¿Qué hacer? ¿Nos reunimos y elegimos a un Papa? Supongamos que un grupo de obispos se reúne, por caso en Argentina donde el tipo de cambio sería de ayuda para que vengan clérigos de Europa y USA. ¿Quiénes participarían del conclave? Obviamente que de la mitad de los sedevacantistas, solo un grupito. Por un lado tenemos los sedevacantistas que siguen la tesis de Monseñor Des Lauriers, hoy en día capitaneados por Monseñor Sanborn y el Instituto Mater Dei. Ellos quedarían fuera; luego tenemos a los totalistas, estos serían los más probables de particiapar… pero aquí vendrían nuevas disputas. Yo creo, con el perdón de mis amigos conclavistas que abría una agria disputa sobre quienes pueden y no participar. Algunos diran que solo los obispos Tuhc, otros que los que tengan linaje de Duarte Costa y habrá algun sedevacantista que provenga de los veterocatólicos que reclame derecho a votar. ¿Quién dirá “tu si, tu no?”. Además ¿Qué garantías hay de que no surja un cisma entre los electores y que en ves de uno tengamos a dos otros antipapas? ¿Alguien pensó en convocar además a todos los que actualmente reclaman el Solio Pontificio desde el exilio? ¿Alguien pensó en la inmensa cantidad de obispos ex-palmarianos avenidos en tradicionalistas? Como ven, amigos, es muy difícil esto de un conclave. No es como hacer un asado. No, es mas complicado ¡Mucho más complicado! ¿Se imagina alguien a Monseñor Pivarunas, Monseñor Squettino o Monseñor Morello todos juntos en la misma mesa? ¿Alguno de ellos pensará en circular la invitación a Monseñor Tayllor? ¿Y Monseñor Korab? Digo… la división es muy grande. El sedevacantismo corre el riesgo a las mini-iglesias, al capillismo y sectarismo que muchas veces denunciamos aquí. Una evidencia de ello es el reciente comentario de un visitante haciendo propaganda de unos videos de los Hermanos Dimond. Ellos acusan de herejes a todos. Bien, eso es algo con lo que tenemos que terminar, no mañana, no dentro de un mes, sino ahora mismo. Es menester tener un programa común de acción. Yo en este Blog, hace ya un tiempo propuse uno con los siguientes puntos y quisiera explicar algunos:
I. Cesar con la irresponsable consagración de obispos. Hoy en día existe una gran cantidad de obispos sedevacantistas, demasiados. Esto atenta contra la unidad del movimiento y genera camarillas y sectarismos. Un obispo por comunidad es una mala idea, así actúan los veterocatólicos. Si hay menos obispos, estos podrán asistir a diferentes comunidades y no se formarán “jurisdicciones”.
II. Evaluar correcta y fielmente los candidatos al sacerdocio, regularizando y normalizando los planes de estudios en los seminarios. Todos deben tener planes de estudios similares. Es preferible abandonar ciertos modelos que han fracasado como los intentos de revitalizar a los Jesuitas. Hoy en día instruir a un seminatista sobre la concausalidad es pueril, aunque la verdad no se si los jesuitas sedevacantistas que andan dando vuelta por el mundo realmente pueden mantener una disputa sobre la Gracia. Tal vez incluso el seminario deba ser reconsiderado como lugar de formación, tal vez las universidades y estudios privados, recordemos que los seminarios son algo nuevo. Pero si vamos a seguir con esta estructura para educar a nuestro clero, pues que se normalicen los planes.
III. Los Obispos tienen que aceptar a candidatos competentes, aún cuando estos no sean de sus propias “Sociedades religiosas”, “ordenes” o “fraternidades”. Sin palabras.
IV. Unificar litúrgicamente a los sacerdotes y obispos. Las facciones que actualmente usan el Misal de Juan XXIII conviene que pasen a utilizar el de San Pío X, que saben no contiene ningún error, duda, o reserva de ninguna especie. Todos dicen reconocer los “errores” del Misal de Juan XIII. Pasemos a usar el de San Pio X y ya.
V. Para la disciplina es menester que los sacerdotes, obispos y religiosos se atengan a las normas de la Iglesia: el Concilio de Trento, el Código de Derecho Canónico de 1917, y las demás tradiciones y reglas que fueron prescriptas hasta la muerte de Pío XII. Sin palabras. Basta de extrañas constituciones propias.
VI. Deben evitarse las cuestiones teológicas especulativas que impliquen declaraciones expresas de la Máxima autoridad, que todos los tradicionalistas sabemos ahora dudosa. Esto para los que andan con disputas sobre el bautismo de deseo o de sangre. Todos sabemos que si no hay bautismo de agua estamos fritos. Lo demás que sea definido por un futuro Papa o Conclave, y quede hasta tanto al nivel de las especulaciones teológicas. Si quieren abrimos en Sursum Corda algún espacio especial para este tema o escribimos un libro en conjunto. Yo pongo la edición.
VII. Evitar la creación de organismos que impliquen el poder de jurisdicción, cuando actualmente ningún obispo ni sacerdote posee hoy jurisdicción que no sea la supletoria. Esto va para todos. Este programa de siete puntos como se ve sirve para todos los que forman parte de la Resistencia Católica, FSSPXs o Sedevacantistas. Pero volviendo a la pregunta, mi posición es clara, es la católica romana.
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