miércoles, 2 de junio de 2010

ane.org - Consagración Total a Jesús a través del Inmaculado Corazón de María

CONSAGRACIÓNConsagración Total a Jesús a través del Inmaculado Corazón de María

¿Cuántas veces en tu vida te has propuesto “firmemente” realizar un cambio de rumbo radical y definitivo? ¿Cuántas Navidades y Año Nuevos, cuántas Cuaresmas y fiestas de Pentecostés han pasado sin que de verdad consigas hacerlo?
¡Ánimo! Nos ha sucedido a todos… Y aunque dicen que “mal de muchos es consuelo de tontos”, vaya que de alguna manera nos tranquiliza saber que lo que nos pasa es bastante “normal” y frecuente.
¡Cuántas veces no hacemos el bien que queremos, sino el mal que detestamos!, como decía el mismo San Pablo… (Cfr. Rom 7, 14 y ss.). Y es que eso nos ocurre a todos (o a casi todos), por nuestra naturaleza caída; porque, como dice Pablo, al ser hombres de carne, estamos “vendidos al pecado”…
Pero cuando prevalece en nosotros la pureza de intención, y fundamos nuestra esperanza en el Señor, Él mismo va poniéndonos al alcance valiosos instrumentos para obtener Su Gracia; en primer término, por supuesto, a través de los Sacramentos.
Precisamente en esta oportunidad, queremos compartir contigo un valiosísimo escrito, al que habíamos aludido ya en el Nº 6 de Jesucristo Vivo; un documento reconocido por la Iglesia Católica y recomendado por el Santo Padre para el crecimiento espiritual de quienes ciertamente desean avanzar en el camino de la fe y la santidad.
Como te decíamos en aquella edición de nuestra revista, el “Tratado de la Verdadera Devoción a María” es un libro que supuso un viraje decisivo en la vida de Juan Pablo II, y de muchas almas a lo largo de la historia. Naturalmente, también puede servirte a ti…

En la misma introducción de la obra leemos lo siguiente: “Este libro ha sido escrito por un san y ya ha formado otros San. Ahora está en tus manos, porque también tú puedas convertirte en San...”
Este fundamental documento, de San Luis María Grignion de Montfort, te ayuda a renovar, a través de una intensa preparación, la entrega a Dios que debiera ser nuestro principal destino, a partir del bautismo.
En efecto, si al bautizarnos renunciamos al pecado, hacemos un compromiso con Cristo y entramos en Él y en Su Iglesia, por deseo amoroso de nuestros padres y padrinos; al hacer voluntaria y conscientemente esta consagración ahora, ya como adultos, renunciaremos consciente y definitivamente al pecado, renovando voluntariamente las promesas del bautismo, y así nos entregaremos plenamente a Dios en Jesucristo, por medio de María.
La consagración es una experiencia espiritual que tiene toda la fuerza para elevarte a una visión distinta de las cosas. Si te animas a hacerla, es posible que inicialmente no comprendas, o no aprecies en toda su magnitud a lo que te conducirá esta práctica, pero estamos seguros de que el Señor, con el transcurso del tiempo, irá haciendo lo Suyo, y tu corazón se unirá de un modo definitivo a Su Sacratísimo Corazón, a través del Inmaculado Corazón de María.
Tan cierto es esto, que el mismo San Luis María Grignion de Montfort escribe en este tratado al que nos referimos: “Infinitamente más de lo que aquí te digo, te enseñará la experiencia; y tantas riquezas y gracias hallarás en la práctica, si eres fiel en lo poco que aquí te digo, que te quedarás sorprendida y con el alma llena de júbilo” (SM 52 “Preparación para la Consagración Total”)
Nos consagramos a través de María porque nadie, ningún alma de hombre mortal, sometió su corazón a la Voluntad de Dios de una manera más pura y completa que la Santísima Virgen… Por eso es la Madre de la Iglesia, y por eso fue que Jesús, a la hora de su muerte, la entregó a Juan, y a todos nosotros a través de él, como la más sublime guía para llegar al Cielo.
Indudablemente, la consagración no es una “receta mágica” para obtener la salvación, pues tal receta no existe, y te mentiríamos si así te la presentáramos ahora, pero de algo sí puedes estar seguro: Si te consagras y eres fiel a tus promesas, con la gracia de Dios profundizarás tu conversión hacia cristo, para poder llegar un día al Cielo.

Esperamos en Dios que así sea, y te ayudaremos con nuestras oraciones para lograrlo.

Motivos para consagrarse

Si nos tomamos en serio la religión, estaremos de acuerdo en que necesitamos andar por el camino de la santidad, y mejorar día a día nuestra manera de obrar, de hablar y de pensar.
Pero sucede que muchas veces no encontramos la manera de cambiar todo aquello que nos hace daño ante los ojos de Dios, de nuestros semejantes, y ante nosotros mismos. Más aún, la mayoría de las veces ni siquiera somos conscientes de qué es lo que está mal; pero de vez en cuando nos sentimos indignos de recibir tanta bondad, tanta gracia y bendición de parte de Dios.
Es que verdaderamente tenemos tanto para agradecer al Señor… ¡tanta maravilla...! El amor del esposo o la esposa, de los hijos, de los padres, de tu novio o novia, de tus hermanos, de algún otro ser querido… De verdad es el Señor quien te ama a través de esas personas, es Él quien quiere estar en todo lugar abrazándote. Siente a Jesús pues así, como el Ser más tierno que te protege y que quiere ser tu amigo siempre.
¿Y cómo responder a esta magia infinita? ¡Correspondiendo al amor con amor!
A pesar de las apariencias, no pretendemos venderte un producto, amigo lector, queremos que te enamores de Jesús, sencillamente porque Él está enamorado de ti, aunque tal vez en un arranque de acertada y sana humildad creas que no lo mereces…
Por eso te proponemos que te consagres a su amor misericordioso. Y te ofrecemos la herramienta que necesitas para hacerlo: Conságrate totalmente a Jesús a través del inmaculado Corazón de su amadísima Madre, ya que, por medio de esta práctica humana y divina, darás toda la gloria al Señor.
Eso sí, hay un requisito esencial: Debes poner todo de tu parte, y estar realmente dispuesto a luchar contra el pecado; introducirte y mantenerte en un estilo de vida que te permita caminar de acuerdo con los designios y la voluntad del Corazón de Jesús.
Él así lo desea, quiere que perfeccionemos nuestra vida cristiana cada día: "Si me amáis, guardaréis mis mandamientos." (Jn 14,14) “Sed perfectos como vuestro Padre que está en el Cielo es perfecto” (Mt 5,48). "Quien dice que permanece en Él, debe vivir como vivió Él." (1 Jn 2,6)
Si te traemos estas citas bíblicas ahora es para recordarte el deber que como bautizados tenemos de buscar la santidad, y para que tomes conciencia del valor y la inmensa ayuda que puede brindarte la consagración en la consecución de esta meta, que debiera ser el propósito de todo bautizado.
Sin embargo, es importante que sepas también el enorme compromiso que una consagración conlleva, ya que luego debes imitar la vida que tuvo Jesús y la vida que vivió María. La luz que brilló en los corazones de Jesús y de María fue el deseo, absoluto y permanente, de hacer en todo la voluntad del Padre. Esa deberá ser tu meta también una vez que te hayas consagrado.
Si de verdad tienes este propósito, debes saber que la disponibilidad de tu alma permitirá a nuestra Madre hacer de ti una prolongación de Sí misma, para presentarte después ante el Señor, pues Ella será la intercesora en tu conversión voluntaria.
Como dice San Luis María, “Este compromiso de vida, estimulado constantemente por un conocimiento vital de la madre de Dios, se traduce a su vez en una verdadera y permanente relación íntima con el corazón inmaculado de María”. (“Preparación para la Consagración Total”)

¿Qué es una Consagración y a qué nos conduce?

