Así lo creo…
VIVIR EN PAZ
Jesús Alberto Barrios R.
Hay muchas pruebas del poder arbitrario frente al ejercicio libre de las manifestaciones y del incremento de la protesta por parte de la gente que exige soluciones ante las condiciones de vida a que está sometida la población. El compromiso nuestro es trabajar unidos, con lealtad a los principios de la democracia, cuyo rumbo es un país para la paz, la vida y el progreso social, porque la agenda es social y humana, política y económica. El régimen aplica la política del miedo para controlar el descontento que se produce a lo largo y ancho del territorio nacional. En Venezuela se han desatado más de 3.500 protestas en el primer semestre de 2016, de las cuales un 30% fueron por desabastecimiento. Igualmente se contabilizaron 436 saqueos o intentos de saqueos en el mismo lapso. Esto demuestra la realidad que nos sumerge en el colapso social y la crisis moral. Por eso preocupa la tendencia dictatorial de un régimen cada vez más desesperado, que siempre lleva el sello de la maldad, de la dominación y control de la sociedad. En este contexto es necesario rescatar el sentido humanista de la política, colocando al ser humano en la médula del cambio que se avecina. Esta tarea no se agota en un revocatorio, es un punto de partida para avanzar hacia el futuro, para que los venezolanos tengan paz y tranquilidad, instituciones democráticas en lugar de tiranos. La sentencia del Tribunal Supremo de Justicia, al dar luz verde a los militares para usar sus armas de fuego en el control del orden público, es una actitud del régimen extremadamente arriesgada y el reconocer su incapacidad para resolver los graves problemas sociales. Tal decisión se produce conocida la situación de aumento del reclamo social de alimentos y medicamentos. Ante tal consideración, entendemos que los militares también son pueblo. La opción es combatir democráticamente y en paz para obligar a los comisionados electorales del régimen a respetar la Constitución y las condiciones de transparencia y equidad que establece la ley electoral. A pesar de los atascos que coloca el CNE para impedir el revocatorio, los venezolanos reafirmaran el primero de septiembre su intención de querer revocar a Maduro, no hay manera de detener la pujanza que impone la voluntad de cambio para vivir en paz.
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