Así lo creo…
CUMBRE Y CRISIS
Jesús Alberto Barrios R.
No vamos a embestir los trapos rojos del régimen, estamos pendientes y vigilantes de no abandonar nuestra estrategia constitucional, pacífica, democrática y electoral, que tiene acorralado y desesperado a Maduro. El referendo revocatorio es la salida pacífica que queremos y a ello jugamos. Luchar por Venezuela, por la democracia, por los derechos fundamentales y todos converger en la dirección correcta es lo apropiado. La complejidad de la crisis requiere un cambio y es lo que proponemos. Ganar tiempo es el juego político del gobierno para evitar el revocatorio este año. La convocatoria de la XVII Cumbre de países no alineados en Margarita, del 13 al 18 de septiembre, es un juego político del régimen. A un costo de más de 160 millones de dólares, en medio de una grave crisis económica, de hambre, de miseria, de desesperación, es un descaro. Después de terminada la guerra fría, el movimiento de países no alineados ha sido superado por Tratados de integración, Acuerdos multilaterales y bilaterales, y por la propia ONU. Otras Cumbres, la XV realizada en Egipto 2009 y la XVI en Irán 2012, pasaron sin pena ni gloria. Ahora en Margarita, Maduro quiere la presidencia del movimiento de países no alineados, que es un parapeto que no sirve para nada. Con la tal Cumbre, juega a desviar la realidad de la crisis que padece Venezuela. Así lo hizo con el Esequibo, luego de años de silencio diplomático Maduro acudió a la Asamblea Nacional para proponer al país un debate sobre el tema de Guyana y reiterar que el reclamo del Esequibo es irrenunciable para Venezuela. Así mismo, exigió unidad para evitar un eventual conflicto; mientras en 16 años nunca se defendió nuestra soberanía. No olvidemos por ejemplo, que en 2014 Chávez prometió al presidente guyanés que "no se opondría a que empresas extranjeras exploten yacimientos petrolíferos y gasíferos en el disputado territorio", lo que provocó un sentimiento de rechazo. Pobre papel el de Maduro; el papel que Venezuela está llamada a jugar en la comunidad internacional tiene por fundamento la responsabilidad y la defensa de los derechos irrenunciables de la Nación. En medio de la peor crisis del país, a Maduro se le ocurre derrochar millones de dólares en ese parapeto de Cumbre.
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