La consagración es una promesa de amor que se hace a Jesús, a través de la cual se le ofrece todo lo que uno es, lo que uno tiene y hace; todo a través del Corazón Inmaculado de la Virgen María, para que por gracia de estos dos Corazones, cada uno de nosotros viva plenamente entregado a la voluntad del Padre.
La meta de toda consagración es Jesús; en este caso, la Virgen María es el medio eficaz para alcanzar mayor unión con Cristo y es una fuente de protección maternal contra Satanás.
Está claro que no podemos separar a Jesús de María, así lo enfatiza nuestro querido Papa: “Nuestra relación interior con la Madre de Dios dimana orgánicamente de nuestra vinculación al misterio de Cristo…” (Cfr. Testimonio de Juan Pablo II, en relación con la Preparación para la Consagración Total, según San Luis María Grignion de Montfort)
Este es el camino que buscamos quienes hacemos la consagración que aquí te proponemos: Acercarnos a Jesucristo a través del amor de la Santísima Madre y consagrarnos enteramente a Él.
Sabemos conscientemente entonces, que esto significa vivir fuera del pecado, obedeciendo a los mandamientos que Jesucristo nos dejó, ratificando nuestra fe y “construyendo Iglesia” al tratar de ser cada día más santos.
¿Qué hacer para consagrarse?
Es importante ante todo considerar que la “Consagración Total a Jesús por María”, de San Luis María Grignion de Montfort, no se debe tomar a la ligera, como no se puede tomar a la ligera cualquier otra consagración; pero si hacemos énfasis en ello es porque esta práctica, en especial, requiere de una preparación profunda, de mucha seriedad y responsabilidad. En síntesis: Hay que estar bien convencido para hacerla.
La etapa preliminar en la preparación, necesita 12 días completos, para que el alma pueda desligarse de “lo mundano”, que es todo lo opuesto al espíritu de Jesucristo.
Este período es de suma importancia; sin embargo puede variar, en cuanto al tiempo se refiere, de acuerdo con las necesidades de cada persona que se quiera consagrar, así como de las circunstancias espirituales en las que se encuentre. (Por allí habrá quienes consideren que necesitan más o menos tiempo para “vaciarse”, reconocer lo que se debe cambiar y romper las ataduras).
Después vienen 3 semanas de oración profunda y meditación: En la primera semana, el alma tratará de conocerse verdaderamente a sí misma, en la segunda semana, se buscará un mayor conocimiento de María, y en la tercera, conoceremos a Jesucristo.
Son 33 días durante los cuales el alma se prepara intensamente para dar un vuelco decisivo en su vida. El día trigésimo tercero, que debe coincidir con una de las principales fiestas Marianas o con la festividad de San Luis María, se hará finalmente la consagración.
Puedes consagrarte en 6 distintas fechas a través del año: el 2 de febrero, fiesta de la Virgen de la Candelaria y de la Presentación de Jesús en el Templo; el 25 de marzo, fiesta de la Anunciación de la Virgen; el 28 de abril, fiesta de San Luis María Grignion de Montfort; el 31 de mayo, fiesta de la Visitación de la Virgen a su prima Santa Isabel; el 15 de agosto, fiesta de la Asunción de la Virgen María a los Cielos; o el 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción de María.


Programa de ejercicios diarios

Para hacer tu consagración el 15 de agosto, Fiesta de la Asunción de la Santísima Virgen a los Cielos (*)
Primera parte: El vaciado del espíritu del mundo
Duración: 12 días
Se inicia: El 28 de Abril
Termina: El 9 de Mayo

Segunda parte: El conocimiento de sí mismo. (Primera semana)

Duración: 1 semana
Se inicia: El 10 de Mayo
Termina: El 16 de Mayo
Tercera parte: El conocimiento de María. (Segunda semana)
Duración: 1 semana
Se inicia: El 17 de Mayo
Termina: El 23 de Mayo
Cuarta parte: El conocimiento de Jesucristo. (Tercera semana)
Duración: 1 semana
Se inicia: El 24 de Mayo
Termina: El 30 de Mayo
(*) Por tratarse de la fecha posible de consagración más próxima a la publicación de este número de Jesucristo Vivo, ponemos a modo de ejemplo las fechas señaladas para la consagración en la fiesta de la Asunción de la Santísima Virgen, aunque puedes adaptar los tiempos a cualquiera de las otras fechas, calculando nada más el número de días, que es lo importante.
Al final de esta nota, tendrás en un recuadro las fechas en las que deberías realizar cada una de las cuatro etapas, para que puedas buscar la fecha más próxima para tu consagración, si no alcanzaras a iniciar tu preparación para consagrarte en esta próxima fiesta de La Asunción de la Virgen.

Primera parte. Los doce días preliminares:
Descubriendo el espíritu del mundo

(Del 13 al 24 de julio)
“El espíritu del mundo, consiste, en esencia, en la negación del dominio supremo de Dios, negación que se manifiesta en la práctica del pecado y la desobediencia; por tanto, es totalmente opuesto al espíritu de Jesucristo, que es también el de María” (“Preparación para la Consagración Total “según San Luis María Grignion de Montfort Pág.8).
En esta etapa, trataremos de hacer un profundo examen de conciencia. Evaluaremos cómo anda nuestra alma y de cuántas cosas del “mundo” debemos liberarnos o desapegarnos.
Para ello, será muy provechoso que nos acerquemos frecuentemente en estos días al Santísimo Sacramento, pidiéndole al Señor, presente en el Sagrario, que nos infunda mucha luz en el discernimiento de lo bueno y de lo malo. A través de la oración permanente, podremos poner en blanco nuestra mente e ir abriendo la puerta de nuestro corazón al Rey de reyes.
Limpiaremos aquel lugar en el que queremos que Jesús sea acogido. “Esta pureza es la condición indispensable para contemplar a Dios en el cielo, verle en la tierra y conocerle a la luz de la fe” (“Preparación para la Consagración Total” según San Luis María Grignion de Montfort Pág. 8)
Se recomienda leer meditando en estos días el Capítulo 5 del Evangelio según San Mateo, muy especialmente los versículos 1al 19 y el 48; así como Mt 6,1-15 y 7 1-14.
Segunda parte. Primera Semana:
El Conocimiento de sí mismo

(Del 25 al 31 de julio)
Al entrar en esta primera semana, ya sabemos el tamaño de “cola” que arrastramos, cuánto llevamos sobre nuestras espaldas, cuánto de lo mundano nos tiene atrapados. Entonces deberemos arrepentirnos de todos nuestros pecados, pues es de suponer que ya habremos tomado plena conciencia de nuestra condición pecadora y mezquina.
Lo importante, en todo caso, es recordar que no estamos solos en esta difícil prueba, pues ahí nos espera nuestra amadísima madre que quiere consolarnos. ¿Qué madre no escucha con amor a su hijo? Pues mucho más lo hará una madre ejemplar como María, la bienaventurada “Madre de las madres”.
Postrémonos a los pies del Señor pidiéndole a María que le haga llegar todas nuestras oraciones, nuestro arrepentimiento. Supliquémosle a Dios, a través de María, el perdón por todos nuestros pecados, nuestras ofensas y nuestras culpas.
Pidámosle un profundo y sincero deseo de renunciar a nuestra propia voluntad y de cambiar, pues como dice Tomás Kempis, “necesario es que tengas verdadero desprecio de ti mismo, si quieres vencer la carne y la sangre…porque aún te amas muy desordenadamente, por eso temes sujetarte a la voluntad de otros” (Imitación de Cristo, libro III, Cap. 13)
La entrega y el sólo deseo de tener un firme arrepentimiento, te mostrarán el estado al que quedaste, reducido por tus pecados. Jesús y María te permitirán ver entonces que, aunque “no hayas matado a nadie”, en verdad eres menos bueno de lo que creías.
Tenemos que estar convencidos de nuestras miserias, pues ese será el verdadero conocimiento de nosotros mismos. Deberemos analizar esos pecados recurrentes: esas mentiras “inofensivas”, esos ojos que no se cansan de ver, esa lengua que no para de hablar mal, esos pensamientos que nos alejan del Bien… Ese egoísmo que tiene tantas maneras de aflorar e impedirnos ser más solidarios con los que nos necesitan…
Junto a la Virgen, querido amigo, encontrarás la esperanza necesaria para no desesperar al verte sin maquillajes. A través de su inmenso amor, Ella te irá dando la luz para que te conozcas a ti mismo, para aceptar tus errores con la verdadera intención de superarlos y para aceptar la voluntad del Padre sin objeciones.
Se recomienda en esta segunda etapa leer con frecuencia (mucho más de una vez) el Evangelio de San Lucas, Capítulos 11; 13; 16; 17 y 18. Muy especialmente, los siguientes pasajes 11,1-10; 13,1-15; 16,1-18; 17,1-10; 18,15-30.
Tercera parte. Segunda Semana:
El conocimiento de María

