miércoles, 5 de agosto de 2015

COPEI, ZONA DE PAZ DEL CHAVISMO




COPEI, ZONA DE PAZ DEL CHAVISMO

"Han satanizado a Diosdado y lo que él representa, cuando ellos van a ser necesarios para garantizar la gobernabilidad de la unidad nacional"  (PP Fernández)


La colaboración con el enemigo dentro de las propias filas no es nueva en la historia de las luchas militares y políticas. Ejemplos emblemáticos de esa actitud lo constituyen los casos de los cipayos, soldados indios al servicio de la corona inglesa que combatían a sus compatriotas que luchaban por la independencia de su país; los quintacolumnistas, denominación dada por el General Emilio Mola para referirse a quienes desde el interior de Madrid (en poder de los republicanos) colaboraban con la fuerzas del franquismo y la División Carlomagno, nombre del cuerpo militar francés que en la segunda guerra mundial combatió bajo las banderas nazis contra los aliados y contra su propio pueblo. Todos estos casos han quedado en la historia como símbolos de la deslealtad y la traición. Sin embargo ese tipo de actitud no quedó sepultada definitivamente en el pasado, periódicamente conocemos de nuevos eventos y acciones deshumanizantes que renuevan esas degradantes posiciones al servicio de las más innobles causas.


En la Venezuela actual, martirizada desde hace 16 años por la brutalidad socialista, también tenemos expresiones de esa conducta aberrante por parte de algunas personas que, por su tradición y formación, suponíamos vacunados contra tan abyectos sentimientos. Desgraciadamente no es así, hemos estado equivocados, muy equivocados, ya que lo que está ocurriendo actualmente en el seno de COPEI, es un ejemplo clásico de tan indigno proceder.


Para nuestros hermanos dirigentes copeyanos del país, para esa gente buena, sana, honesta y trabajadora que se siente confundida por lo que lee y escucha sobre su partido, van dirigidas estas líneas que constituyen mi visión de los hechos que nos conmueven. Lo que acontece en COPEI no comenzó hace días, ni semanas, ni un mes, sino que comenzó un poco más atrás. Desde hace aproximadamente año y medio se ha venido armando una verdadera conjura contra las legítimas autoridades del partido, con la finalidad de colocar a la organización a la orden de una causa infame: un entendimiento con la fracción chavista que dirige Diosdado Cabello, para una supuesta transición en la jefatura del gobierno encabezada por cierto líder socialcristiano, con vocación de convertirse en una especie de Pétain tropical (Mariscal Pétain, antiguo héroe francés de la primera guerra mundial, que aceptó el vergonzoso papel de dirigir un gobierno colaboracionista con los nazis, cuando estos ocuparon a Francia durante la segunda guerra mundial).


En el momento en que el compañero Roberto Enríquez no se prestó para ser parte de esa "estrategia", entonces comenzó a convertirse en alguien "incómodo" o poco confiable. He allí el origen, la causa fundamental, del conflicto interno del partido. Lo demás, que si "el partido no tiene una línea estratégica", que si "las reuniones de la DPN se dirigen mal", que si "se atropellan a los dirigentes regionales", que si "se alquiló a Cujicito", que si "estamos peleados con el resto de los partidos de la MUD", que si "Roberto insultó al inmaculado Henry Ramos y a Julio Borges", que si "el pato y la guacharaca", etc., etc., etc., todo eso, como lo afirmé en una reciente reunión con dirigentes regionales, no es más "que la hojarasca donde se esconde la serpiente". La coartada para justificar la aviesa intención de "cortarle la cabeza" a alguien a quien ya no se considera útil. Porque las críticas que se le hacen al compañero Roberto Enríquez por el estilo que tiene de dirigir al partido, muchas de las cuales pueden ser ciertas desde el punto de vista formal, no constituyen motivo válido para montar una arremetida tan feroz en su contra, en evidente connivencia con el poder que emana desde la Asamblea Nacional. Nada de eso justifica la creación de una crisis tan desproporcionada al interior de la Democracia Cristiana venezolana.


Resulta ser que mientras Roberto aceptaba cumplir con el guión que gustaba en Boleíta, como aquel de asistir al acto de juramentación de Maduro en la Asamblea Nacional en contra de la decisión unánime de la MUD de no avalar con su asistencia ese acto inconstitucional, cuando actuaba así, Roberto si tenía "clara" la "línea estratégica de COPEI", en ese momento Roberto si era un excelente líder copeyano sin mácula alguna. Pero, en cuanto Roberto decidió rectificar, entre otras razones por las críticas que le hicimos varios miembros de la DPN, y estuvo de acuerdo en condenar la participación individualista, por su cuenta, indisciplinada y oportunista del hijo de Eduardo Fernández, en los actos de "entendimiento y diálogo", con el régimen chavista, entonces, a partir de allí, el compañero Roberto dejó de ser "el bueno", le surgió un cúmulo de defectos inimaginables para un dirigente, los cuales se le manifestaron marcadamente de pronto, de golpe y porrazo. Por tanto, ya Roberto no convenía y había que salir de él.


