Autor: Carlos Balladares
Publicado en: Código Venezuela
Los peores Presidentes: una competencia de incapacidades
Un análisis personal en base a los daños a la nación
La historia es la memoria meditada de los pueblos, la cual debiera servir para el aprendizaje en lo que respecta a la selección de sus gobernantes y los caminos a recorrer. En este sentido hemos querido dar nuestra opinión en lo que respecta a los Presidentes que peor desempeño han tenido. El criterio que hemos usado son los daños que han traído sus gestiones a la nación.
Hoy en día muchos evalúan los gobiernos por las obras que realizan y no por el desarrollo institucional, e incluso valoran más la construcción de edificios vistosos y no de escuelas, hospitales o viviendas. Es por ello que el dictador Pérez Jiménez goza de tan buena fama y la democracia es maltratada. En lo que respecta a las muertes generadas por las políticas represivas o por la omisión en el combate de la delincuencia por parte de los Presidentes, incluso dejan en último lugar los perjuicios que se generan por sus omisiones.
A continuación les ofrezco una lista elaborada conjuntamente con un amigo que desea mantenerse en el anonimato.
1. Julián Castro (1858-1859). Hombre de armas como la inmensa mayoría de los políticos del siglo XIX venezolano, llega al poder por medio de la llamada “Revolución de marzo” de 1858. Movimiento que logró poner de acuerdo al Partido Liberal y a los “conservadores” en contra de la dictadura de José Tadeo Monagas. Buena parte de los historiadores lo han considerado uno de los peores Presidentes porque desaprovechó el consenso existente entre los dos principales “partidos” para evitar la guerra civil. Al contrario, tal como dice el historiador Tomás Straka en la biografía del personaje en cuestión: “intentó jugar con los dos bandos que pugnaban por el país quedándole tan mal el juego que, en algún grado, apuró su caída al precipicio de la Guerra Federal” (p. 11). A pesar de que se le otorgaron poderes especiales, y logra la aprobación de una nueva Constitución; la situación de Venezuela se agrava por su inoperancia para solucionar problemas y por sus maniobras para mantenerse en el poder. Cuando la guerra comienza se declara enfermo, delegando el poder en el vicepresidente. Ante sus ansias de mandar nuevamente busca alianzas entre el bando contrario liberal demostrando su arribismo desmedido. Asume nuevamente en junio de ese año. Dos meses después será derrocado por los conservadores, mientras continúa la Guerra en Venezuela.
2. Hugo Chávez (1998-?). Nunca antes Presidente alguno de Venezuela contó con tantos recursos financieros, apoyo popular y poder; y a pesar de ello los desperdició intentando construir un modelo de gobierno y de sociedad inviable. Al mismo tiempo que ha desarrollado una perenne apología al odio entre los venezolanos basándose en las diferencias de clases, razas e ideologías en pleno comienzo del siglo XXI.
Barinés de origen humilde, con formación militar hasta el rango de teniente coronel, fue el instigador principal de los golpes de estado de 1992. Después que el Presidente Caldera le concedió un indulto, logrará ganar las elecciones de 1998. Su primer paso fue llamar a una constituyente que concentró todos los poderes. Es un cultor chovinista del Libertador y enemigo de las potencias occidentales democráticas y de economía de mercado, lo cual destila en prolongados discursos a través de todos los medios de comunicación que obliga a “encadenarse”. Mediante artimañas regulatorias cerró el canal de televisión RCTV y decenas de emisoras de radio, enfrentó una masiva huelga petrolera que terminó con el despido sin pago retributorio de 20 mil trabajadores en 2002, luego siguió un férreo control cambiario denominado CADIVI que redunda en manejos irregulares (solo Cuba y Venezuela lo tienen en todo el continente americano). Los ingresos petroleros se beneficiaron de un salto sin precedentes en la historia mundial logrando más de 975 mil millones de dólares, pero esto no se ve en una mejora económica diferente a la renta por hidrocarburos, el país sigue viviendo de un solo producto, el control cambiario y los impuestos. El ataque a la iniciativa privada es constante, resultando en expropiaciones y quiebras de más de 6 mil empresas. En el plano internacional se ha asociado con las dictaduras y países más autoritarios del planeta como Bielorusia, Libia (de Gaddafi), Irak (de Hussein), Irán y Siria.