(Del 1º al 7 de agosto)
Hay tanto qué meditar y qué decir sobre María, que podríamos llenar muchas hojas; por eso se hace muy difícil resumir brevemente el significado y la importancia de su existencia en nuestras vidas.
En esta semana, acercándonos ya a la etapa final de nuestra preparación, nuestra amada Madre nos invita a despojarnos de todo aquello que nos impide hablarle con sinceridad y plena confianza para pedirle su intercesión.
María quiere, a través de su amor maternal, recostar en su regazo a cada uno de sus hijos confundidos.
Va a brindarte, en un angelical y tierno abrazo, toda la seguridad que necesitas para pedir el perdón y así reconciliarte con Dios Padre y con su amado Hijo Jesucristo.
“Tenemos que unirnos a Jesús por María, ésta es la característica de nuestra devoción…”, nos dice San Luis María Grignion en la Pág. 52 de la “Preparación para la Consagración Total”. De allí la necesidad de conocer a María verdaderamente: de apreciar a María la Virgen, la mujer, la madre, la amiga, la confidente; el eje de nuestra Fe; hermana, luz, misericordia, bondad, pureza, inocencia, lealtad… A esa María que encierra en sí el mejor ejemplo de vida al que todos deberíamos seguir.
Aunque muchos la veneramos o respetamos, no todos le damos la importancia que Ella tiene en el camino de nuestra santificación; no le permitimos actuar en nuestras vidas con el Poder que el Altísimo le ha conferido como mediadora, intercesora y protectora de la Iglesia.
En esta tercera etapa de nuestra preparación, deberemos esforzarnos por imitar la grandeza y humildad de la Reina del Cielo. Vamos a reconocer en ella el molde perfecto en el que podemos ser moldeados y de esta manera, hacer nuestras sus intenciones y disposiciones.
Pero como nos lo advierte el santo autor, “…no lo conseguiremos sin estudiar la vida interior de María, o sea sus virtudes, sus sentimientos, sus acciones, su participación en los misterios de Jesucristo y su unión con Él”. (Obra Citada Pág.53)
Si es posible durante toda tu preparación, pero de un modo especial en esta tercera parte, te recomendamos el rezo diario del Santo Rosario.
Después de rezarlo, cuando puedas, lee los Capítulos 1 y 2 del Evangelio de San Lucas; poniendo especial atención a los siguientes versículos: Cap. 1,26 al 56 y Cap. 2,15 al 35 y 42 al 52. También se recomienda la lectura del Evangelio de San Juan, Capítulo 2, versículos 1 al 11 y Capítulo 19, 25 al 30.
Cuarta parte. Tercera Semana.
El conocimiento de Jesucristo

(Del 8 al 14 de agosto)
En este periodo conoceremos a Jesús, al Hombre-Dios, que habiendo vencido a Satanás y a sus tentaciones, al mundo y a la misma muerte, se convierte en nuestro Señor.
Reflexionaremos también sobre su vida interior, las virtudes y los actos de su Sagrado Corazón. Meditaremos especialmente en su infancia y en su vida pública: la relación que tenía con la gente que lo seguía, sus parábolas, milagros y sanaciones…
Este conocimiento, nos conducirá al fin último, que es su amor, es su presencia en nuestras vidas. Así lo sostiene Grignion de Montfort: “Jesucristo nuestro Señor, verdadero Dios y verdadero hombre, debe ser el fin último de nuestras devociones; a no ser así, serían falsas y engañosas. Jesucristo es el alfa y el omega, el comienzo y fin de todas las cosas” (Obra Citada, Pág.87)
Se recomienda leer meditando profundamente el Evangelio según San Juan, Capítulos 14, 15, 16 y 17, y el Evangelio según San Mateo, Capítulos. 26 y 27.
¿Tentaciones...? ¡Precauciones!
Sabemos conscientemente que nacimos con inclinación hacia el pecado, esa es nuestra naturaleza caída, tal cual lo relata el Génesis. También lo dice Job: “Tentación, es la vida del hombre sobre la tierra.” Y tantos otros pasajes bíblicos…
Muchos se preguntarán por qué hablamos de tentaciones en esta nota, si el que la lee es justamente quien quiere deshacerse de ellas. Pero, aunque no lo hayamos pensado, es de allí de donde no se puede salir tan fácilmente, porque hay pequeñas y grandes ataduras que nos van estirando y envolviendo. Muchas veces no las aceptamos, o tal vez ni las percibimos.
En aquella primera faceta de “vaciado del espíritu mundano” de los primeros doce días, al que se hace referencia, es donde podemos quedarnos estancados, por no poder o no querer renunciar a aquellas “tentaciones”, que con tanta facilidad pueden convertirse en pecados.
Sabemos que todo aquello que nos conduce al bien, en este caso, la Consagración, se constituye en motivo de molestia para el maligno, por ello seguramente no faltarán las piedras de tropiezo en este arduo camino. Y esos obstáculos se verán reflejados en tentaciones, leves o fuertes, que irán probando permanentemente la fe que tenemos en nuestro verdadero Dios.
San Luis María nos dice que: “El principio de toda tentación es la inconstancia del ánimo y la poca confianza en Dios” (“Preparación para la Consagración Total” según San Luis María Grignion de Montfort Pág.24)
Por tanto, cada uno debe tener cuidado y velar en oración. Debemos intensificar nuestra entrega a Dios para no dejar entrar al enemigo en nuestros planes de santificación; y esta práctica comprometedora no será la excepción.

Cómo hacer la Consagración

Conviene que inicies esta preparación con una confesión, y que igualmente, una vez concluidos los treinta y dos días, te reconcilies nuevamente con Jesús a través del sacramento del Perdón.
Ya renovado y dispuesto a comenzar un camino limpio, vas a recibir la comunión con la intención de entregarte totalmente a Jesucristo, en calidad de “esclavo de amor”, por medio de María.
Es conveniente tener lista la consagración escrita o impresa en un papel, ya que después de recibir al Señor en la Eucaristía, tendrás que repetirla frente a Él.
En la práctica, es importante para cada uno de nosotros “pagar” a Jesús y a la Virgen algún tipo de tributo para resarcir las faltas que tuvimos a lo largo de nuestra vida: Todas las infidelidades vividas, el renegar de Dios, el no aceptar Su voluntad, etcétera. Estos errores tienen que ser remediados…
El tributo que mencionamos, dependerá de la devoción y capacidad de cada persona, y de cuánto quiera ofrecer a Dios por su perdón. Puede ser un ayuno, una mortificación, una limosna o lo que uno quiera. Lo importante de todo esto, es la entrega y el amor con que cada quien lo haga.
Nuestro amado Dios conoce nuestro arrepentimiento y Su misericordia siempre será más grande que cualquiera de nuestros pecados.
Finalmente, recordamos que cada año deberá renovarse esta consagración en la misma fecha. No es necesario que se haga toda la preparación nuevamente, pues es de suponer que a partir de que nos Consagremos, nuestra vida habrá cambiado de rumbo, y tendrá como principio y fin el servicio a Jesucristo y a nuestros hermanos.
La “Preparación para la Consagración total”, según Luis María Grignion de Montfort, trae una meditación y una oración para cada uno de los 33 días que dura. Por motivos de espacio, no podemos ofrecértelas en esta revista, pero si no tienes la posibilidad de acceder a ese libro, te pedimos que visites cualquiera de nuestros sitios de Internet (www.jesucristovivo.org, o www.a-n-e.net) Allí encontrarás el material completo para poder hacer tu Consagración…
Si gustas, puedes suscribirte al boletín para la Consagración, y recibirás diariamente, por e-mail, los textos correspondientes a cada día. Solicítalo enviando un e-mail a la dirección electrónica consagraciones@a-n-e.net
Que Dios te bendiga y nuestra amada Madre María interceda por ti acompañándote en el camino de tu salvación.

