domingo, 31 de octubre de 2010

Hace diez años Juan Pablo II proclamaba a santo Tomás Moro Patrono de los gobernantes y de los políticos

Hace diez años Juan Pablo II proclamaba a santo Tomás Moro Patrono de los gobernantes y de los políticos

Hace diez años Juan Pablo II proclamaba a santo Tomás Moro Patrono de los gobernantes y de los políticos

Domingo, 31 oct (RV).- Este 31 de octubre se cumplen diez años de la proclamación, por parte del Siervo de Dios Juan Pablo II, de santo Tomás Moro como Patrono de los gobernantes y de los políticos.

En efecto, en aquella oportunidad, mediante una carta apostólica en forma de Motu Proprio, el Papa Wojtyla proclamaba a este gran estadista y pensador católico inglés patrono de los gobernantes y de los políticos. “De la vida y del martirio de santo Tomás Moro –escribía– surge un mensaje que atraviesa los siglos y habla a los hombres de todos los tiempos de la dignidad inalienable de la conciencia, en la que –como recuerda el Concilio Vaticano II– reside “el núcleo más secreto y el sagrario del hombre, en el que está solo con Dios, cuya voz resuena en lo más íntimo de ella” (Gaudium et spes, 16).

Juan Pablo II escribía asimismo en este Motu Proprio que “cuando el hombre y la mujer escuchan la llamada de la verdad, entonces la conciencia orienta con seguridad sus actos hacia el bien. Precisamente por el testimonio, dado hasta la efusión de la sangre, de la primacía de la verdad sobre el poder, santo Tomás Moro es venerado como ejemplo imperecedero de coherencia moral. Y también fuera de la Iglesia, especialmente entre quienes están llamados a guiar los destinos de los pueblos, su figura es reconocida como fuente de inspiración para una política que se plantee como fin supremo el servicio a la persona humana”.

Recordamos a nuestros oyentes que Tomás Moro vivió una extraordinaria carrera política en su país –tal como afirmaba Juan Pablo II–. Había nacido en Londres en 1478 en el seno de una respetable familia, y desde joven estuvo al servicio del Arzobispo de Canterbury, Juan Morton, Canciller del Reino. Estudió leyes en Oxford y en Londres, ampliando sus intereses sectores de la cultura como la teología y la literatura clásica. Aprendió el griego y entró en relación de amistad con importantes protagonistas de la cultura renacentista, entre los cuales con Erasmo de Rotterdam.

Su sensibilidad religiosa lo llevó a la búsqueda de la virtud a través de una asidua práctica ascética. En una palabra: “En la defensa de los derechos de la conciencia el ejemplo de Tomás Moro brilló con luz intensa. Se puede decir –escribía Juan Pablo II– que él vivió de modo singular el valor de una conciencia moral que es ‘testimonio de Dios mismo, cuya voz y cuyo juicio penetran en lo íntimo del hombre hasta las raíces de su alma" –tal como lo afirma en su encíclica Veritatis splendor, (58) – si bien, por lo que concierne a la acción contra los heréticos, sufrió los límites de la cultura de su tiempo”.

Estados Unidos ahora quiere que los genes no sean patentables

Estados Unidos ahora quiere que los genes no sean patentables

Estados Unidos ahora quiere que los genes no sean patentables

(cc) Benjah-bmm27

Para nadie debe resultar una sorpresa el hecho de que en Estados Unidos es posible patentar cualquier cosa, convirtiendo a esta en una importante fuente de ingresos para los bufetes de abogados y a compañías que se dedican exclusivamente a eso, vale decir, a patentar todo aquello que les parezca digno de ser patentado.

Tal vez por esta razón resulta algo sorprendente la noticia de que el Departamento de Justicia de Estados Unidos, haya presentado un escrito en donde señala que los genes no deberían ser patentables. Lo anterior en relación a un caso que involucra a dos genes humanos relacionados con el cáncer de mama y ovarios.

Según algunas estimaciones actualmente un 20% de los genes humanos se encuentran registrados por la Oficina de Patentes y Marcas, por lo que el cambio de estrategia del gobierno de Estados Unidos podría significar un importante avance para las organizaciones que se oponen a las patentes de genes, pero que ya ha comenzado a generar un cierto temor en la industria farmacéutica y de biotecnología.

Estas últimas señalan que dichas patentes son vitales para el desarrollo de nuevas pruebas de diagnóstico, drogas y el emergente campo de la medicina personalizada (los medicamentos son diseñados para cada paciente según su información genética).

Tal vez la idea al interior del gobierno de Estados Unidos es generar un debate serio respecto a este tema, de manera de revertir décadas de retraso en comparación con otras naciones que ya cuentan con políticas claras en torno al tema de las patentes.

Link: U.S. Says Genes Should Not Be Eligible for Patents (NYTimes)

miércoles, 27 de octubre de 2010

Provea exige al Ministerio Público cesar la discriminación en el caso Masacre de El Amparo

Provea exige al Ministerio Público cesar la discriminación en el caso Masacre de El Amparo

CUANDO SE CUMPLEN 22 AÑOS DEL SUCESO

(Caracas, 27.10.10) Este 29 de octubre se cumplen 22 años del asesinato de 14 humildes pescadores del estado Apure por parte de fuerzas policiales y militares del Estado, un caso conocido como “La Masacre de El Amparo” y que pasó a la historia como una de las violaciones graves a los derechos humanos ocurridas en el país en la década de los 80´s.

La verdad se descubrió al poco tiempo: El crimen se perpetró para aparentar éxitos en la lucha antisubversiva. Contribuyó a desmontar la mentira el hecho que sobrevivieran los pescadores José Augusto Arias y Wolmer Pinilla; que varios medios de comunicación no oficiales publicaran audaces trabajos de investigación; que una investigación realizada por el parlamento reafirmara que se actuó con premeditación y alevosía y principalmente, el desarrollo de una amplia e intensa protesta social exigiendo justicia. Aquella mañana fueron asesinados José Indalecio Guerrero, Rigo José Araujo, Julio Pastor Ceballos, Carlos Antonio Eregua, Arin Maldonado Ovadias, Moisés Antonio Blanco, Luis Alfredo Berríos, Emeterio Marino Vivas, Rafael Magín Moreno, Pedro Indalecio Mosqueda, José Mariano Torrealba, José Ramón Puerta García, José Gregorio Torrealba y Justo Arsenio Mercado.

