Benedicto XVI renuncia a su papado el 28 de febrero por falta de fuerzas:
El Papa afirmó que “después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino”. La información ha sido confirmada por el portavoz de prensa del Vaticano, padre Federico Lombardi.
Ramón Antonio Pérez
Roma, 11 de febrero de 2013.- El Papa Benedicto XVI anunció hoy que deja el pontificado el próximo 28 de febrero por su “edad avanzada “y por sentir que le falta el vigor para seguir en el cargo. El anuncio fue realizado durante el consistorio que celebró recientemente en el Vaticano para fijar las fechas en las que serán proclamados nuevos santos.
Esta decisión del Santo Padre ha generado una sorpresa en todo el mundo no sólo católico, colocándose al momento de redactar la nota como la noticia más importante en todos los medios de comunicación. La noticia ha sido confirmada por el padre Federico Lombardi durante una rueda de prensa muy llena de emociones, en las que explicó las razones muy personales del Santo Padre para esta decisión.
Benedicto XVI refirió a los Cardenales presentes que les había convocado a este consistorio: “no sólo para las tres causas de canonización, sino también para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia”.
El Papa afirmó que “después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino”.
Benedicto XVI, de 85 años, indicó los cardenales que es muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, “debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando”.
Consideró que en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, sosteniendo asimismo, que es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu.
Destacó que en los últimos meses este vigor ha disminuido “de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado”.
Ante ello anunció que "muy consciente de la seriedad de este acto y con plena libertad", renunciaba al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro.
El pontífice indicó a los cardenales la necesidad de celebrar el 28 de febrero un cónclave para elegir a su sucesor. El papa fue elegido el 19 de abril de 2005.
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