Acto de Consagración de sí mismo

1.- A Jesucristo, la Sabiduría encarnada por medio de MARÍA (TVD pág. 176)
Arrodillados ante Dios, en voz alta, y con todo el corazón:
“¡Oh Sabiduría eterna y encarnada! ¡Oh amable y adorable Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, Hijo único del Padre Eterno y de María, siempre Virgen! Os adoro profundamente en el seno y en los esplendores de vuestro Padre, durante la eternidad, y en el seno virginal de María, vuestra dignísima Madre, en el tiempo de vuestra Encarnación.
Os doy gracias porque os habéis anonadado tomando la forma de un esclavo para sacarme de la cruel esclavitud del demonio. Os alabo y glorifico porque os habéis sometido a María, vuestra Santa Madre, en todo, a fin de hacerme por Ella vuestro fiel esclavo. Pero ¡ay! Ingrato e infiel como soy, no he cumplido las promesas que tan solemnemente os hice en el bautismo; no he guardado mis deberes, no merezco ser llamado vuestro hijo ni vuestro esclavo, y como nada hay en mí que no merezca vuestra repulsa y vuestra cólera, no me atrevo a aproximarme por mí mismo a vuestra Santísima y Augusta Majestad. Por eso he recurrido a la intercesión de vuestra Santísima Madre, que Vos me habéis dado como medianera para con Vos, y por este medio espero obtener de Vos la contrición y el perdón de mis pecados, la adquisición y la conservación de la Sabiduría. Os saludo, pues, ¡oh María Inmaculada! Tabernáculo viviente de la Divinidad, en donde la Sabiduría eterna escondida quiere ser adorada por los Ángeles y los hombres.
Os saludo, ¡oh Reina del cielo y de la tierra!, a cuyo imperio está sometido, todo lo que está debajo de Dios.
Os saludo, ¡Oh, refugio seguro de los pecadores, cuya misericordia no falta a nadie! escuchad los deseos que tengo de la divina Sabiduría, y recibid para ello los votos y las ofertas que mi bajeza os presenta:

2.- Al Inmaculado Corazón de María
Yo, (Nombre del consagrante), pecador infiel, renuevo y ratifico hoy en vuestras manos los votos de mi bautismo; renuncio para siempre a Satanás, a sus presunciones y a sus obras, y me entrego enteramente a Jesucristo, la Sabiduría encarnada, para llevar mi cruz tras Él todos los días de mi vida. Y a fin de que le sea más fiel de lo que he sido hasta ahora, os escojo hoy, ¡oh María!, en presencia de toda la corte celestial, por mi Madre y mi Señora. Os entrego y consagro en calidad de esclavo mi cuerpo y mi alma, mis bienes interiores y exteriores, y aun el valor de mis buenas acciones pasadas, presentes y futuras, otorgándoos un entero y pleno derecho de disponer de mí y de todo lo que me pertenece, sin excepción, a vuestro agrado, a la mayor gloria de Dios, en el tiempo y en la eternidad.
Corazones.org.

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Apostolado de la Nueva Evangelización 2007

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CONSAGRACIÓN

“CONSAGRACIÓN TOTAL A JESÚS POR MARÍA”
San Luís María Grignion de Monfort

INTRODUCCIÓN
La fórmula de “Consagración Total a Jesús por María” de San Luís María Grignion de Monfort, no se debe tomar a la ligera. Esto queda probado por el hecho de que el mismo Santo aboga por una seria preparación, que consiste en doce días preliminares, para que el alma trate de vaciarse del espíritu del mundo, que es todo lo opuesto al Espíritu de Jesucristo. A estos, seguirán tres semanas de oración y meditación, durante las cuales el alma buscará un mejor conocimiento de sí misma (primera semana), de María (segunda semana) y de Jesucristo (tercera semana).

PRIMERA PARTE
DOCE DIAS PRELIMINARES
TEMA: EL ESPIRITU DEL MUNDO

Examina tu conciencia, reza, practica la renuncia a tu propia voluntad; mortificación, pureza de corazón. Esta pureza es la condición indispensable para contemplar a Dios en el cielo, verle en la tierra y conocerle a la luz de la fe.
La primera parte de la preparación se deberá emplear en vaciarse del espíritu del mundo, que es contrario al Espíritu de Jesucristo. El espíritu del mundo consiste, en esencia, en la negación del dominio supremo de Dios, negación que se manifiesta en la práctica del pecado y la desobediencia; por tanto, es totalmente opuesto al Espíritu de Jesucristo, que es también el de María.
Esto se manifiesta por la concupiscencia de la carne, por la concupiscencia de los ojos y por el orgullo como norma de vida, así como por la desobediencia a las leyes de Dios y el abuso de las cosas creadas. Sus obras son el pecado en todas sus formas, en consecuencia, todo aquello por lo cual el demonio nos lleva al pecado; obras que conducen al error y oscuridad de la mente y seducción y corrupción de la voluntad. Sus presunciones son el esplendor y las artimañas empleadas por el demonio para hacer que el pecado sea deleitoso en las personas, sitios y cosas.

DIA 1º ORACIONES Y MEDITACIÓN
DIA 2º ORACIONES Y MEDITACIÓN
DIA 3º ORACIONES Y MEDITACIÓN
DIA 4º ORACIONES Y MEDITACIÓN
DIA 5º ORACIONES Y MEDITACIÓN
DIA 6º ORACIONES Y MEDITACIÓN
DIA 7º ORACIONES Y MEDITACIÓN
DIA 8º ORACIONES Y MEDITACIÓN
DIA 9º ORACIONES Y MEDITACIÓN
DIA 10º ORACIONES Y MEDITACIÓN
DIA 11º ORACIONES Y MEDITACIÓN
DIA 12º ORACIONES Y MEDITACIÓN

DIA 1º
ORACIONES

Ven Espíritu Creador Ven, Espíritu Creador,
Visita las mentes de tus siervos,
Llena de celestiales gracias
Los corazones que Tú has creado

Tu, que eres llamado Paráclito,
Don de Dios Altísimo,
Fuente viva, fuego, amor
Y unción espiritual.

Tú que das tus siete dones,
Eres el dedo o la fortaleza del Padre,
Tu auténtica promesa del Padre,
Que inspiras lo que hemos de decir.

Enciende con tu luz nuestros sentidos,
Infunde tu amor en nuestros corazones
Fortaleciendo con perpetuo auxilio
La debilidad de nuestra carne

Aleja de nosotros al enemigo de nuestras almas,
Danos pronto la paz del corazón,
Y puestos bajo tu guía,
Evitaremos todo mal.

Haz que por Ti conozcamos al Padre
Y conozcamos también al Hijo
Y por Ti, que procedes de ambos,
Creamos en todo tiempo.

A Dios Padre sea la gloria
Y al Hijo que resucitó entre los muertos
Y al Paráclito, por los siglos de los siglos. Amén

Salve Estrella del mar

Salve Estrella del mar,
Madre, que diste a luz a Dios,
Quedando perpetuamente Virgen,
Feliz puerta del cielo.

Pues recibiste aquel Ave
De labios de Gabriel,
Ciméntanos en la paz,
Trocando el nombre de Eva.

Suelta las prisiones a los reos,
Da luz a los ciegos,
Ahuyenta nuestros males,
Recábanos todos los bienes.

Muestra que eres Madre,
Reciba por tu mediación nuestras plegarias
El que nacido por nosotros,
Se dignó ser tuyo.

Virgen singular,
Sobre todos suave,
Haz que libres de culpas,
Seamos suaves y castos.

Danos una vida pura,
Prepara una senda segura,
Para que, viendo a Jesús
Eternamente nos gocemos.

Gloria sea a Dios Padre,
Loor a Cristo Altísimo,
A los tres un solo honor. Amén.

Magnificat

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
Se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador,
Porque ha mirado la humildad de su esclava.Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
Porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí.
Su Nombre es Santo.

