(EFE).- El papa Benedicto XVI exhortó hoy a los católicos a que contribuyan con sus conocimientos y su responsabilidad en la construcción del bien común, durante el tradicional rezo del Ángelus dominical.
Benedicto XVI, que hoy viajó por primera vez en su Pontificado a la región sureña de Calabria, hizo este llamamiento ante más de 40.000 fieles congregados en una explanada en la localidad de Lamezia Terme, uno de los dos municipios que visitará el papa durante la jornada.
Benedicto XVI, como ya hizo en la homilía que pronunció durante la misa que precedió al rezo del Ángelus, hizo referencia a las graves problemáticas sociales que afectan a la región de Calabria, que cuenta con una de las economías más débiles de Italia, un alto nivel de paro y sufre además un grave problema de mafia, muy presente en todo su territorio.
"Invocamos la intercesión de María para los problemas mas graves de este territorio y de toda Calabria, especialmente los que se refieren al trabajo de los jóvenes y de las personas discapacitadas, que necesitan una mayor atención por parte de todos y en particular por parte de las Instituciones", afirmó el papa.
Una intercesión que también pidió a "la Madre de la Iglesia" para que ayude a "a los sacerdotes en su ministerio, a los padres y los profesores en la tarea de educar, para confortar a los enfermos y los que sufren, y para que conserve en los jóvenes un ánimo puro y generoso".
En esta misma línea se había expresado el Pontífice durante la homilía pronunciada en la misa celebrada en Lamezia Terme, cuando pidió "no ceder a la tentación del pesimismo y de encerrarse en uno mismo", en esta región azotada por problemáticas sociales tan complejas como la mafia y el paro.
Está previsto que tras su visita a Lamezia Terme, el papa se traslade en helicóptero al municipio de Serra San Bruno, donde será recibido por sus habitantes y después visite el monasterio de la localidad, donde se reunirá con los monjes cartujos que residen él.
Los cartujos son miembros de la orden contemplativa fundada por San Bruno en el año 1084, viven y trabajan solos y en silencio la mayor parte del día y sólo se reúnen para rezar en comunidad.
El de hoy es el primer viaje de Benedicto XVI a Calabria y llega 23 años después de la última visita de su predecesor, Juan Pablo II
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