“Si los islamistas ganan en Egipto, nosotros, los cristianos coptos, estaremos en peligro de muerte”, asegura a LA GACETA Sherief Youssef, un joven cristiano desde El Cairo. La caída de Hosni Mubarak “no ha mejorado”, ni mucho menos, su situación. Miles de cristianos coptos residentes en Egipto “hemos sufrido la violencia de los islamistas radicales e incluso del Ejército en los últimos meses”, asevera. De hecho, el pasado octubre 24 coptos murieron y más de 200 resultaron heridos por la brutal represión de los uniformados. “No tenemos los mismos derechos que el resto de los ciudadanos; somos discriminados y perseguidos”, dice a este diario Michael Grace. “No tenemos acceso a puestos en el Gobierno, Policía o Ejército y tampoco nos dejan construir iglesias en el país, no nos dan permisos”.
La situación no parece que vaya a mejorar y menos si la coalición Justicia y Libertad de los Hermanos Musulmanes llega al poder. “Su victoria no sería una buena noticia para los coptos. La coalición islamista tiene un historial de violencia y están envueltos en el asesinato del presidente Anuar Sadat en 1981, entre otros”, explica Grace.
“Los Hermanos Musulmanes siempre han denunciado la violencia contra nosotros, pero es una denuncia falsa, pues nunca han hecho nada para evitarla”, puntualiza. “Su objetivo es imponer la sharia en Egipto, obligando, entre otras muchas cosas, a que las mujeres lleven el velo”, dice.
“Los islamistas tienen dos caras: una con la que engañan al resto del mundo, vendiendo un mensaje abierto, y otra cara diabólica que demuestra sus verdaderas intenciones”, explica otro de los cristianos, A. O., quien prefiere mantener su anonimato por “la delicada situación que vivimos”. Tampoco cree que la Junta Militar asegure un buen futuro en Egipto. “Hay muchos musulmanes moderados, y lo podemos ver en Tahrir, que no están de acuerdo con la represión que los soldados ejercen contra gente inocente”.
Disturbios
De hecho, ayer, al menos una persona murió a causa de los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad egipcias en los alrededores de la plaza Tahrir. No obstante, ayer el país despertaba con la mente puesta en las elecciones legislativas del lunes y el martes. Tras la gran manifestación del viernes, y al ver que la Junta Militar no cedía, los partidos políticos volvieron a llamar al voto. Mientras, los militares aseguraban que el nuevo Gobierno de salvación nacional, todavía sin completar, tendría poderes reales.
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