La posición asumida por el gobierno nacional, a través del Canciller Nicolás Maduro, contra la Iglesia venezolana pone en evidencia una conducta soberbia e ignorante respecto al rol que viene cumpliendo en el mundo la iglesia católica.
No nos sorprende esta postura por parte de la dictadura, pues es ya un libreto repetido por cada uno de los funcionarios oficiales, el de descalificar a quien emite una opinión que le desagrade. Descalificación que siempre es idéntica: "agentes del imperialismo", de "la CIA", "enemigos de nuestro pueblo", "lacayos del imperio"; son clichés que se le asigna a toda persona o institución que ose levantar su voz disintiendo o mostrando alguna observación crítica frente a la situación nacional.Calificar a los Señores Obispos y Arzobispos como operadores políticos, como agentes de un plan desestabilizador dirigido por Busch, no solo es un despropósito, sino que pone en evidencia un desconocimiento de los documentos que ha venido produciendo en los últimos veinte años la Conferencia Episcopal de Venezuela.
La postura de nuestro episcopado guarda estrecha relación con lo que ha sido la línea de la iglesia universal. Desde la aparición de la Encíclica Rerum Novarum ( <http://es.wikipedia.org/wiki/Idioma_lat%C3%ADn> latín : de las cosas nuevas) promulgada por el <http://es.wikipedia.org/wiki/Papa> papa: <http://es.wikipedia.org/wiki/Le%C3%B3n_XIII> León XIII el <http://es.wikipedia.org/wiki/Viernes> viernes <http://es.wikipedia.org/wiki/15_de_mayo> 15 de mayo de : <http://es.wikipedia.org/wiki/1891> 1891, la Iglesia Católica asumió un rol más allá de lo meramente espiritual y se involucró en los problemas sociales de los pueblos. A partir de ese momento, son miles los documentos pontificios y episcopales que en todo el mundo han surgido para profundizar esa línea de pensamiento y de acción por parte de nuestra iglesia.
Si a Maduro y al Gobierno le produce "repulsión" los documentos de la Iglesia, a nosotros no
s producen esperanza y fe. Si Maduro y su jefe el Comandante, quieren silenciar a nuestros pastores, nosotros los llamamos a no ceder en su empeño en decir la verdad, en defender el evangelio y continuar la lucha por la defensa de la dignidad humana.Que el Chavismo se moleste porque hay una voz clara de una institución respetable y respetada, no puede sorprendernos. También Hitler, Stalin y Fidel Castro descalificaron la voz de la Iglesia, y ellos y sus regimenes tienen hoy un claro balance de repudio universal.
Por otra parte el Canciller olvida como Chávez y todos los militares del golpe de estado de 1992 se arropaban con las sotanas de los obispos cada vez que los trasladaban de centro de reclusión, y se abanderaban de los mismos documentos de la Conferencia Episcopal en los años 1993, 94,95, 96, 97 y 98 que al igual que ahora, reclamaban atención de los gobiernos de entonces, respecto de los problemas de nuestro país. No hay sino que buscar los periódicos de entonces para ver como exigían que no les pusieran esposas cada vez que los trasladaban. Que les dieran comodidades en los centros de reclusión. Y de inmediato llamaban a Obispos como Monseñor Baltasar Porras, Diego Padrón o Mario Moronta para que fueran garantes de sus exigencias. Por supuesto, en ese momento, el país tenía gobernantes respetuosos de la Iglesia y de sus pastores. Hoy se les insulta y se les expone al escarnio público.
En nombre de los venezolanos de buena voluntad y de los socialcristianos, rechazamos las agresiones del gobierno, por intermedio del Canciller Maduro, a nuestros Obispos y le exigimos respeto para ellos. Como gobernantes deben oír con humildad y respeto las opiniones de quienes tenemos una visión diferente del modelo de estado y de economía que se nos pretende imponer. De lo contrario el gobierno ratifica con su conducta que transita el camino de los otros regimenes que satanizaron y martirizaron a la Iglesia, vale decir el Fascismo y el Comunismo
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