El 20 de agosto de 2008, a pocos días de recordarse el 20 aniversario de la Masacre, los dos testigos sobrevivientes, acompañados de Provea y la Red de Apoyo Por la Justicia y la Paz, solicitaron en Fiscalía la reapertura del caso en la jurisdicción ordinaria.

La Fiscalía, año y medio después, informó que habían sido designadas la Fiscalía 62º a nivel nacional con competencia plena, la Fiscalía 83º de la circunscripción judicial del Área Metropolitana de Caracas y el Fiscal para el régimen procesal transitorio del estado Táchira. Sin embargo, al revisar la Memoria y Cuenta 2009 del Ministerio Público se puede constatar que se realizaron actuaciones diversas para investigar la masacre de Yumare y Cantaura, pero no hay una sola referencia sobre la Masacre de El Amparo:

“El Ministerio Público ha sostenido encuentro con representantes del Comité de familiares de las víctimas del caso conocido como “La Masacre de Yumare”. Entretanto, el 25 de junio de 2009, comenzaron las reuniones de la Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz, con el Comité de Familiares de las Víctimas de la “Masacre de Cantaura”, en las cuales la titular de Ministerio Público asumió el compromiso de imprimir celeridad a la investigación de esa causa. Se han tomado cincuenta y cuatro (54) entrevistas en el territorio nacional, entre las que se encuentran, las realizadas a familiares de las víctimas, periodistas, reporteros, fotógrafos de medios de comunicación nacionales y regionales, autoridades civiles y policiales (prefecto, Presidente del Concejo Municipal, Comandante de la Policía) de las poblaciones de Cantaura, Anaco y El Tigre, estado Anzoátegui.”

Desde el año 2009 Provea denuncia el trato no igualitario que la ciudadana Fiscal General, Luisa Ortega Díaz, brinda a los familiares y sobrevivientes de la Masacre de El Amparo en relación con el proceso de investigaciones de las violaciones graves a los derechos humanos ocurridas en la década de los años 80 en nuestro país. Valoramos de manera muy positiva que se avance en las investigaciones de los crímenes de Yumare y Cantaura, una deuda que se tiene con los familiares y el país. Resulta inaceptable, sin embargo, que no se realice ningún esfuerzo para investigar la masacre de El Amparo, que no se reciba a los dos sobrevivientes ni se tenga igual atención con los familiares de las víctimas.

- Exigimos al Estado venezolano el cumplimiento de la sentencia sobre el caso realizada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en donde el Estado tiene la obligación de enjuiciar y sancionar a los responsables materiales e intelectuales. El proceso de investigaciones debe contar con la participación activa de los sobrevivientes, los familiares de las víctimas y sus representantes legales.

- Solicitamos a la Asamblea Nacional la divulgación de la investigación anunciada por “La Comisión Especial para Investigar los Asesinatos y Desapariciones en los años 60, 70 y 80”, sobre las diferentes masacres ocurridas en el pasado.

- A las organizaciones sociales, partidos políticos, a los comités de víctimas, a las individuales sensibles que conscientemente reclaman “No a la Impunidad de las violaciones a los derechos humanos”, los llamamos a acompañarnos en el reclamo de que cese la discriminación a los familiares de las víctimas de la masacre de El Amparo, se adelanten con celeridad las investigaciones y se establezcan las responsabilidades y sanciones a los autores intelectuales, materiales y cómplices de la masacre.
(Prensa Provea)

domingo, 17 de octubre de 2010

Demoler, destruir, liquidar // Por: Milagros Socorro

Demoler, destruir, liquidar // Por: Milagros Socorro

Demoler, destruir, liquidar // Por: Milagros Socorro




























Escrito por Milagros Socorro


























Domingo, 17 de Octubre de 2010 08:01
Hasta el 25 de septiembre, víspera de las elecciones legislativas, Chávez estuvo haciendo campaña y usando los recursos del Estado para difundir sus insultos y amenazas. En Barquisimeto, horas antes del evento electoral, que era observado con especial atención por el hemisferio, vociferó: "Los escuálidos pudieran rendirse, están rodeados. Le vamos a dar una paliza a los escuálidos. Todos a votar por la alianza socialista". En su Twitter escribió: "Ahora entramos en la tercera fase: acelerar el arrollamiento y la demolición". En el Táchira conminó a alguna jauría a "demoler a la burguesía apátrida". En Valencia: "Estoy calentando los motores porque en diciembre de 2012 los vamos a volver picadillo". En la plaza O’Leary, Caracas: "Hay que volver polvo a los escuálidos el domingo". Un mes antes había denominado la campaña oficialista Operación Demolición. "Así se llamará", ladró en Barinas. "Me los demuelen. Esa es la orden".

Ya el mundo sabe lo que ocurrió. Ese mensaje, pese a circular con las inmensas ventajas que ofrece el peculado ­que el autócrata ejerció entonces y ejerce siempre en todas sus formas e inmensas cuantías-, no recibió el favor de las mayorías. El país va comprendiendo que lo único que Chávez ofrece y está en capacidad de movilizar es la destrucción: de la infraestructura, la producción, las fuentes de trabajo, la seguridad ciudadana, el valor de la moneda, los servicios públicos, el patrimonio cultural...

Los sectores productivos han sufrido, claro está. Pero no serán liquidados por estos pigmeos armados de mazos paleolíticos. Los empresarios, industriales y productores podrán recomenzar en otras partes (a la vista está). Llevan consigo lo más importante: saben trabajar y están habituados a construir. La demolición de la que Chávez es emisario y vector se ha cebado contra los más pobres, contra la clase media y contra los empleados de esos "oligarcas" que lo obsesionan.

Pero hay un sector todavía más castigado. Hay una casta de degenerados cuyas bases morales ha sido pulverizada en sus cimientos por la diligencia envilecedora y corruptora de Chávez, que es el único rasgo en el que descuella, la única faceta en la que su ilimitada mediocridad parpadea. Es un titán, sí, pero de la degradación propia y ajena.

