Nuestra capacidad de crear no tiene nada que ver, ¡¡no puede tener nada que ver!!, con la racionalidad
Entender la Filosofía es terriblemente difícil, en cambio, es relativamente fácil entender que ella ha fracasado de manera rotunda. Tanto, que da dolor que a nuestros chamos, en las Facultades o Escuelas de Filosofía, todavía se les intente explicar los grandes aportes -en lugar de las grandes deficiencias e ingenuidades- de Platón, Kant, Hegel o Aristóteles. Algún día, en vez de Escuelas de Filosofía, habrá escuelas para explicar la Quiebra de la Filosofía. Porque Nietzsche intentó matar a Dios y lo único que logró fue asesinar a la Razón. Dios -maltrecho y todo- logró sobrevivir, evoluciona satisfactoriamente… y está a punto de ser “dado de alta”. En cambio, la Razón Práctica de Kant; la Razón Dialéctica de Hegel; la Razón Histórica de Marx; la Razón Vital de Ortega y laRazón Crítica de Popper fueron simplemente ficciones. Porque la Razón y la Lógica no pueden ser sino tautológicas, como finalmente puso en claro Ludwig Wittgenstein en 1920.
La Filosofía fracasó, entre muchas otras “razones”, porque jamás logró conciliar dos de sus nociones básicas: la Lógica de los griegos y la Libertad de los modernos. Tal vez por eso es tan difícil de entender la Filosofía: porque se empeña en conciliar dos ideas que son absolutamente irreconciliables: la Racionalidad y la Libertad. Porque la Razón se explica por sí misma, pero la Libertad es absolutamente inexplicable, inescrutable; no Irracional pero siAracional. Porque si lo que hacemos al apelar a nuestra Libertad pudiese ser explicado lógicamente, dejaríamos de ser libres. Es esa estupidez que nuestra (in)cultura nos ha inculcado profundamente, según la cual hay Decisiones Racionales. Suelo iniciar mi taller de ética con esa pregunta, lanzada a quemarropa: ¿Cree usted que hay decisiones racionales? La respuesta es masivamente uniforme, la uniformidad con la que nos ha castrado la Filosofía: ¡¡Claro que las hay, profesor!! Pero no sólo las hay, sino que tenemos que hacer esfuerzos para que nuestras decisiones sean lo más racionales posibles.
Tal vez el problema más complejo y profundo que confronta el Cristianismo sea que durante la Edad Media, se dejó engatusar por la Filosofía Griega, es decir, por la Racionalidad. San Agustín por Platón y Santo Tomás por Aristóteles. Tal vez se imponga algún día, dentro del Catolicismo al menos, la necesidad de laDeshelenizar al Cristianismo. Porque no hay posibilidades de conciliar ni el Amor al Prójimo, ni la Fe con la razón. Porque el Espíritu Humano, mucho más allá de su poderosa Racionalidad, es esencialmente Espiritualidad, es decir, libertad absoluta para imponernos el Bien, el Amor al Prójimo, la Belleza, la Piedad y la Justicia. ¡¡Porque esas no son Ideas, Conceptos o Razones, sino Sentimientos, Pasiones y Emociones, que no tienen absolutamente nada de racionales!! Porque lo esencial del Ser Humano no es la Racionalidad, porque nuestra definición no es como creyó Aristóteles Animal Racional, sino estrictamente Imagen y semejanza de Dios. Porque lo que realmente nos define es nuestra capacidad de Crear, no al nivel Divino, pero si al nivel de Lo Humano. Porque si el Amor al Prójimo, el Bien y la Justicia no nos brotan espontáneamente, ¡hay que imponérselos a nuestro Espíritu! Que es, en última instancia, la noción de Dios. Porque con la Capacidad de Crear ocurre lo mismo que con la Libertad. Ambas son absolutamenteArracionales. Porque nuestra capacidad de crear no tiene nada que ver, ¡¡no puede tener nada que ver!!, con la racionalidad. Porque Crear y Racional son obviamente contradictorios.
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