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ORACIÓN DE SANTA GERTRUDIS LA MAYOR PARA LIBERAR 1 000 ALMAS DEL PURGATORIO
ORACION DE SANTA GERTRUDIS LA MAYOR
Oración para salvar 1000 almas del Purgatorio cada vez que se rece.
Nuestro Señor le dijo a la gran Santa Gertrudis que la siguiente oración salvaría 1000 almas del Purgatorio cada vez que se rezara.
"Oh Padre Eterno, os ofrezco la más preciosa sangre de vuestro Divino Hijo, Jesús, unido a las Misas celebradas hoy alrededor del mundo, por todas las santas almas del Purgatorio.-Amen"
Recomendación: Reza el próximo oración por lo menos dos veces, para sacar a lo menos dos veces la cantidad de almas del Purgatorio. Después de la oración, pídale a las almas libradas del Purgatorio por sus oraciones que recen para tus intenciones.
Nuestra Señora nos asegura que si rezamos estas oraciones, "¡podremos liberar muchas, pero muchísimas almas!"
"Para las ánimas del Purgatorio, las Santas Llagas constituyen un verdadero tesoro de Tesoros."
REZAD POR LAS ANIMAS DEL PURGATORIO
El mayor número de almas son liberadas durante la S. Consagración el la Misa, que durante cualquier otro tiempo. No obstante, muchas almas vuelan al Cielo en la Navidad. Esta liberación sigue después, en las fiestas de Nuestro Señor, en las de Nuestra Señora, y en las fiestas de los grandes santos. Mediante las oraciones ofrecidas a su favor, las ánimas del Purgatorio reciben insignes gracias en ciertas otras ocasiones, por ejemplo, en su día natal, en el día de su bautismo, y en el aniversario de su fallecimiento.
Aquí en la tierra, si nos dedicamos a ofrecer sufragios por las pobres ánimas del Purgatorio, recibiremos el mismo favor después cuando sea nuestro turno. Entonces, los fieles se acordarán de rezar por nosotros también. Por otra parte, Nuestro Señor será compasivo con nosotros cuando estemos sufriendo en el Purgatorio.
La Santísima Virgen nos pide rezar por las Pobres Animas. Para este fin, Ella nos recomienda las siguientes oraciónes:
5 veces el Credo. . .;
1 vez la Salve. . .;
1 vez el Padrenuestro. . .;
1 vez el Ave María. . .;
1 vez Gloria al Padre. . .;
1 vez "Réquiem" (Dales el descanso eterno, Señor, y que la luz perpetua ilumine sobre ellos. Que descansen en paz. Amen.)
BIBLIA – 2 Macabeos, Capítulo 12. Versículo 46:
"Es, pues, un pensamiento santo y saludable el rezar por los difuntos a fin de que sean libres de las penas de sus pecados."
Una indulgencia, aplicable SOLAMENTE a las almas en purgatorio, se concede cuando devotamente se visita un cementerio y se ruega por los difuntos.
CIEN REQUIEM POR LAS ALMAS DE PURGATORIO
MODO DE PRACTICAR ESTA PIADOSA DEVOCIÓN
Para hacer este ejercicio, cada uno puede servirse de un rosario común de cinco decenas, recorriéndolo dos veces para formar las diez decenas, o sea la centena de Réquiem.
Se empieza rezando un Padrenuestro y después una decena de Réquiem en esta forma:
Dadles, Señor, el eterno descanso y haced lucir sobre ellas vuestra eterna luz.
En cada cuenta grande se dirá la jaculatoria y ofrenda siguientes:
JACULATORIA
Almas santas, almas purgantes, rogad a Dios por nosotros, que nosotros rogaremos por vosotros para que El os dé la gloria del paraíso.
OFRENDA
Padre eterno, os ofrecemos la sangre, pasión y muerte de Jesucristo, los dolores de la Santísima Virgen y los de San José, por la remisión de nuestros pecados, la libertad de las almas del Purgatorio y la conversión de los pecadores.
En seguida se rezan la segunda y demás decenas de Réquiem sobre las cuentas pequeñas, repitiendo la jaculatoria y la ofrenda sobre cada cuenta grande. Acabadas las diez decenas, o sea la centena de Réquiem, se rezará la siguiente oración:
DE PROFUNDIS
Salmo CXXIX de David
Desde el profundo abismo de mis penas
a Ti clamo, Señor, de noche y día;
oye, mi Dios, los incesantes ruegos
de un corazón contrito que se humilla.
Estén gratos y atentos tus oídos
a mi voz lamentable y dolorida:
a Ti mis ayes y gemidos lleguen
pues a escucharlos tu piedad se inclina.
¿Si siempre airado tus divinos ojos
sobre las culpas de los hombres fijas,
quién estará confiado en tu presencia,
confundiéndonos sólo ante tu vista?
Más la eterna palabra de tu seno
que aplaque espero tus terribles iras;
porque son inefables tus promesas
y con tus gracias pecador invitas.
Así aunque mi alma acongojada gime
contemplando el rigor de tu justicia,
por tu palabra la indulgencia espera,
de que la hacen culpas tan indigna.
¡Oh pueblo electo! De mañana y noche,
en todos tus peligros y fatigas,
acógete al Señor con la confianza
que en su ley soberana nos intima.
Porque es inagotable su clemencia;
se muestra con los flacos compasiva;
de todas sus miserias los redime,
y siempre que le claman los auxilia.
Este Dios abrevie el tiempo
en que logre Israel su eterna dicha
cuando de tus pecados la liberte,
que con tanto rigor la tiranizan.
Encomendémonos ahora a las almas del Purgatorio y digamos:
¡Almas benditas! nosotros hemos rogado por vosotros que sois tan amadas de Dios y estáis seguras de no poderlo más perder: rogadle por nosotros miserables que estamos en peligro de condenarnos para siempre.
¡Dulce Jesús, dad descanso eterno a las benditas almas del Purgatorio!
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