Ahí está para probarlo Walid Makled, un presidiario en espera de ser extraditado a Estados Unidos, señalado de enviar 10 toneladas mensuales de cocaína a ese país. Un hombre con semejante prontuario se planta ante el país y da unas declaraciones que constituyen un evidente intento de negociación, cuando no de chantaje, con quienes detentan el poder en Venezuela, muchos de los cuales, según se jacta, están en sus nóminas. ¿Y alguien lo duda? ¿Alguien ha musitado una defensa a los pringados por Makled? Nadie.

Qué más picadillo puede hacerse de una sociedad donde un reo de narcotráfico da manotazos en la cara de jueces, diputados, ministros, generales, gobernadores, gerentes de Pdvsa y hasta del presidente mismo, al que acusa de encabezar un gobierno capo de la droga. Tras las rejas, Makled se carea con todos estos funcionarios de tú a tú. Peor aún, los trata como a subalternos a quienes se ha cansado de arrojar billetes al piso. Así los habrá visto, de hinojos frente a él, lamiendo las botas sobre las cuales llueven los dólares.

Qué más derribo puede infligir Chávez. No contento con explicar cómo logró la concesión de Puerto Cabello sobornando a Acosta Carlez y matando el hambre a rufianes a quienes la república ha vestido con un uniforme, todavía retó: "¿Por qué no dicen que Walid Makled tenía concesión de fertilizantes, que se la otorgó el hermano del vicepresidente del PSUV, Saúl Ameliach?".
La respuesta a esa oprobiosa interrogante fue designar al aludido hermano, Francisco Ameliach, ministro del Despacho de la Presidencia. ¿Cabe concebir mayor arrasamiento? Hay uno menor. Ínfimo. Un arrastramiento, mejor dicho. El que perpetró un pobre diablo, en mala hora elegido diputado, quien se permitió decir en público que si "hacer lo que diga el comandante, cuando él lo diga, es ser una foca", entonces él es una foca. He ahí una muestra deleznable pero elocuente de esa desintegración que Chávez prodiga: cuando un hombre pierde hasta tal punto el pudor ­y muchos lo han hecho- ya nada detiene sus desvaríos. Quien se humilla llamándose foca, traicionará al amo con razones igual de fútiles. Total, ya el alma la había echado a las voraces fauces de la máquina trituradora.
msocorro@el-nacional.com Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla
FUENTE: El Nacional/Opinion y Noticias.com
IMAGEN SUPERIOR: UltimaHoraOnline.com

Opinión y análisis - El socialismo hoy: ¿Atraso o modernidad?

Opinión y análisis - El socialismo hoy: ¿Atraso o modernidad?

El socialismo hoy: ¿Atraso o modernidad?

Edgar Perdomo Arzola

Domingo, 17 de octubre de 2010

“El legislador no debe proponer la felicidad de cierto orden de ciudadanos con exclusión de los demás, sino la felicidad de todos.”

Platón…

En el PSUV, hay un enredo ideológico de marca mayor, diferentes tendencias, muestran abiertas diferencias, ya de forma irreconciliable, aunque en la forma parecen legítimas, pero en el fondo no lo es. Hugo Chávez ha dicho que acepta las tendencias, que pueden cohabitar. Pero hay un verdadero sancocho, un cruzado con todo tipo de presas: socialistas, anti-socialistas, fascistas de izquierda y derecha, autoritarios, totalitarios; individuos cuya identificación únicamente es aplaudir, seguir y venerar a Chávez como si fuera un santo. Otros en el sentido más clásico, identificados con el dogmatismo marxista leninista, y la izquierda ultrosa.

En la dirección nacional del partido le tienen culillo a Chávez, nadie discrepa de sus puntos de vista. ¿Será porque carecen de formación ideológica para el debate de ideas? En esta transición al socialismo, la CRBV reconoce la propiedad privada, el pluralismo, los espacios para la oposición política y conservando todos los derechos de la libertad de expresión, la existencia de medios independientes; derechos que son ausentes en el llamado socialismo real.

Hugo Chávez parece estar en el medio de varias tendencias opuestas todas entre si, pero controlado aparentemente por una de ellas, mientras se desata una ofensiva contra la “oligarquía". La ideología es un problema bastante complejo en el seno del Psuv.

Considero muy oportuno en estos momentos expresar una opinión acerca del llamado Socialismo del Siglo XXI, porque considero, por el camino que se lleva es inviable, vago, confuso, y le causara un grave daño al proyecto bolivariano. La idea del socialismo que se conoce en Venezuela en la actualidad, es la falsa idea que dejan correr los enemigos de la revolución bolivariana, y que nadie del equipo político nacional del PSUV, ha refutado con claridad y contundencia, la sarta de mentiras emitidas por la oposición que confunden a la opinión publica venezolana por lo dicho sobre este tema. Por eso creo pertinente emitir una opinión muy sucinta sobre este tema. El socialismo es el único orden político, económico y social que puede garantizar la prosperidad, como son: el bienestar material, el progreso económico y una ansiada paz social.

El socialismo viene a ser un sistema en el cual se le garantiza a todos los ciudadanos, una calidad de vida mejor; a la ofertada por el capitalismo salvaje. Pero para alcanzar esta etapa, es necesario cumplir metas históricas inviolables. Las fuerzas productivas deben superar un alto grado de desarrollo, produciendo la mayor cantidad de bienes con la más mínima inversión y utilizando el más mínimo esfuerzo. Venezuela, es una nación sub-desarrollada y atrasada tecnológicamente. Aquí no se produce ni una jeringa con tecnología propia siendo esto un error estratégico querer aplicar un socialismo de esta forma. Importamos el maíz, las caraotas, la leche, carne, pollos etc. ¿Así pretendemos en estas condiciones instaurar un sistema económico tan avanzado como es el socialismo?

El socialismo, nace del propio vientre del capitalismo, y esto será posible cuando el propio sistema capitalista que lo crea agote su capacidad en producir el progreso, e impidiendo el avance socialista. Como se puede ver esto es una utopía en ninguna parte del mundo se ha logrado instalar, el socialismo por esta vía. Por los momentos el gobierno bolivariano tiene que dedicar grandes esfuerzos a impartir una educación de calidad. Modernizando la agricultura y la ganadería, avanzando en la industrialización del país. Todo esto tiene que ser en una alianza con la ‘oligarquía’ nacional, no vinculada con poderes imperiales. Es esta la forma, y no por políticas divorciadas con la realidad, Así si podemos empezar la construcción del socialismo en Venezuela. Lo demás. Son falsos positivos.