Y su Misericordia llega a sus fieles
De generación en generación
Sobre los que le temen

Él hace proezas con su brazo
Dispersa a los soberbios de corazón
Derriba del trono a los poderosos
Y enaltece a los humildes
A los hambrientos los colma de bienes
Y a los ricos los despide vacíos

Auxilia a Israel su siervo
Acordándose de su misericordia
Como lo había prometido a nuestros padres
En favor de Abraham y su descendencia
Para siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos Amén.

MEDITACIÓN

Viendo a la muchedumbre, subió a un monte, y cuando se hubo sentado, se le acercaron los discípulos; y abriendo El su boca, les enseñaba, diciendo:

Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán la tierra.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán harto
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia
Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios
Bienaventurados los pacíficos, porque ellos serán llamados hijos de Dios
Bienaventurados los que padecen persecución por la justicia, porque suyo es el Reino de los cielos
Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan, y con mentira digan contra vosotros, todo género de mal por Mí. Alégrense y regocíjense, porque grande será en los Cielos su recompensa, pues así persiguieron a los profetas que existieron antes que ustedes.

Ustedes son la sal de la tierra; pero si la sal se desvirtúa ¿Con qué se la salará? Para nada aprovecha ya, sino para tirarla y que la pisen los hombres.

Ustedes son la luz del mundo. No puede ocultarse ciudad asentada sobre un monte, ni se enciende una lámpara para taparla con un cajón; la ponen más bien sobre un candelero y alumbra a todos los que están en la casa. Hagan pues que brille su luz ante los hombres, que vean estas buenas obras y por ello den gloria al Padre de ustedes que está en los cielos.

No crean que he venido a suprimir la Ley o los profetas. He venido, no para deshacer cosa alguna, sino para llevarla a la forma perfecta. En verdad les digo: mientras dure el cielo y la tierra, no pasará una letra o una coma de la Ley hasta que todo se realice.

Por tanto, el que ignore el último de esos mandamientos y enseñe a los demás a hacer lo mismo, será el más pequeño en el reino de los cielos. En cambio el que los cumpla y los enseñe, será grande en el reino de los cielos. (Mt 5, 1-19).

Día 2º
ORACIONES
Ven Espíritu Creador

Ven, Espíritu Creador,
Visita las mentes de tus siervos,
Llena de celestiales gracias
Los corazones que Tú has creado

Tu, que eres llamado Paráclito,
Don de Dios Altísimo,
Fuente viva, fuego, amor
Y unción espiritual.

Tú que das tus siete dones,
Eres el dedo o la fortaleza del Padre,
Tu auténtica promesa del Padre,
Que inspiras lo que hemos de decir.

Enciende con tu luz nuestros sentidos,
Infunde tu amor en nuestros corazones
Fortaleciendo con perpetuo auxilio
La debilidad de nuestra carne

Aleja de nosotros al enemigo de nuestras almas,
Danos pronto la paz del corazón,
Y puestos bajo tu guía,
Evitaremos todo mal.

Haz que por Ti conozcamos al Padre
Y conozcamos también al Hijo
Y por Ti, que procedes de ambos,
Creamos en todo tiempo.

A Dios Padre sea la gloria
Y al Hijo que resucitó entre los muertos
Y al Paráclito, por los siglos de los siglos. Amén

Salve Estrella del mar

Salve Estrella del mar,
Madre, que diste a luz a Dios,
Quedando perpetuamente Virgen,
Feliz puerta del cielo.

Pues recibiste aquel Ave
De labios de Gabriel,
Ciméntanos en la paz,
Trocando el nombre de Eva.

Suelta las prisiones a los reos,
Da luz a los ciegos,
Ahuyenta nuestros males,
Recábanos todos los bienes.

Muestra que eres Madre,
Reciba por tu mediación nuestras plegarias
El que nacido por nosotros,
Se dignó ser tuyo.

Virgen singular,
Sobre todos suave,
Haz que libres de culpas,
Seamos suaves y castos.

Danos una vida pura,
Prepara una senda segura,
Para que, viendo a Jesús
Eternamente nos gocemos.

Gloria sea a Dios Padre,
Loor a Cristo Altísimo,
A los tres un solo honor. Amén.

Magnificat

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
Se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador,
Porque ha mirado la humildad de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
Porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí.
Su Nombre es Santo.

Y su Misericordia llega a sus fieles
De generación en generación
Sobre los que le temen

Él hace proezas con su brazo
Dispersa a los soberbios de corazón
Derriba del trono a los poderosos
Y enaltece a los humildes
A los hambrientos los colma de bienes
Y a los ricos los despide vacíos

Auxilia a Israel su siervo
Acordándose de su misericordia
Como lo había prometido a nuestros padres
En favor de Abraham y su descendencia
Para siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos Amén.

MEDITACIÓN

”Por su parte, sean perfectos como es perfecto el Padre de ustedes que está en el cielo.

Guarden de las buenas acciones hechas a la vista de todos, a fin de que todos las aprecien. Pues en ese caso, no les quedaría premio alguno que esperar de su Padre que está en el cielo. Cuando ayudes a un necesitado, no lo publiques al son de trompetas; no imites a los que dan espectáculo en las sinagogas y en las calles, para que los hombres los alaben. Yo se los digo: Ellos han recibido ya su premio.

Tú, cuando ayudes a un necesitado, ni siquiera tu mano izquierda debe saber lo que hace la derecha: Tu limosna quedará en secreto. Y tu Padre que ve en lo secreto, te premiará.

Cuando ustedes recen, no imiten a los que dan espectáculo; les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que la gente los vea. Yo se los digo, ellos ya han recibido su premio. Pero tú, cuando reces, entra en tu pieza, cierra la puerta y ora a tu Padre que está allí, a solas contigo. Y tu Padre que ve en lo secreto, te premiará.

Cuando pidan a Dios, no imiten a los paganos con sus letanías interminables: ellos creen que un bombardeo de palabras hará que se los oiga. No hagan como ellos, pues antes de que ustedes pidan, su Padre ya sabe lo que necesitan.

Ustedes pues recen así: Padre Nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino, hágase tu Voluntad, así en la tierra como en el Cielo.

Danos hoy el pan que nos corresponde; y perdona nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del mal.

Porque si ustedes perdonan a los hombres sus ofensas, también el Padre Celestial les perdonará a ustedes.

Pero si ustedes no perdonan a los demás, tampoco el Padre les perdonará a ustedes.” (Mt 5, 48; 6, 1-15).

Día 3º
ORACIONES
Ven Espíritu Creador

Ven, Espíritu Creador,
Visita las mentes de tus siervos,
Llena de celestiales gracias
Los corazones que Tú has creado

Tu, que eres llamado Paráclito,
Don de Dios Altísimo,
Fuente viva, fuego, amor
Y unción espiritual.

Tú que das tus siete dones,
Eres el dedo o la fortaleza del Padre,
Tu auténtica promesa del Padre,
Que inspiras lo que hemos de decir.

Enciende con tu luz nuestros sentidos,
Infunde tu amor en nuestros corazones
Fortaleciendo con perpetuo auxilio
La debilidad de nuestra carne

Aleja de nosotros al enemigo de nuestras almas,
Danos pronto la paz del corazón,
Y puestos bajo tu guía,
Evitaremos todo mal.

Haz que por Ti conozcamos al Padre
Y conozcamos también al Hijo
Y por Ti, que procedes de ambos,
Creamos en todo tiempo.

A Dios Padre sea la gloria
Y al Hijo que resucitó entre los muertos
Y al Paráclito, por los siglos de los siglos. Amén

Salve Estrella del mar

Salve Estrella del mar,
Madre, que diste a luz a Dios,
Quedando perpetuamente Virgen,
Feliz puerta del cielo.

Pues recibiste aquel Ave
De labios de Gabriel,
Ciméntanos en la paz,
Trocando el nombre de Eva.

Suelta las prisiones a los reos,
Da luz a los ciegos,
Ahuyenta nuestros males,
Recábanos todos los bienes.

Muestra que eres Madre,
Reciba por tu mediación nuestras plegarias
El que nacido por nosotros,
Se dignó ser tuyo.

