Así lo creo…
SEMBRAR ESPERANZA
Jesús Alberto Barrios R.
El régimen juega a la violencia y hace la guerra dentro de un esquema de confrontación como estrategia política. Sobre esa línea se coloca el Estado forajido para aplastar la Constitución, la democracia y la libertad sobre la base de la experiencia comunista cubana. El Estado autoritario no está en condiciones de garantizarle al venezolano los alimentos, la salud, la educación, la seguridad y el bienestar colectivo. En su afán de controlarlo todo, impone un nuevo decreto de estado de excepción, con consecuencias lamentables para la Nación. Despoja de sus funciones al parlamento nacional, para seguir ocultando la escandalosa corrupción administrativa, y quedaría sin efecto la atribución legislativa de sancionar y abrir investigación a personas que ocupan cargos en la administración pública. No va a respetar la Ley de Presupuesto. Tal como explican algunos constitucionalistas, el decreto determina que el ejecutivo podrá establecer normativas excepcionales para autorizar erogaciones con cargo al Tesoro Nacional y otras fuentes de financiamiento que no estén indicados en la Ley de Presupuesto; autorizar y suscribir contratos de interés público sin sometimiento al parlamento nacional. No es posible que un gobierno pueda infligir tanto daño a una Nación. Los zarpazos constitucionales apuntan hacia el radicalismo político y paralizan todo el país. El ejecutivo asume atribuciones inconstitucionales, tomando decisiones legislativas que no le corresponden, actuando más allá de la Constitución. Es cierto que la población clama por un entendimiento para bajar la confrontación que polariza y destruye, pero en el terreno del gobierno reina la retórica de la violencia y la amenaza. Suenan más los disparos de Miraflores que los deseos de diálogo. El Estado justifica las agresiones de la "revolución" antes que el arte del entendimiento. Agredir, disparar, confrontar, es más eficiente para el régimen que garantizar la paz y la conciliación entre venezolanos. Sembrar desesperanza es la principal arma de los gobiernos comunistas. El papel de la oposición es más difícil y complejo pero preferible a la confrontación, se trata de sembrar esperanza.
Instagram/twitter: @jesusalbertob
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