Lo que el compañero Roberto Enríquez hizo en esa oportunidad, fue hacer valer su propia personalidad y asumir con dignidad su rol de nuevo líder de la Democracia Cristiana del país. Eso evidentemente no gustó, pues ello no encajaba en la visión de contar con un servil, sin voluntad ni peso específico propio, en la conducción del partido. El malestar en la casa usurpada de Boleíta (sobre esta calificación hablaremos oportunamente) se acrecentó, cuando en pleno ejercicio de su liderazgo, el compañero Enríquez, ante los atropellos cometidos por el régimen contra el Alcalde Ledezma, la diputada María Corina y el líder político Leopoldo López, decidió solidarizarse con ellos y anunció la firma del documento llamado "La Salida", decisión que contó con el apoyo de la mayoría de los integrantes de la DPN. Desde ese momento, desde ese acto "sacrílego" contra las aspiraciones del Pétain de Boleíta, se inició una despiadada campaña de desprestigio, de descalificación e irrespeto hacia Roberto Enríquez, cuyo fin último nunca fue lograr una supuesta "rectificación en la conducción", sino su sometimiento incondicional o su muerte política.


Esa liquidación política se intentó materializar promoviendo un Consejo Federal, en donde los señores que presumen de "guardianes impolutos de la pureza ideológica y doctrinaria socialcristiana",  mediante la puesta en práctica de una "no muy cristiana" campaña previa de mentiras repetitivas, inspirada, ya no en Maritain, San Pablo o el Papa Francisco, como gusta a los farsantes citar de memoria para presumir de santos y doctos ante los desprevenidos, sino mas bien en aquella pedestre y cínica máxima goebbeliana de que "una mentira mil veces repetida se convierte en verdad"  o, en aquella otra, del "miente, miente, miente que algo queda", trataron de confundir a la dirigencia regional copeyana con el fin de defenestrar a la Dirección Nacional, para lo cual no vacilaron en requerir el auxilio inmoral de su aliado en el gobierno, el inefable Teniente Cabello, quien diligentemente, en un santiamén, les consiguió cuatro sentencias en serie del TSJ para restituir a sendos dirigentes regionales afectados por la "arbitrariedad de la DPN". Lamentablemente para los conjurados, no solo no lograron la defenestración sino que por el contrario fueron aplastantemente rechazados, por la actitud firme, digna, seria y responsable de una dirigencia regional, que demostró estar muy por encima del nivel moral y doctrinario de quienes pretendieron ser sus "pastores".


Ante ese fracaso monumental, ante la imposibilidad de embaucar al liderazgo partidista para que les acompañara en ese descabellado propósito, volvieron a acudir a su pareja morganática para que les enmendara la plana y les permitiera alcanzar, mediante la entrega humillante de su dignidad, lo que no pudieron lograr con los votos en el Consejo Federal. Es así como ahora, cobijados bajo el manto protector del gobierno y con un lastimoso escrito, que oscila entre el lloriqueo y la delación, se presentan ante su "fuerza de base", el TSJ, para que les "restituya sus derechos" vulnerados por ese mal compañero llamado Roberto Enríquez, que no quiere entrar por el aro de ser un amable patriota cooperante.


Durante meses los miembros de la Dirección Política Nacional de COPEI hemos sido testigos directos de cuestionamientos agresivos, de frases ofensivas, de malacrianzas e irrespetos verbales, pronunciados en reuniones de la Dirección Nacional contra el Presidente Nacional, compañero Roberto Enríquez, quien con una tolerancia infinita, digna de mejores causas, ha soportado con franciscana paciencia esas intervenciones inamistosas, muchas veces descompuestas, cargadas de odio y de una soterrada envidia, por parte de personajes como Miguel Salazar y Pedro Pablo Fernández.


Aparte de aguantarnos esas exposiciones, también hemos tenido que soportar, al igual que la dirigencia regional, un abrumador bombardeo sistemático de correos electrónicos, casi todos contra el Presidente Roberto Enríquez, en los que, al igual que en los discursos, como para recubrir con un halo de "respetabilidad", de "altura", de "imparcialidad" o de "soporte doctrinario", la bajeza de sus contenidos, de manera recurrente se hace mención a los "principios y valores del humanismo cristiano", o se citan frases célebres del Dr. Calvani y del Papa Francisco, pero que no han sido otra cosa "que el algodón en el que ha ido envuelto el dardo de la maldad". Todo ello como parte de la maniobra envolvente y concertada con el oficialismo para destruir moralmente al compañero Roberto Enríquez. Por cierto, cada vez que leo o escucho en boca de quienes escriben o pronuncian tantas citas doctrinarias y expresiones elevadas de "amor" y "solidaridad", con las que suelen acompañar sus punzantes agresiones, me viene a la mente aquel fragmento del Evangelio de Mateo 23, 27 en el que el Hijo de Dios increpa a ciertos personajes, muy parecidos a algunos contemporáneos, a quienes les dice "Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas, porque sois semejantes a los sepulcros blanqueados, los cuales por afuera parecen hermosos a los hombres, mas por dentro están llenos de huesos de muerto y de toda género de podredumbre". Como dicen los expertos en montajes cinematográficos: "cualquier parecido con hechos y personajes actuales, es pura casualidad"


