62 años después sus nombres no se han perdido en el olvido, tal día como hoy todos los demócratas cristianos saldamos una deuda que tenemos con nuestros líderes juveniles de antaño. Evocar y encontrar a Luis Herrera Campins, Rafael Caldera, Hilarion Cardozo, Enrique Aristiguieta, es recordar a los héroes de la lucha democrática de Venezuela y recordar a los que sentaron las bases de lo que hoy conocemos como la JDC. Es levantar con orgullo la bandera Demócrata Cristiana que hace 62 años empezó a ondear con más ímpetu que nunca de la mano de estos próceres copeyanos.
Hace 62 años nosotros los venezolanos encaramos nuestros primeros compromisos electorales con los cuales los copeyanos empezamos a forjar de la mano de la patria un camino de civismo y de valores, valores en los cuales aprendimos a creer y valores por los cuales empezamos a luchar, para poder así, conseguir un titulo sin igual entre los palmares nacionales, el titulo de padres de la democracia venezolana, pero adicionalmente a finales de ese glorioso año, se funda el principal brazo armado e importante propulsor de la Democracia Cristiana en Venezuela, La Juventud Revolucionaria Copeyana, de la mano del Dr. Luis Herrera Campins, conjuntamente con jóvenes de la talla de Valmore Acevedo, Rodolfo Cárdenas, Eduardo Tamayo y Rafael Alonso, entre otros, dan a luz a nuestra Juventud Victoriosa, un 24 de diciembre de 1947, ese día empezó nuestra lucha incesante y nuestro rol como paladines de la democracia, del bien común, de la justicia social, de la libertad y la igualdad, siempre saliendo victoriosos, 62 años de vida son testimonio de ello. En la década de los 50 nos enfrentamos a la dictadura Pérez-Jimenista y vencimos de manera contundente, en la década de los 60 y los 70 luchamos contra la insurrección marxista y contra la conspiración de la derecha y nos levantamos victoriosos. En la actualidad nos enfrentamos a un enemigo que atenta no solo en contra de lo que creemos, ese enemigo también atenta en contra de lo que construimos y precisamente por ello debemos envestirnos de ánimos de lucha, debemos blindarnos en contra de la desvirtuación ideológica por la cual pasa nuestro país y por sobre todas las cosas no debemos perder la esperanza ni el coraje que caracteriza a la juventud venezolana.
Así pues, que la invitación es compañeros, a sentirse orgullosos de haberse incorporado tempranamente al seno de la lucha democrática venezolana y a mirar nuestra historia con mucha responsabilidad, para no caer en el vago vicio de esa nostalgia de vejez prematura para calcarla, sino que sirva como punto de referencia y así hacer las cosas mejor.
Ser joven es tener esperanza. Es la inconformidad para construir. Es la rebelión que ambiciona justicia. Es la irreverencia ante el dogma conservador y estéril. Pero lo que mas nos caracteriza es la VOLUNTAD. Ese gesto del espíritu que nos distingue y nos hace útiles al proyecto cristiano de asemejar a dios y batirnos en la certitud de la perfectibilidad. Como bien afirmo Santo Tomas de Aquino “Soy hombre… gracias a la voluntad de serlo…”, en este caso deberíamos agregar que somos jóvenes porque tenemos la voluntad de serlo. Somos pues poderosos en voluntad.
Y esta misma voluntad es la que día tras día, hora tras hora, minuto tras minuto y segundo tras segundo, debe mantener mas vivo que nunca el deseo y la llama de saber que significa la palabra juventud, saber que juventud es la prueba, es el comienzo y si llegase a ser el final, pues recordar porque ha valido la pena empezar.
Así que reclamos esos genes y esos cromosomas patriotas que son el legado más fuerte de nuestros próceres, presentes en nuestra sangre nacional, el derecho al combate. Aprendamos de la vida lo bueno y lo inevitable y hagamos de la historia, de nuestra historia, un pasaje obligado hacia la eternidad. Comencemos pues….
José Javier Martínez
SECRETARIO JUVENIL DE COPEI CARACAS
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