Virgen singular,
Sobre todos suave,
Haz que libres de culpas,
Seamos suaves y castos.

Danos una vida pura,
Prepara una senda segura,
Para que, viendo a Jesús
Eternamente nos gocemos.

Gloria sea a Dios Padre,
Loor a Cristo Altísimo,
A los tres un solo honor. Amén.

Magnificat

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
Se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador,
Porque ha mirado la humildad de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
Porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí.
Su Nombre es Santo.

Y su Misericordia llega a sus fieles
De generación en generación
Sobre los que le temen

Él hace proezas con su brazo
Dispersa a los soberbios de corazón
Derriba del trono a los poderosos
Y enaltece a los humildes
A los hambrientos los colma de bienes
Y a los ricos los despide vacíos

Auxilia a Israel su siervo
Acordándose de su misericordia
Como lo había prometido a nuestros padres
En favor de Abraham y su descendencia
Para siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos Amén.

MEDITACIÓN

“No juzguen a los demás y no serán juzgados ustedes. Porque de la misma manera que ustedes juzguen, así serán juzgados y la misma medida que ustedes usen para los demás, será usada para ustedes. ¿Qué pasa? Ves la pelusa en el ojo de tu hermano, ¿y no te das cuenta del tronco que hay en el tuyo? ¿Y dices a tu hermano: Déjame sacarte esa pelusa del ojo, teniendo tú un tronco en el tuyo? Hipócrita, saca primero el tronco que tienes en tu ojo y así verás mejor para sacar la pelusa del ojo de tu hermano.

No den lo que es santo a los perros, ni echen sus perlas a los cerdos, pues podrían pisotearlas y después se volverían contra ustedes para destrozarlos.

Pidan y se les dará; busquen y hallarán, llamen y se les abrirá la puerta. Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y se abrirá la puerta al que llama ¿Acaso alguno de ustedes daría a su hijo una piedra cuando le pide pan? ¿O le daría una culebra, cuando le pide un pescado?

Pues si ustedes que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡Con cuánta mayor razón el Padre de ustedes, que está en el Cielo, dará cosas buenas a los que se las pidan!

Todo lo que ustedes desearían de los demás, háganlo con ellos: ahí está toda la Ley y los profetas.

Entren por la puerta angosta, porque ancha es la puerta y espacioso el camino que conduce a la ruina, y son muchos los que pasan por él. Pero ¡qué angosta es la puerta y qué escabroso el camino que conduce a la salvación! y qué pocos son los que lo encuentran (Mt 7, 1-14)

Día 4º
ORACIONES
Ven Espíritu Creador

Ven, Espíritu Creador,
Visita las mentes de tus siervos,
Llena de celestiales gracias
Los corazones que Tú has creado

Tu, que eres llamado Paráclito,
Don de Dios Altísimo,
Fuente viva, fuego, amor
Y unción espiritual.

Tú que das tus siete dones,
Eres el dedo o la fortaleza del Padre,
Tu auténtica promesa del Padre,
Que inspiras lo que hemos de decir.

Enciende con tu luz nuestros sentidos,
Infunde tu amor en nuestros corazones
Fortaleciendo con perpetuo auxilio
La debilidad de nuestra carne

Aleja de nosotros al enemigo de nuestras almas,
Danos pronto la paz del corazón,
Y puestos bajo tu guía,
Evitaremos todo mal.

Haz que por Ti conozcamos al Padre
Y conozcamos también al Hijo
Y por Ti, que procedes de ambos,
Creamos en todo tiempo.

A Dios Padre sea la gloria
Y al Hijo que resucitó entre los muertos
Y al Paráclito, por los siglos de los siglos. Amén

Salve Estrella del mar

Salve Estrella del mar,
Madre, que diste a luz a Dios,
Quedando perpetuamente Virgen,
Feliz puerta del cielo.

Pues recibiste aquel Ave
De labios de Gabriel,
Ciméntanos en la paz,
Trocando el nombre de Eva.

Suelta las prisiones a los reos,
Da luz a los ciegos,
Ahuyenta nuestros males,
Recábanos todos los bienes.

Muestra que eres Madre,
Reciba por tu mediación nuestras plegarias
El que nacido por nosotros,
Se dignó ser tuyo.

Virgen singular,
Sobre todos suave,
Haz que libres de culpas,
Seamos suaves y castos.

Danos una vida pura,
Prepara una senda segura,
Para que, viendo a Jesús
Eternamente nos gocemos.

Gloria sea a Dios Padre,
Loor a Cristo Altísimo,
A los tres un solo honor. Amén.

Magnificat

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
Se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador,
Porque ha mirado la humildad de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
Porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí.
Su Nombre es Santo.

Y su Misericordia llega a sus fieles
De generación en generación
Sobre los que le temen

Él hace proezas con su brazo
Dispersa a los soberbios de corazón
Derriba del trono a los poderosos
Y enaltece a los humildes
A los hambrientos los colma de bienes
Y a los ricos los despide vacíos

Auxilia a Israel su siervo
Acordándose de su misericordia
Como lo había prometido a nuestros padres
En favor de Abraham y su descendencia
Para siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos Amén.

MEDITACIÓN

Que ningún bien tiene el hombre suyo ni cosa alguna de qué alabarse.

Señor, ¿qué es el hombre para que te acuerdes de él, o el hijo del hombre para que le visites?

¿Qué ha merecido el hombre para que le dieses tu gracia?

Señor, ¿de qué me puedo quejar si me desamparas? ¿O cómo justamente podré contender contigo, si no hicieres lo que pido?

Por cierto, una cosa puedo yo pensar y decir con verdad: Nada soy, nada puedo, nada bueno tengo de mí; mas en todo me hallo vacío, y camino siempre a la nada.

Y si no soy ayudado e instruido interiormente por Ti, me vuelvo enteramente tibio y disipado.

Pero, Tú Señor, eres siempre el mismo y permaneces eternamente, siempre bueno, justo y Santo, haciendo todas las cosas bien, justa y santamente y ordenándolas con sabiduría. Pero yo, que soy más inclinado a caer que a aprovechar, no persevero siempre en un estado, y me mudo siete veces cada día.

Mas luego me va mejor cuando te dignas alargarme tu mano auxiliadora; porque Tú solo, sin humano favor, me puedes socorrer y fortalecer, de manera que no cambie más mi semblante, sino que a Ti solo se convierta y en Ti descanse mi corazón.

El que quisiere estar muy seguro en tiempo de paz, se encontrará abatido y temeroso en tiempo de guerra.

Si supieses permanecer siempre humilde y pequeño para contigo, y morar y regir bien tu espíritu, no caerías tan presto en peligro ni pecado.

Buen consejo es que pienses cuando estás con fervor de espíritu, lo que puede ocurrir con la ausencia de la luz.

Día 5º
ORACIONES
Ven Espíritu Creador

Ven, Espíritu Creador,
Visita las mentes de tus siervos,
Llena de celestiales gracias
Los corazones que Tú has creado

Tu, que eres llamado Paráclito,
Don de Dios Altísimo,
Fuente viva, fuego, amor
Y unción espiritual.

Tú que das tus siete dones,
Eres el dedo o la fortaleza del Padre,
Tu auténtica promesa del Padre,
Que inspiras lo que hemos de decir.

Enciende con tu luz nuestros sentidos,
Infunde tu amor en nuestros corazones
Fortaleciendo con perpetuo auxilio
La debilidad de nuestra carne

Aleja de nosotros al enemigo de nuestras almas,
Danos pronto la paz del corazón,
Y puestos bajo tu guía,
Evitaremos todo mal.

Haz que por Ti conozcamos al Padre
Y conozcamos también al Hijo
Y por Ti, que procedes de ambos,
Creamos en todo tiempo.

A Dios Padre sea la gloria
Y al Hijo que resucitó entre los muertos
Y al Paráclito, por los siglos de los siglos. Amén

Salve Estrella del mar

Salve Estrella del mar,
Madre, que diste a luz a Dios,
Quedando perpetuamente Virgen,
Feliz puerta del cielo.

Pues recibiste aquel Ave
De labios de Gabriel,
Ciméntanos en la paz,
Trocando el nombre de Eva.