La sociedad, no puede saltarse las metas en las relaciones capitalistas de producción. Porque es en el propio seno del capitalismo, donde nace, crece y se fortalece los sujetos históricos que permitirán algún día el nacimiento del socialismo.

La oligarquía venezolana no es homogénea solo basta observar como se echan cuchillo para controlar los mercados. Están sumamente divididos, por los muchos casos, y los intereses en juego sus relaciones son antagónicas. No se puede confundir a los banqueros, industriales e importadores criollos, con las transnacionales de esos ramos, esto es un gravísimo error político, meterlos en un mismo saco y caerles a palo limpio.

No hay que ignorar las lecciones más importantes del siglo XX en las políticas de desarrollo social, de Deng Xiao Ping en China lo que le enseño al mundo. Cuando se transformó el concepto de la política social la cual era una gran generadora de miseria, en una política social que buscaba eliminar la pobreza.

La izquierda actual no puede quedarse anclada en el anacronismo histórico. Desde la época de Marx, el llamado socialismo científico, tenía como objetivo el lograr igualar la igualdad de riqueza con los ingresos. La única manera de cumplir, el hacer que esto se cumpla es que nadie tenga absolutamente nada. Y que el estado se haga dueño de todos los medios de producción o sea, de todo el capital.

La Ex-Unión Soviética y Cuba, y los países de la Europa Oriental adoptaron ese modelo, y ya vimos como terminaron. Deng Xiao Ping fue el líder de un grupo reformador dentro del Partido Comunista Chino, que logró cambiar la política económica y social de China, de sembrar la igualdad, en vez de alcanzar la riqueza o sea en buen cristiano, la eliminación radical de la pobreza. Todavía se recuerdan sus celebres frases que cambiaron la sociología política en China: “La pobreza no es socialismo. Ser rico es glorioso”; “Que alguna gente se vuelva rica primero para alcanzar un crecimiento económico; Cuando nuestros miles de estudiantes chinos que están estudiando afuera regresen a China ustedes verán cómo China se transformará”. Siguiendo una de sus frases —“Hay que buscar la verdad en los hechos”—. El socialismo no es para aumentar la desigualdad, es para reducir la pobreza y aumentar la riqueza.

Deng Xiao Ping fue un líder socialista que tuvo la percepción, de que el socialismo anacrónico, que intenta reducir la desigualdad en el ingreso, lo que conduce es a la miseria. Hay que fomentar la creación de riqueza en la economía, para que el capital humano crezca en lo social.

Lo de China no fue un milagro. Es el resultado de botar a la basura el ‘objetivo’, en que hundieron a ese país los años arcaicos de comunismo, y ha logrado reducir la pobreza y enriquecer ese país.

Percasita11@yahoo.es

viernes, 15 de octubre de 2010

La Iglesia necesita un nuevo Concilio ante los cambios históricos

La Iglesia necesita un nuevo Concilio ante los cambios históricos

La Iglesia necesita un nuevo Concilio ante los cambios históricos

El mundo cristiano se halla en un momento excepcional de su historia: ha llegado el tiempo del cambio de paradigma hermenéutico, después de veinte siglos en el paradigma antiguo, y ello coincide con la necesidad de abordar cambios cruciales, tanto en la convergencia interreligiosa como en el compromiso religioso, urgente y pragmático, por aliviar el inmenso sufrimiento de la humanidad. Es este carácter excepcional de los tiempos el que reclama, por su propia lógica, la convocatoria de un nuevo concilio. Es la tesis del último libro de Javier Monserrat: Hacia el Nuevo Concilio. El paradigma de la modernidad en la Era de la Ciencia. Por Leandro Sequeiros.
La Iglesia necesita un nuevo Concilio ante los cambios históricos
La historia del pensamiento teológico y político es apasionante. A lo largo de miles de años, los humanos han pretendido interpretar el mundo para dominarlo. En este intento de construcción de cosmovisiones, las tradiciones religiosas han cumplido una función fundamental. En occidente, el paradigma greco-romano ha tenido una gran trascendencia y perdurabilidad por su gran poder explicativo y por aunar la filosofía, la teología y la ciencia. Sin embargo, la Revolución Científica de los siglos XV al XVII y la Ilustración en el siglo XVIII, trastocaron el paradigma dominante. Diseñaron un universo autónomo en el que la ciencia se configuró como árbitro del conocimiento. Pero la teología, a pesar de loables esfuerzos, quedó anclada en un paradigma obsoleto. ¿Es el momento propicio para hacer confluir todas las fuerzas cristianas hacia un concilio que empuje hacia un nuevo paradigma?

Este es el intento de un sugerente ensayo que acaba de publicar el doctor Javier Monserrat, jesuita y profesor en la Universidad Autónoma de Madrid. El título de su trabajo es El paradigma de la modernidad en la Era de la Ciencia. Hacia el Nuevo Concilio. Ha sido publicado por Ediciones San Pablo, Madrid en septiembre 2010, y tiene 750 páginas. Para entender bien el objetivo de este voluminoso ensayo, es conveniente situarlo en el contexto del autor.

Estudió filosofía y psicología en la Universidad Complutense donde obtuvo el Doctorado en 1972 con una tesis sobre los aspectos metodológicos de “La fenomenología del Espíritu” de Hegel. También estudió filosofía y teología en Frankfurt am Main (Alemania) entre los años 1972 y 1975. Su aportación a la filosofía política se centra en dos libros: Dédalo. La revolución americana del siglo XXI y Hacia un Nuevo Mundo. En ellos están esbozadas algunas de las intuiciones de este ensayo. En la actualidad, impulsa la Cátedra Ciencia, Tecnología y Religión de la Universidad Comillas, en la que realiza una tarea intelectual de presencia en las resbaladizas fronteras entre la filosofía, la ciencia y las religiones.

Hacia el Nuevo Concilio. El paradigma de la modernidad en la Era de la Ciencia (2010)

Como el mismo Monserrat lo define, “Es este un ensayo de ciencia, de filosofía y de teología. Está construido en nuestro tiempo y, por ello, tiene una intencionalidad creativa. Es la creatividad que siempre se ha atribuido a la teología de la tradición cristiana. La teología es, por una parte, adhesión a la doctrina de Jesús, tal como ha sido transmitida en el [kerigma]http://www.portalmisionero.com/kerydoc.htm]urlblank:cristiano. Por otra, es el esfuerzo hermenéutico para explicar cómo el kerigma (la Voz del Dios de la Revelación) es congruente con la experiencia natural (la Voz del Dios de la Creación)” (Página 36).