En su desespero por granjearse la voluntad del gobierno a donde fueron a entregar el resto de dignidad que les quedaba, los promotores de la acción contra la DPN de COPEI (en especial los que no aparecen) no dudaron en delatar a Roberto y al resto de los integrantes de la Dirección Nacional que lo acompañamos en la decisión de apoyar el documento para la Transición, al dejar bien sentado que ellos no estuvieron de acuerdo con la firma de dicho documento, propuesto al país por Ledezma, Machado y López. Actitudes como esa marcan un deslinde definitivo, ya no solo de carácter doctrinario, ideológico o político, sino moral y humano. Víctimas y verdugos no podemos compartir el mismo hábitat. Refugiarse en argucias estatutarias y seudo jurídicas para congraciarse con un régimen criminal que oprime a un pueblo, que asesina a sus estudiantes, que tortura a los presos políticos (que por cierto "no son el punto", como lo dejó bien claro en la DPN uno de los jefes de esta operación), que humilla todos los días a los venezolanos en las colas del hambre, que ha colmado de miseria y destrucción a sus empresarios y trabajadores. Pretender hacerse el simpático y procurar entenderse con un régimen de esas características, no puede tener justificación de ninguna índole, ni puede haber conciliación con quienes opten por la traición. Ese proceder solo es propio de los supremamente egoístas. De quienes solo piensan en sí mismos. De los que no tienen dignidad Esos nunca serán "ni humanistas, ni cristianos". Esos son los que quieren convertir a COPEI en una ZONA DE PAZ PARA EL CHAVISMO, convertir a COPEI en un Caballo de Troya dentro de la alternativa democrática, para negociar presuntas posiciones futuras a cambio de impunidad.


Como es habitual en todo montaje, quienes arman el escenario no aparecen. Siempre están detrás de los bastidores. Lanzan al ruedo a algunos actores. Unos de buena fe, otros no tanto. Pero de lo que si está saturado el ambiente es de mentiras y de medias verdades, como esas de repetir que la "DPN intervino 17 Direcciones Regionales" o que las decisiones en la Dirección Nacional se han adoptado por "una frágil mayoría". ¿Cuáles son esos 17 Estados que la Dirección Nacional de COPEI ha intervenido? ¿Cuáles son? ¿Dónde están? ¿Acaso aprobar una decisión por 18 votos contra 7 es una mayoría frágil? Pero vamos mas al detalle ¿No se justifica promover la reorganización de la Dirección Regional de un Estado en donde el Presidente tenga meses sin realizar ninguna actividad sin convocar ni siquiera una reunión de su Dirección Política? O peor aún, en donde el Presidente del partido es pública y notoriamente un contratista al servicio del gobierno del que se supone que es OPOSITOR. No cuestionamos que los dirigentes de COPEI se procuren los modos de vida que consideren más apropiados, pero no es ético que el principal dirigente de un partido de oposición mantenga una relación económica con el gobierno al que adversa.


También se cita constantemente, como evidencia del maltrato de la DPN hacia la dirigencia regional, el caso de un ex Gobernador, de indudable trayectoria democratacristiana, a quien se quiere presentar como el paradigma ejemplar del "buen proceder copeyano". Pero no se dice nada que a ese mismo compañero se le ha brindado todo el apoyo y solidaridad necesaria para su mejor desempeño, tanto en COPEI como en MUD, a pesar de que durante la gestión de su gobierno, en su Estado, el mismo promovió, amamantó, apadrinó y echó a andar a un nuevo partido político, que con el tiempo se ha convertido en el principal succionador de la militancia copeyana a nivel nacional ¿o es que no se sabe cómo y dónde nació Primero Justicia? Y por si no fuera suficiente, ese mismo compañero también promovió, por lo menos, a otras dos organizaciones electorales en ese mismo Estado que compitieron con COPEI. Pero aún así, porque entendimos que había rectificado, a ese compañero se le han abierto las puertas para el desarrollo de sus actividades políticas y está donde está sin problemas, y ojalá siga estando y siga luchando por la causa socialcristiana. 

   

Finalmente, como conozco a algunos de los accionantes en el TSJ y presumo que no todos estaban conscientes de que esto no es solo una acción  contra Roberto Enríquez y la DPN de COPEI, sino que también va contra la unidad democrática y que, por tanto, al final el principal beneficiario será el gobierno, en primera instancia, y luego, algunas individualidades que hace algún tiempo asumieron una concepción patrimonialista de la Democracia Cristiana, según la cual sus intereses personales y los de COPEI son lo mismo, y fueron los que hábilmente los metieron en "este paquete", ¿No les llama la atención que los promotores y financistas no aparezcan en nada? A esos compañeros que pudieran estar actuando confundidos y de buena fe, les hago un último llamado a rectificar. Todavía están a tiempo de desligarse de ese disparate. ¡Sálganse de esa perversa manipulación y reencuéntrense con sus compañeros y amigos de siempre!


Luis Hidalgo Parisca

Presidente del Movimiento Agrario Demócrata Cristiano   

 

Caracas, 03 de agosto de 2015

 

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