Suelta las prisiones a los reos,
Da luz a los ciegos,
Ahuyenta nuestros males,
Recábanos todos los bienes.

Muestra que eres Madre,
Reciba por tu mediación nuestras plegarias
El que nacido por nosotros,
Se dignó ser tuyo.

Virgen singular,
Sobre todos suave,
Haz que libres de culpas,
Seamos suaves y castos.

Danos una vida pura,
Prepara una senda segura,
Para que, viendo a Jesús
Eternamente nos gocemos.

Gloria sea a Dios Padre,
Loor a Cristo Altísimo,
A los tres un solo honor. Amén.

Magnificat

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
Se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador,
Porque ha mirado la humildad de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
Porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí.
Su Nombre es Santo.

Y su Misericordia llega a sus fieles
De generación en generación
Sobre los que le temen

Él hace proezas con su brazo
Dispersa a los soberbios de corazón
Derriba del trono a los poderosos
Y enaltece a los humildes
A los hambrientos los colma de bienes
Y a los ricos los despide vacíos

Auxilia a Israel su siervo
Acordándose de su misericordia
Como lo había prometido a nuestros padres
En favor de Abraham y su descendencia
Para siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos Amén.

MEDITACIÓN

Si yo supiese bien desechar toda consolación humana, ya sea por alcanzar devoción o por la necesidad que tengo de buscarte, porque no hay hombre que me consuele, entonces con razón, podría yo esperar en tu gracia y alegrarme con el don de la nueva consolación.

Gracias sean dadas a Ti, de quién viene todo, siempre que me sucede algún bien.

Porque delante de Ti yo soy vanidad y nada, hombre mudable y flaco.

¿De dónde, pues, me puedo gloriar, o por qué deseo ser estimado?

¿Por ventura de la nada? ¡Esto es vanísimo!

Verdaderamente, la gloria frívola es una verdadera peste y grandísima vanidad, porque nos aparta de la verdadera gloria y nos despoja de la gracia celestial.

Porque contentándose un hombre a sí mismo, te descontenta a Ti; cuando desea las alabanzas humanas, es privado de las virtudes verdaderas.

La verdadera gloria y alegría santa consiste en gloriarme en Ti y no en mí; gozarme en tu nombre, y no en mi propia virtud, ni deleitarme en criatura alguna, sino por Ti.

Sea alabado Tu Nombre y no el mío; engrandecidas sean tus obras, y no las mías; Bendito sea tu Santo Nombre, y no me sea a mí atribuida parte alguna de las alabanzas de los hombres.

Tú eres mi gloria. Tú eres la alegría de mi corazón.

En Ti me gloriaré y ensalzaré todos los días; mas de mi parte no hay de qué, sino de mis flaquezas.

Día 6º
ORACIONES
Ven Espíritu Creador

Ven, Espíritu Creador,
Visita las mentes de tus siervos,
Llena de celestiales gracias
Los corazones que Tú has creado

Tu, que eres llamado Paráclito,
Don de Dios Altísimo,
Fuente viva, fuego, amor
Y unción espiritual.

Tú que das tus siete dones,
Eres el dedo o la fortaleza del Padre,
Tu auténtica promesa del Padre,
Que inspiras lo que hemos de decir.

Enciende con tu luz nuestros sentidos,
Infunde tu amor en nuestros corazones
Fortaleciendo con perpetuo auxilio
La debilidad de nuestra carne

Aleja de nosotros al enemigo de nuestras almas,
Danos pronto la paz del corazón,
Y puestos bajo tu guía,
Evitaremos todo mal.

Haz que por Ti conozcamos al Padre
Y conozcamos también al Hijo
Y por Ti, que procedes de ambos,
Creamos en todo tiempo.

A Dios Padre sea la gloria
Y al Hijo que resucitó entre los muertos
Y al Paráclito, por los siglos de los siglos. Amén

Salve Estrella del mar

Salve Estrella del mar,
Madre, que diste a luz a Dios,
Quedando perpetuamente Virgen,
Feliz puerta del cielo.

Pues recibiste aquel Ave
De labios de Gabriel,
Ciméntanos en la paz,
Trocando el nombre de Eva.

Suelta las prisiones a los reos,
Da luz a los ciegos,
Ahuyenta nuestros males,
Recábanos todos los bienes.

Muestra que eres Madre,
Reciba por tu mediación nuestras plegarias
El que nacido por nosotros,
Se dignó ser tuyo.

Virgen singular,
Sobre todos suave,
Haz que libres de culpas,
Seamos suaves y castos.

Danos una vida pura,
Prepara una senda segura,
Para que, viendo a Jesús
Eternamente nos gocemos.

Gloria sea a Dios Padre,
Loor a Cristo Altísimo,
A los tres un solo honor. Amén.

Magnificat

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
Se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador,
Porque ha mirado la humildad de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
Porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí.
Su Nombre es Santo.

Y su Misericordia llega a sus fieles
De generación en generación
Sobre los que le temen

Él hace proezas con su brazo
Dispersa a los soberbios de corazón
Derriba del trono a los poderosos
Y enaltece a los humildes
A los hambrientos los colma de bienes
Y a los ricos los despide vacíos

Auxilia a Israel su siervo
Acordándose de su misericordia
Como lo había prometido a nuestros padres
En favor de Abraham y su descendencia
Para siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos Amén.

MEDITACIÓN

El ejemplo de los Santos Padres

Considera bien los heroicos ejemplos de los Santos Padres, en los cuáles resplandece la verdadera perfección y religión, y verás cuán poco o casi nada es lo que hacemos.

¡Ay de nosotros! ¿Qué es nuestra vida comparada con la suya?

Los santos y amigos de Cristo sirvieron al Señor en hambre, en sed, en frío y desnudez, en trabajos y fatigas, en vigilia y ayunos, en oraciones y santas meditaciones, en persecuciones y muchos oprobios.

¡Oh! ¡Cuán graves y muchas tribulaciones padecieron los apóstoles, mártires, confesores, vírgenes y todos los demás que quisieron seguir las pisadas de Jesucristo!

Pues en esta vida aborrecieron sus vidas para poseer sus almas en la eterna.

¡Oh! ¡Cuán estrecha y retirada vida hicieron los Santos Padres en el yermo! ¡Cuán largas y graves tentaciones padecieron! ¡Cuán de ordinario fueron atormentados por el enemigo! ¡Cuán continuas y fervientes oraciones ofrecieron a Dios! ¡Cuán rigurosas abstinencias cumplieron! ¡Cuán gran celo y fervor tuvieron en su aprovechamiento espiritual! ¡Cuán fuertes peleas pasaron para vencer los vicios! ¡Cuán pura y recta intención tuvieron con Dios!

De día trabajaban, y por la noche se ocupaban de larga oración; y aunque trabajando, no cesaban de la oración mental.

Todo el tiempo gastaban bien; las horas les parecían cortas para darse a Dios; y por la gran dulzura de la contemplación, se olvidaban de la necesidad del mantenimiento corporal.

Renunciaban a todas las riquezas, honras, dignidades, parientes y amigos; ninguna cosa querían del mundo; apenas tomaban lo necesario para la vida, y les era pesado servir a su cuerpo aun en las cosas necesarias.

De modo que eran pobres de lo temporal, pero riquísimos en gracia y virtudes.

Día 7º
ORACIONES
Ven Espíritu Creador

Ven, Espíritu Creador,
Visita las mentes de tus siervos,
Llena de celestiales gracias
Los corazones que Tú has creado

Tu, que eres llamado Paráclito,
Don de Dios Altísimo,
Fuente viva, fuego, amor
Y unción espiritual.

Tú que das tus siete dones,
Eres el dedo o la fortaleza del Padre,
Tu auténtica promesa del Padre,
Que inspiras lo que hemos de decir.

Enciende con tu luz nuestros sentidos,
Infunde tu amor en nuestros corazones
Fortaleciendo con perpetuo auxilio
La debilidad de nuestra carne

Aleja de nosotros al enemigo de nuestras almas,
Danos pronto la paz del corazón,
Y puestos bajo tu guía,
Evitaremos todo mal.