Y más adelante: “Los argumentos presentados en este ensayo han partido de la constatación de la fuerza ancestral del hecho religioso, de las religiones, y de su sorprendente crisis en la modernidad. Una crisis más profunda en las “religiones” que en la “experiencia religiosa” interior de los individuos. El cristianismo, protagonista principal de esta crisis histórica, se ve abocado a una reflexión rigurosa sobre su significación y su sentido, para aclarar su situación en la cultura de la modernidad” (página 563).

La crisis de las religiones en el siglo XXI

La sociología de la religión coincide en afirmar, a partir de los muchos estudios multidisciplinares, que las religiones institucionales, al inicio del tercer milenio, se encuentran en una grave crisis de identidad. Existe en nuestro mundo un deseo profundo de espiritualidad, de recuperar la armonía interior con la naturaleza. La llamada New Age parece satisfacer muchas de esas necesidades arrinconando a las religiones tradicionales. Parece que éstas no son capaces de dar respuestas a los retos de las nuevas culturas científicas y técnicas emergentes.

Tal vez, una de las aportaciones más incisivas y corrosivas del pensamiento filosófico se encuentre en la filosofía de la Naturaleza. El modo de acceder a la realidad natural, lo que en el siglo XVIII se llamó la Filosofía Natural y desde el siglo XIX, la Ciencia, ha modificado el paradigma cultural de nuestro mundo. Este aspecto ha sido resaltado por el doctor José Luis San Miguel de Pablos (también de la Universidad Comillas) en su reciente libro Filosofía de la Naturaleza. La otra mirada. La mirada secular para mirar y comprender el mundo natural ha dado lugar al paradigma de la Era de la Ciencia.

Escribe Monserrat: “Cuando en Europa entre los siglos XVI y XVII se fue gestando un movimiento ideológico y cultural que luego se llamó modernidad, -leemos en la página 16 - los sistemas de creencias empezaron a cambiar. Este movimiento afectó a las sociedades cristianas y supuso reconstruir desde sus raíces los fundamentos de la sociedad medieval. Esta reconstrucción se dio en primer lugar en las ideas filosóficas (apoyadas también por el nacimiento de la ciencia moderna) y en segundo lugar, en las ideas sociopolíticas”.

Y prosigue: en nuestra sociedad “el mundo de la religión organizada se mira con antipatía, desprecio y se impone una sensación de estar por encima desde cultura superior. El no creyente piensa que si quienes deberían presentar los argumentos que hicieran verosímil la existencia de Dios ofrecen una imagen tan pobre e inadaptada a la razón de la modernidad, entonces este hecho se constituye en un refuerzo de la increencia. La crítica inmisericorde de clérigos y religiones, así como de sus manifiestas conductas indignas, puede llevar a la soledad de la experiencia religiosa “sin religión”, pero también al ateísmo o al agnosticismo” (página 18)

Y en la última parte del ensayo insiste: “El paradigma antiguo se extendió a lo largo de veinte siglos y todavía no ha sido cancelado en la actualidad. Incluso durante el siglo XX gran parte de la teología católica respondió al paradigma antiguo, aunque hubiera conatos de renovación. El tomismo trascendental, y Teilhard de Chardin, en cuanto se movió bajo la influencia del neotomismo (capítulo III), respondieron al esquema teocéntrico del antiguo paradigma. Pero otros filósofos y teólogos, al igual que muchos creyentes cristianos, han entendido que el paradigma ya estaba fuera de su tiempo, intentando, de una u otra forma, buscar alternativas” (página 427).

Implicaciones futuras

Pero, ¿qué implicaciones para el futuro de las religiones puede tener la emergencia del paradigma de la Era de la Ciencia ligado a la modernidad?

Este texto es expresivo: “Por ello, frente al mundo antiguo, la modernidad produjo dos grandes “segundas navegaciones” del pensamiento occidental. Frente al teocentrismo antropológico de la tradición cristiana, comenzó la segunda gran navegación de la ciencia y de la filosofía de la modernidad. Poco a poco fue configurándose la posibilidad objetiva de una explicación racional del universo sin Dios, como sistema real autónomo eterno y autosuficiente. Fue creciendo así una nueva antropología humanista sin Dios que llevó al ateísmo y al agnosticismo modernos” (página 17).

Aunque posteriormente el autor matiza la aparente rotundidad de sus postulados, no deja de lado la universalidad de este proceso: el paradigma de la modernidad afecta a todas las tradiciones religiosas: “La modernidad ha afectado principalmente a los países occidentales donde estaba implantado el cristianismo. Otras religiones se han visto afectadas con menor fuerza, aunque la modernidad va hoy extendiéndose poco a poco a todas las culturas” (página 18).

La espina dorsal del sugerente ensayo de Javier Monserrat

Paradigma de la modernidad, la Era de la Ciencia, el anclaje obsoleto de las teologías, el desajuste entre la filosofía, la ciencia y las religiones… ¿Qué argumentaciones se presentan?

Este texto resume bien el esquema general del discurso del ensayo y las argumentaciones que comentamos:

“En este ensayo, tras un capítulo introductorio en que se estudia el hecho religioso y la crisis de la religión (capítulo I), se expone el contenido esencial del kerigma cristiano que la primera comunidad y la iglesia quisieron transmitir a la historia de acuerdo con su adhesión a la persona de Jesús y a su doctrina (capítulo II). En el siguiente capítulo se emprende una reconstrucción histórica del proceso que llevó a la configuración del paradigma greco-romano, como hermenéutica del kerigma cristiano desde la cultura antigua. De acuerdo con esto se concluye con una precisa exposición, punto por punto, de las características generales del paradigma greco-romano y de la visión hermenéutica del cristianismo que promovió (capítulo III). Frente a esta visión antigua, se aborda un estudio de la nueva imagen del universo, de la vida y del hombre, producida por la ciencia y la filosofía de la modernidad. De la misma forma que en el capítulo anterior, se concluye con una exposición precisa, punto por punto, de los trazos esenciales de esta nueva imagen científico-filosófica de la realidad, comparándola con los contenidos del paradigma antiguo (capítulo IV). El paso siguiente de nuestro ensayo es esencial en la lógica de nuestras argumentaciones: la nueva imagen de la realidad en el mundo moderno conduce a perfilar los principios de una nueva hermenéutica del kerigma cristiano, que lo asume íntegramente y lo interpreta de una forma más profunda que ilumina el sentido de la religión en nuestro tiempo (capítulo V)” (página 28).