Ha ganado cuatro elecciones presidenciales, revocatorios y algunas enmiendas constitucionales mediante la amenaza y el envilecimiento a la población más ingenua y mayoritaria del país a los cuales los mantiene dependientes de dadivas gubernamentales; y con el uso de todos los recursos y poderes del Estado. Esto le ha dado posibilidad de reelección indefinida y aumento de periodos presidenciales a 6 años. Sus logros educativos son masificaciones de instituciones mediocres sin aspiraciones de excelencia. Dobló la burocracia y una deuda heredada de 34mil millones de dólares se estima alcanza para 2012 los 200 mil. Auditar las cuentas del estado es casi imposible debido a manipulaciones de un parlamento que ha logrado tener en su mayoría desde 2005 hasta 2010, además de mantener todas las instituciones públicas bajo su control, no hay independencia de poderes. Ya con 14 años en el gobierno casi un millón de venezolanos han emigrado debido a una criminalidad que han hecho de Venezuela el cuarto país más violento del mundo y el primero con más inflación de Latinoamérica luego de 3 devaluaciones. Ante la falta de construcción de viviendas populares, menos de 19 mil por año, inició un plan acelerado que ha resultado en un caos urbanístico en las ciudades. Sus obras de infraestructura lucen de factura mediocre y mal planificada por su aversión al profesional tecnificado de origen capitalista. Para el pueblo llano que lo sigue es un nuevo mesías o Bolívar, ese personalismo se ha explotado hasta niveles odiosos. El futuro nacional parece incierto… la esperanza es el cambio a un contrario más progresista; u ocurra el milagro de un cambio en su personalidad lo cual luce cercano a lo imposible.
3. José Tadeo Monagas (1847-1851, 1855-1858, 1868-69). Tiene el único merito, como Presidente, de haber abolido la pena capital por delitos políticos en Venezuela. Llega al poder gracias al apoyo de Páez y el presidente Carlos Soublete, logrando ser elegido Presidente de la República en 1847 lo que da inicio al periodo llamado “Monagato”. Su primera acción autoritaria es asaltar el Congreso Nacional para limitar la independencia de poderes en Venezuela. Al final de su primer gobierno usa sus influencias para lograr la elección de su hermano mayor. Posteriormente vuelve al poder en 1855 gracias al favor devuelto de su hermano. Inicia un segundo periodo más autoritario y perfilado a eternizarse en el poder mientras ningún progreso nacional avanza. Es derrocado por Julián Castro al tercer año de su gestión asilándose en la embajada francesa y de allí al exilio.
Al terminar la Guerra Federal regresa al país seis años después buscando grietas en la administración de Juan Crisóstomo Falcón por donde promueve la Revolución Azul. A pesar de sus 83 años derroca al presidente Manuel Bruzual mediante fuertes combates en Caracas en 1868. Reinstaura la constitución de 1864 y convoca a elecciones que no logra ganar por su muerte debida a una pulmonía cinco meses después. Lo sucede su hijo José Ruperto.
4. José Gregorio Monagas (1851-1855). Se le conoce más por decretar oficialmente la libertad de los esclavos lo cual es positivo, pero el primitivo sistema económico y social del país hace esta conquista irrisoria. No obstante de luchar impecablemente a favor de causa republicana en la Guerra de Independencia comenzó a manifestarse dentro de las filas oportunistas del país y sin intensiones de construir una nación moderna. Utilizó el poder que le facilitó su hermano para consolidar un sistema de nepotismo sucesoral. Cuando su hermano es derrocado por Julián Castro, él es apresado y conducido a Maracaibo donde enferma y muere. Los restos de ambos hermanos se encuentran en el Panteón Nacional.
5. Jaime Lusinchi (1984-1989). Recibe del social cristiano Luis Herrera un país que triplico sus ingresos petroleros pero endeudado internacionalmente con 29 mil millones de dólares lo cual redundó en una gran devaluación de la moneda nacional conocida como el Viernes Negro de 1983. Ante esta situación el social demócrata Lusinchi no hace los cambios necesarios, propone una insincera austeridad y sensibilidad social. Su congreso es controlado en su totalidad por su partido AD, y desarrolla la lamentable partidocracia que llevará a la crisis de la democracia en la década de los noventa y que permitió la llegada al poder de Chávez. La deuda alcanzó los 38 mil millones, mientras el bolívar siguió devaluándose y las reservas nacionales fueron desfalcadas con 700 millones adicionales, impone un control de cambio con manejos dudosos conocido por sus siglas, RECADI. La corrupción se multiplica con empresas fantasmas que viven del control cambiario. En su mandato destaca negativamente la inflación continua, aumentos inorgánicos de salarios improductivos, y lo peor: mantiene la economía encadenada al petróleo. Para añadir más problemas, su relación extra-marital luce como el verdadero poder detrás de la presidencia lo cual es reflejado en la prensa nacional que ocasiona problemas con el diario “El Nacional”. A su favor podemos decir construyó el complejo habitacional Juan pablo II y amplió las obras del Metro de Caracas, hizo la represa del Turimiquire, fabricó 335 mil viviendas populares y permitió la fundación de la COPRE (propulsora del proyecto de descentralización). Resalta el evitar un conflicto con Colombia por la incursión de la corbeta “Caldas” en el Golfo de Venezuela. Entregó la presidencia a quien intentará enmendar estos errores.
En general siempre será una tarea difícil e injusta el culpar a una sola persona de procesos colectivos tan complejos, pero sin duda que la responsabilidad de los Presidentes y las élites siempre es mayor que la de las masas y los pobres. Y más aun si se trata de sociedades personalistas con sistemas hiperpresidencialistas. Es por ello que hemos realizado esta lista ¿Y cuál es la suya?.
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