El Clarín

 

 

 

 

 

 

Lo que sigue es la verdad de una acción que entrará en la historia de la política nacional; que favorecerá a los partidos que no se dejan comprar por el gobierno; que saben defender sus derechos y actuando dentro de la legalidad no bailan al son del oficialismo que, desesperado como está por la segura derrota en las parlamentarias, ahora quiere designar las directivos de los partidos que no le son afectos.

 

El rescate de Copei, por tanto, es un ejemplo, muy determinante para que las fuerzas políticas democráticas de estos tiempos se consoliden mucho más como necesarias para la república, una plural, en donde se respeten la ideología de cada quien y se rechace definitivamente la pretensión roja de imponer un partido único, un pensamiento único y una sola manera de militar en política, la de cuadrarse con el gobierno. En la Venezuela de hoy hacía falta esta demostración de fuerza, de decisión, de defensa de los valores, frenando en seco a los violadores de lo legal, de lo reglamentario y, sobre todo, traidores al partido y a la democracia misma pues, la vulgar, reprobable y afortunadamente defenestrada acción, tenía el evidente objetivo de disminuir a Copei en todo sentido y entregárselo en bandeja de plata al gobierno.

 

El par de bandoleros y traidores que asaltaron al partido, aprovechando la situación de tanto desprestigio que se han ganado las instituciones públicas, sometidas totalmente al gobierno,  pretendieron la jefatura de Copei. Pactando con el gobierno lograron que el TSJ los pusiera a presidir una directiva ad hoc, desplazando a la electa por el pueblo socialcristiano. Se sabe, que utilizando subterfugios, detrás de la maniobra también están quienes no respaldan la autenticidad de las autoridades escogidas en nuestro último proceso interno, asunto que los verdaderos socialcristianos no avalaron, como quedó demostrado en el último Consejo Federal. Pero líderes de todo el país, en determinante mayoría, con coraje, con el respaldo de la militancia entera, rescataron la autoridad regresando a sus obligaciones los verdaderos y auténticos jefes nacionales de Copei. Una de las muchas pruebas del contubernio establecido entre los usurpadores y el gobierno, fue la presencia de funcionarios del Sebin custodiando la sede nacional.

 

Un documento, muy concreto sobre el porqué del rescate le fue dirigido al TSJ que, legalmente, está obligado a validarlo, y de no hacerlo quedaría confirmado lo que toda Venezuela entendió fue una acción planteada por el oficialismo a los traidores que, si bien recibieron su plato de lentejas, sin embargo, despreciados por todos, terminaron siendo lanzados por la ventana. Ahora Copei, más unido que nunca, deslastrado de esta clase de aventureros, continuará su marcha hacia la victoria que, conjuntamente con las fuerzas democráticas, se le dará a Venezuela el 6D.