En el ensayo se muestra que la sociología y la filosofía de la religión han expresado en términos de “conflicto” las relaciones entre religiones y modernidad. El paradigma tradicional de la teología cristiana parece que está desajustado y no tiene respuestas a las nuevas preguntas de una sociedad emergente.

“Frente al teocratismo socio-político de la sociedad medieval – leemos en la página 17 - apareció también una segunda gran navegación de la modernidad constituida por el nuevo discurso que llevaba a concebir la neutralidad ideológica del Estado moderno como sistema de convivencia, es decir, que conducía a la ideología laicista y a la separación entre la iglesia y el Estado. Con la modernidad apareció una nueva manera de hacer frente al enigma del universo y al drama personal o colectivo de la existencia. La modernidad, por tanto, retiró a la religión el monopolio como sistema de sentido. El ideal metafísico no sólo se satisfacía con la conjetura religiosa, sino también por otras alternativas, como el ateísmo, el agnosticismo o la increencia en general”.

Este conflicto se extiende también al ámbito de las mimbres filosóficas del acontecer socio-político: “Además, entrando ya en lo socio-político, el ideal natural de la especie (el dominio en comunión) dependía de un discurso que no tenía por qué ser necesariamente religioso. Es más: debía ser un discurso meramente natural porque la sociedad civil estaba constituida por diversas religiones e ideologías, sin que ninguna de ellas pudiera ser considerada válida para todos. Con la modernidad nacieron nuevos discursos alternativos que eran legítimos “sistemas de sentido” naturales al margen de la religión, tanto en lo científico-filosófico como en lo socio-político” (página 17)

La “modernidad”, una puerta para la increencia religiosa

Las tradiciones religiosas, y en especial las cristianas, siempre han visto al proyecto de la modernidad como una fuente de increencia, cuando no como un competidor que arrebata las raíces creyentes de las personas y de las naciones. Y esto por varias razones:

“El ateísmo y el agnosticismo militante se fundan, a nuestro entender, en tres clases de argumentos diferentes, pero también en alguna manera complementarios:

1) El argumento fundamental ha sido que la ciencia y la filosofía, o mejor, la filosofía construida a partir de los resultados de la ciencia, ha permitido una explicación del universo sin Dios.

2) El segundo argumento se relaciona con la imposibilidad de hacer a Dios responsable de la creación de un universo dramático que genera el sufrimiento humano y el Mal en general.

3) El tercer argumento que apoya las posturas ateas y agnósticas se conoce comúnmente como anticlericalismo. Las religiones, vistas desde la modernidad, aparecen como ancladas en el pasado, defendiendo posiciones superadas, reacias al cambio, intentando seguir en las posiciones ancestrales de privilegio y de dominio social sostenido durante miles de años. Esto ha generado un conflicto histórico entre la modernidad laica y las religiones gobernadas por “clérigos” (página 18).

La Iglesia necesita un nuevo Concilio ante los cambios históricos
Impacto de la modernidad en los paradigmas de las tradiciones religiosas

La irrupción cultural y política del paradigma de la modernidad afecta de modo especial al modo cómo se auto-expresan las diferentes tradiciones religiosas, sobre todo en occidente: “Frente al proceso de la modernidad y frente a la crisis de la religión en el mundo moderno, este ensayo argumenta que se están produciendo cambios que afectan sustancialmente a los dos grandes ideales humanos ya citados. Afectan, en primer lugar, al ideal metafísico por responder al enigma; en segundo lugar, afectan al ideal natural de la especie por responder al drama de la existencia (página 22)

Sin embargo, para Monserrat este impacto puede tener consecuencias positivas para el futuro de las religiones: “Les afecta porque el cambio permitirá hacer nueva luz sobre las conjeturas metafísicas que responden al ideal metafísico y porque permitirán también mejorar nuestra lucha por hacer realidad el ideal natural de la especie hacia el dominio en comunión” (página 22)

Por tanto, la permeabilidad de las tradiciones culturales y religiosas a las expresiones del paradigma de la modernidad, puede ser muy beneficiosa para éstas. Sin embargo, el cambio de paradigma –ya lo predijo Thomas S. Kuhn – no se realiza sin traumas, sin dolor. Es similar a una intervención quirúrgica, que es sanadora a medio plazo pero que a corto plazo siempre viene acompañada de dolor.

La iglesia católica ¿se atrinchera en un paradigma obsoleto?

Este ensayo de Javier Monserrat defiende la tesis de que en la actualidad la iglesia católica está todavía instalada en el paradigma antiguo, o greco-romano: “Frente a éste, en la modernidad, la ciencia y la filosofía, también las ciencias humanas, han llegado a un conocimiento más preciso y exacto de cómo son realmente el universo, la vida y el hombre creados por Dios. Sin embargo, no se ha producido todavía la necesaria interpretación del cristianismo desde el mundo moderno, ni en lo filosófico-teológico ni en lo socio-político. El cristianismo sigue instalado, en alguna manera, en el teocentrismo y en el teocratismo clásicos” (página 27).

