Artículo Jesús Alberto Barrios R

 

 

 

Así  lo  creo…

COMO  EN  CUBA

Jesús Alberto Barrios R.

Las fuerzas democráticas han hecho del cambio que proponemos un auténtico mensaje de esperanza. Venezuela vive un importante proceso rumbo al revocatorio como un proyecto nacional que el régimen está dispuesto a imposibilitar. Es inevitable, sin embargo, que al mencionar la palabra revocatorio, al gobierno le dé escalofríos y responda con retaliaciones, represión y más persecución política, con el propósito de amedrentar y sembrar terror en la población. Nos hallamos frente a una realidad nacional basada en el predominio del autoritarismo de un régimen que nos ha sumido en el caos y en la incertidumbre. No se trata solo de Maduro, se trata de ponerle fin a un régimen que nos llevó a un estado de calamidad social y económica, y a una crisis moral insoportable. Ante esta realidad, necesario es un cambio para fortalecer y defender los derechos y los valores del ser humano contra la injusticia y las vicisitudes de un régimen comunista trasnochado. Nuestro objetivo es crear una comunidad de valores, justa e integrada, cuyo protagonista sea el pueblo organizado y cuyo fin sea la instauración de una paz auténtica y duradera, basada en los principios de la democracia, cuyos pilares son la libertad, la justicia y el pleno respeto a los derechos de las comunidades. Se trata de institucionalizar la democracia, el primer paso es el revocatorio; pero una democracia solo se consolida con instituciones independientes, que desempeñen el papel decisivo devolver fecundos los esfuerzos de cambio en el orden social, político, económico y moral. Gobernar sobre la amenaza o el miedo, lejos de ser un factor de autoridad, es por el contrario un signo de debilidad y desconfianza. Gobernar a gritos pretendiendo amedrentar a los disidentes, es la forma como desde el gobierno permean el discurso los protagonistas del desastre, en la que el chantaje y la amenaza cobran frutos con la manipulación del lenguaje y el manejo de las emociones. La reacción ante la convocatoria del acto del primero de septiembre es de miedo y temor al pueblo organizado. Cuando Maduro, Diosdado, Jorge Rodríguez y otros, pegan berracazos es porque se sienten desprovistos de bases sólidas, de argumentos para el debate democrático y están "asustaos", pero también es un elemento calculado para crear una sociedad temerosa. Maduro fue formado en Cuba, su confrontación permanente busca que las personas sean sumisas, pasivas y obedientes al régimen como en Cuba.

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