Pero, sin embargo, han llegado los tiempos oportunos. Sin caer en un milenarismo o un mesianismo fácil, el autor de este ensayo opina que es el momento propicio para el cambio de paradigma en las tradiciones religiosas cristianas: “Nuestra tesis es que en la actualidad todo ha madurado suficientemente para que se produzca el cambio de paradigma pendiente desde hace varios siglos. Por consiguiente, tras varios siglos de permanencia en el paradigma greco-romano, es indudable que nos hallamos en un momento excepcional de la historia del cristianismo” (página 27)

El peligro de simplismos debe ser superado: “La tesis de que la iglesia todavía se halla en el paradigma antiguo debe ser matizada. Sólo en la segunda mitad del siglo XX se han advertido en la iglesia signos y decisiones de que se está imponiendo la conciencia de que, en efecto, el paradigma antiguo no permite responder a los desafíos racionales y de sentido común que impone la modernidad. Por tanto, hoy se están produciendo poco a poco más y más fisuras en la hermenéutica del paradigma antiguo (página 27)

La necesidad de un cambio de paradigma para hacer más creíble el cristianismo

Para Monserrat, “Si el conocimiento humano progresa en la historia, es evidente que la imagen moderna del mundo representará una imagen más profunda de las cosas que en el mundo antiguo. Por tanto, si el kerigma que proclama la revelación en Jesús proviene del Dios creador de la realidad, debe presumirse que estará en congruencia con la realidad conocida por la modernidad” (página 29)

Desde esta perspectiva, el ensayo que comentamos tal vez pueda ser criticado de excesivamente optimista. Sin embargo, los argumentos ofrecidos a lo largo del texto pueden justificar que “Una aportación, a nuestro entender importante, de este ensayo consiste en la propuesta de una alternativa al paradigma antiguo. Lo que llamamos el paradigma de la modernidad (capítulo V) es la forma de entender el kerigma cristiano desde la imagen moderna de la realidad” (página 29)

La llamada teología de la ciencia por algunos autores postula que ésta debe reelaborar los lenguajes que expresan los contenidos del credo religioso dentro del marco paradigmático de la modernidad: “Así, el paradigma de la modernidad es la hermenéutica del cristianismo construida desde la imagen de la realidad en nuestros días, resultado del proceso iniciado por la modernidad ya hace varios siglos. El conocimiento actual del universo, de la vida y del hombre, permitirá un conocimiento más profundo del mundo real creado por Dios: nos hará entender cómo ha querido Dios que sea la creación: cuál es, en definitiva, el orden o ley natural creada y cuál el designio o ley divina que Dios ha infundido en el orden creado. Así la Voz del Dios de la Creación, profundizada en la modernidad, nos ilumina en la hermenéutica de la Voz del Dios de la Revelación” (página 29)

Y continúa: “Este ensayo delimita con precisión en qué consiste esta profundización excepcional en la explicación teológica del kerigma cristiano hoy permitida por la modernidad. Frente a lo que fue el paradigma antiguo se dibujan con precisión los perfiles fundamentales de la imagen congruente del cristianismo, y de la religión, en los tiempos modernos. Nuestro ensayo formula con toda precisión el contenido de la alternativa paradigmática pendiente desde hace varios siglos” (página 29).

Pero este esfuerzo no se reduce solamente a los contenidos dogmáticos del kerigma, sino que se ramifica en la teología política: “Frente al teocentrismo constitutivo del paradigma antiguo –que se convierte en teocratismo al aplicarse al discurso socio-político -, en que se imponía a la razón natural la verdad metafísica última de la Divinidad de forma inequívoca, la modernidad muestra en cambio un universo oscuro, borroso, enigmático, ambivalente, constituido por una ontología monista, dinámica, autónoma o autosuficiente, evolutiva, insospechada por la ontología antigua” (página 30).

La construcción de una nueva imagen de Dios

En el fondo de este discurso teológico, hay una sospecha sobre la inadecuación de la imagen de Dios que presentan las religiones greco-romanas: “Una nueva idea de la materia y de la vida obliga a un replanteamiento de la ontología en la que se había fundado la visión del mundo antiguo. Este universo enigmático no impone una metafísica última. El hombre, al contrario, queda abierto a conjeturar por argumentos objetivos construibles por la razón que sería posible una hipótesis metafísica última de naturaleza teísta, o sea, una Divinidad fundante y creadora; pero que ese universo enigmático permite también otra hipótesis metafísica, también argumentable, a saber, la hipótesis de un puro mundo sin Dios, o sea, el ateísmo” (página 30).

Dios sigue siendo noticia. Las ciencias propician la reelaboración teológica de la idea de Dios y su intervención en la historia y en el mundo: “El hombre, cargado, además de la razón, con todos los elementos emocionales de su existencia, debe hacer frente al enigma del universo y decidir el sentido de su vida. Debe siempre hacerlo en función de dos grandes preguntas existenciales, insertas en el núcleo mismo de la conciencia del hombre moderno: ¿es real y existente el posible Dios a pesar de su ocultamiento en un universo enigmático, de su lejanía y de su silencio? Es decir, ¿es posible un Dios, oculto e impotente, que funda el enigma de lo real y crea el drama de la existencia? El posible Dios existente, ¿tiene una voluntad real de relación con el hombre y de liberación de la historia humana?” (página 30).

Una nueva hermenéutica del kerigma cristiano

El cambio en la imagen de Dios y su presencia-ausencia en el mundo implica una recreación creativa del anuncio de salvación de Dios en la historia. Leemos en Monserrat: “Si la modernidad nos lleva, por tanto, a un entendimiento en profundidad de la experiencia existencial del hombre real, abierto al enigma desde el interior de un universo enigmático, entonces, desde el punto de vista cristiano, la pregunta es inmediata: ¿cuál es la hermenéutica del kerigma cristiano y a qué visión del hombre moderno nos lleva? El concepto paradigma de la modernidad responde precisamente a la forma de entender el kerigma cristiano, en toda su amplitud y detalles, que se configura desde el presupuesto de que el universo, la vida y el hombre realmente creados por Dios son los que ha descrito la modernidad” (páginas 30-31).

El ensayo que comentamos insiste en la urgencia de un cambio integral de paradigma en la teología y no sólo maquillajes o adaptaciones oportunistas: “Por tanto, más allá de las meras adaptaciones ad hoc y de un insuficiente incompromiso hermenéutico el cristianismo necesita hoy un cambio integral de paradigma que permita claridad teológica y permita salir de una situación de penosa incertidumbre. La propuesta que nosotros argumentamos es clara: no se puede seguir en una incertidumbre que no nos permite saber dónde estamos, sino que es necesario que el cristianismo afronte explícitamente el cambio histórico de paradigma” (páginas 28-29).

Nos encontramos en un momento privilegiado para realizar esta intervención urgente en un cristianismo enfermo: “¿Qué circunstancias han propiciado que hoy estemos ya en condiciones de vislumbrar el paradigma de la modernidad como alternativa al paradigma greco-romano? En mi opinión hay una respuesta verosímil a esta pregunta. Hoy tenemos ya una alternativa porque se han producido algunos hechos de transcendencia. En primer lugar, la ciencia moderna fue durante siglos “reduccionista” y no cabía diálogo con la religión. Hoy en día, sin embargo, la ciencia ha dejado de ser “reduccionista” (en un proceso de cambio no cerrado, todavía en curso) para orientarse hacia un enfoque vitalista y holístico” (página 32).

La Era de la Ciencia, una oportunidad única

Los expertos en sociología de la ciencia son conscientes del cambio radical que se está dando en el seno de las comunidades sobre la naturaleza de la ciencia y sus complejos laberintos hacia la verdad. “En segundo lugar, esta nueva visión de la realidad ha llevado a reconocer un universo donde Dios no se impone: un universo, en definitiva, ajeno al teocentrismo del paradigma antiguo. Por último, en tercer lugar, este hecho ha llevado a quienes reflexionaban sobre la teología desde la ciencia a intuir que el eje central para una hermenéutica del cristianismo debía ser la teología de la kénosis Un concepto teológico de kénosis que debía ampliarse a la kénosis de la Divinidad en la Creación” (página 32).

El profesor Monserrat acude aquí a “la Era de la Ciencia, un concepto acuñado por Georges Ellis, el premio Templeton 2004 por sus contribuciones al encuentro entre las ciencias y las religiones: “En esta Era de la Ciencia, si Dios es Autor de la Creación descrita por la “racionalidad moderna”, el orden creado y la ley natural, que han sido establecidos por voluntad divina, deben entenderse de forma sustancialmente nueva” (página 321) (….) “La Era de la Ciencia ¿conduce a un nuevo “paradigma de la modernidad” que fundamente con mayor profundidad una nueva teología de la fe cristiana que sustituya al antiguo paradigma griego?” (página 321)

Una propuesta sorprendente: la convocatoria de un concilio

“El resultado de nuestro recorrido nos deja abiertos a la conciencia de que el mundo cristiano se halla en un momento excepcional de su historia: ha llegado el tiempo del cambio de paradigma hermenéutico, después de veinte siglos en el paradigma antiguo, y ello coincide con la necesidad de abordar cambios cruciales tanto en la convergencia interreligiosa como en el compromiso religioso, urgente y pragmático, por aliviar el inmenso sufrimiento de la humanidad. Es este carácter excepcional de los tiempos el que reclama, por su propia lógica, la convocatoria de un nuevo concilio, tal como, en lo que sigue, será argumentado con precisión. Los capítulos anteriores son como los cimientos, o las columnas sustentantes, sobre los que se eleva la lógica histórica que conduce al nuevo concilio. El nuevo concilio, de acuerdo con los supuestos hipotéticos presentados en nuestro ensayo, deberá construirse en conformidad con los argumentos defendidos. La lógica del concilio aparece, pues, al final del recorrido, levantándose sobre los argumentos que constituyen el hilo lógico conductor de este ensayo” (página 563).

“La iglesia, en el fondo podríamos decir “el mundo cristiano” y las religiones, se hallan en tal tribulación y desconcierto, están enfrentadas a retos históricos tan grandes, que no hay otra forma responsable de actuación cristiana que apelar al instrumento más poderoso de que la iglesia dispone: el concilio. Sólo en un concilio podría abordarse el replanteamiento global que exigen los cambios históricos” (página 566).

En este breve artículo se ha intentado espigar de un modo subjetivo los puntos que han parecido más relevantes del denso ensayo del profesor Monserrat. Para algunos, se tratará del desvarío de un visionario. Otros lectores pueden encontrar intuiciones válidas para la reconstrucción del cristianismo si tiene el coraje de afrontar los retos que la Era de la Ciencia le pone delante. Tal vez estemos al inicio de un largo y fecundo debate, que vemos necesario, en una época de penumbras. El tiempo será el mejor aliado.

Leandro Sequeiros. Catedrático de Paleontología y Colaborador de la Cátedra Ciencia, Tecnología y Religión.


(Tendencias21)

“Dios estuvo con nosotros” « Revista Kerygma – FADE

“Dios estuvo con nosotros” « Revista Kerygma – FADE

Declaraciones del Presidente de Chile.

El pueblo chileno fue un ejemplo de devoción y fe en Dios en sus peores momentos

Por Esteban Correa.

“Dios estuvo con nosotros en este momento” fueron las palabras del presidente chileno, más acercadas a lo que podría decir un pastor que a lo que acostumbra un primer mandatario; pero no termina ahí, también añadió en su discurso frases tan contundentes como: “Dios nos probó, pero no nos puso una prueba que no pudiéramos sobrellevar”, también dijo (luego de referirse a los pasados terremotos y maremotos que azotaron el país): “Quiero decirle a Dios que Chile ahora esta preparada para algo grande”. En todo momento puso a Dios en su discurso con un tono de humildad y fe. Creo que son palabras muy fuertes y poderosas que desatarán una bendición en Chile ya que el primer ministro esta reconociendo y honrando al Señor abiertamente. Podría haber tenido una actitud de indiferencia a la fe, pero decidió reconocer la ayuda de Dios

También el minero más joven Jimmy Sánchez dijo: “No somos 33 somos 34, Dios está con nosotros”

Los creyentes sabemos que todo esto no es casualidad y que estas tragedias hicieron retornar el corazón de muchos chilenos a Dios, seguramente ahora llega el tiempo de la sanidad y restauración para todo el pueblo chileno, creo que es el tiempo de las iglesias, es el tiempo de la restitución, es el tiempo de Dios para Chile.

“El hombre tiene altos conocimientos espirituales, que la verdad es que en estos momentos nos ha ayudado mucho a todos nosotros”.

Además Mario Gómez, de 63 años al salir se arrodillo para agradecer a Dios haciendo una oración.

La mejor decisión que se puede tomar en momentos tan difíciles es poner la fe en Dios y como vemos este fue el caso de los mineros y el ánimo del pueblo chileno en el campamento que denominaron “La esperanza”.

Esperamos confiados en que toda esta etapa de sufrimiento y tragedias en el pueblo Chileno traerán al fin la restauración espiritual, emocional y económica.

La biblia dice: “si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra”. 2 Crónicas 7:14

“Bienaventurado el pueblo que tiene esto; Bienaventurado el pueblo cuyo Dios es Jehová”. Salmos 144:15

Fuente: AvanzaPorMás.com

Mesa Unitaria Cabimas Zulia's Fan Box

Ecclesia Digital