Haz que por Ti conozcamos al Padre
Y conozcamos también al Hijo
Y por Ti, que procedes de ambos,
Creamos en todo tiempo.

A Dios Padre sea la gloria
Y al Hijo que resucitó entre los muertos
Y al Paráclito, por los siglos de los siglos. Amén

Salve Estrella del mar

Salve Estrella del mar,
Madre, que diste a luz a Dios,
Quedando perpetuamente Virgen,
Feliz puerta del cielo.

Pues recibiste aquel Ave
De labios de Gabriel,
Ciméntanos en la paz,
Trocando el nombre de Eva.

Suelta las prisiones a los reos,
Da luz a los ciegos,
Ahuyenta nuestros males,
Recábanos todos los bienes.

Muestra que eres Madre,
Reciba por tu mediación nuestras plegarias
El que nacido por nosotros,
Se dignó ser tuyo.

Virgen singular,
Sobre todos suave,
Haz que libres de culpas,
Seamos suaves y castos.

Danos una vida pura,
Prepara una senda segura,
Para que, viendo a Jesús
Eternamente nos gocemos.

Gloria sea a Dios Padre,
Loor a Cristo Altísimo,
A los tres un solo honor. Amén.

Magnificat

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
Se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador,
Porque ha mirado la humildad de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
Porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí.
Su Nombre es Santo.

Y su Misericordia llega a sus fieles
De generación en generación
Sobre los que le temen

Él hace proezas con su brazo
Dispersa a los soberbios de corazón
Derriba del trono a los poderosos
Y enaltece a los humildes
A los hambrientos los colma de bienes
Y a los ricos los despide vacíos

Auxilia a Israel su siervo
Acordándose de su misericordia
Como lo había prometido a nuestros padres
En favor de Abraham y su descendencia
Para siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos Amén.

MEDITACIÓN

En lo de fuera eran necesitados, pero en lo interior estaban, con la gracia y las divinas consolaciones, recreados.

Ajenos eran al mundo; más muy allegados a Dios, del cual eran familiares y amigos.

Teníanse por nada en cuanto a sí mismos, y para con el mundo eran despreciados; más en los ojos de Dios eran muy preciosos y amados.

Estaban en verdadera humildad; vivían en la sencilla obediencia; andaban en caridad y paciencia, y por eso cada día crecían en espíritu, y alcanzaban mucha gracia delante de Dios.

Fueron puestos por modelos a todos los religiosos y más no deben mover para aprovechar el bien, que no la muchedumbre de los tibios para aflojar y decaer. ¡Oh! ¡Cuán grande fue el fervor de todos los religiosos al principio de sus sagrados institutos!

¡Cuánta la devoción de la oración! ¡Cuánto el celo de la virtud! ¡Cuánta disciplina floreció! ¡Cuánta reverencia y obediencia al superior hubo en todas las cosas!

Aún hasta ahora dan testimonio de ello las señales que quedaron, de que fueron verdaderamente varones santos y perfectos que, peleando tan esforzadamente, vencieron al mundo.

Ahora ya se estima en mucho aquel que no es trasgresor, y si con paciencia puede sufrir lo que aceptó por su voluntad.

¡Oh tibieza y negligencia de nuestro estado, que tan prestos declinamos del fervor primero, y nos es molesto el vivir por nuestra flojedad y tibieza!

¡Quisiera Dios que no durmiese en ti el aprovechamiento de las virtudes, pues viste muchas veces tantos ejemplos de devotos!

Día 8º
ORACIONES
Ven Espíritu Creador

Ven, Espíritu Creador,
Visita las mentes de tus siervos,
Llena de celestiales gracias
Los corazones que Tú has creado

Tu, que eres llamado Paráclito,
Don de Dios Altísimo,
Fuente viva, fuego, amor
Y unción espiritual.

Tú que das tus siete dones,
Eres el dedo o la fortaleza del Padre,
Tu auténtica promesa del Padre,
Que inspiras lo que hemos de decir.

Enciende con tu luz nuestros sentidos,
Infunde tu amor en nuestros corazones
Fortaleciendo con perpetuo auxilio
La debilidad de nuestra carne

Aleja de nosotros al enemigo de nuestras almas,
Danos pronto la paz del corazón,
Y puestos bajo tu guía,
Evitaremos todo mal.

Haz que por Ti conozcamos al Padre
Y conozcamos también al Hijo
Y por Ti, que procedes de ambos,
Creamos en todo tiempo.

A Dios Padre sea la gloria
Y al Hijo que resucitó entre los muertos
Y al Paráclito, por los siglos de los siglos. Amén

Salve Estrella del mar

Salve Estrella del mar,
Madre, que diste a luz a Dios,
Quedando perpetuamente Virgen,
Feliz puerta del cielo.

Pues recibiste aquel Ave
De labios de Gabriel,
Ciméntanos en la paz,
Trocando el nombre de Eva.

Suelta las prisiones a los reos,
Da luz a los ciegos,
Ahuyenta nuestros males,
Recábanos todos los bienes.

Muestra que eres Madre,
Reciba por tu mediación nuestras plegarias
El que nacido por nosotros,
Se dignó ser tuyo.

Virgen singular,
Sobre todos suave,
Haz que libres de culpas,
Seamos suaves y castos.

Danos una vida pura,
Prepara una senda segura,
Para que, viendo a Jesús
Eternamente nos gocemos.

Gloria sea a Dios Padre,
Loor a Cristo Altísimo,
A los tres un solo honor. Amén.

Magnificat

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
Se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador,
Porque ha mirado la humildad de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
Porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí.
Su Nombre es Santo.

Y su Misericordia llega a sus fieles
De generación en generación
Sobre los que le temen

Él hace proezas con su brazo
Dispersa a los soberbios de corazón
Derriba del trono a los poderosos
Y enaltece a los humildes
A los hambrientos los colma de bienes
Y a los ricos los despide vacíos

Auxilia a Israel su siervo
Acordándose de su misericordia
Como lo había prometido a nuestros padres
En favor de Abraham y su descendencia
Para siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos Amén.

MEDITACIÓN

Cómo se ha de resistir a las tentaciones

Mientras en el mundo vivimos, no podemos estar sin tribulaciones y tentaciones.

Por lo cual está escrito en Job: Tentación es la vida del hombre sobre la tierra.

Por eso cada uno debe tener mucho cuidado acerca de la tentación, y velar en oración, porque no halle el demonio lugar de engañarle, que nunca duerme, sino busca por todos lados a quien tragarse.

Ninguno hay tan santo ni tan perfecto que no tenga algunas veces tentaciones, y no podemos vivir sin ellas.

Más las tentaciones son muchas veces utilísimas al hombre, aunque sean graves y pesadas; porque en ellas es uno humillado, purgado y enseñado.

Todos los santos, por muchas tribulaciones y tentaciones pasaron, y aprovecharon.

Y los que no las quisieron sufrir y llevar bien, fueron tenidos por malos y desfallecieron.

No hay orden ni religión tan santa, ni lugar tan secreto, donde no haya tentaciones y adversidades.

No hay hombre seguro del todo de tentaciones mientras vive; porque en nosotros mismos está la causa de donde vienen, pues nacimos con la inclinación al pecado.

Pasada una tentación o tribulación sobreviene otra, y siempre tendremos que sufrir, porque se perdió el bien de nuestra primera felicidad.

Muchos quieren huir a las tentaciones, y caen en ellas más gravemente.

No se pueden vencer sólo con huirlas; con paciencia y verdadera humildad nos hacemos más fuertes que todos los enemigos.

El que solamente quita lo que se ve y no arranca la raíz, poco aprovechará; antes tornarán a él más prestas las tentaciones, y se hallará peor.

Poco a poco, con paciencia y buen ánimo, vencerás (con el favor divino) mejor que no con tu propio conato y fatiga.

Toma muchas veces consejo en la tentación, y no seas desabrido con el que está tentado; antes procura consolarle como tú lo quisieras para ti.

El principio de toda tentación es la inconstancia del ánimo y la poca confianza en Dios.

Porque como la nave sin timón la llevan a una y otra parte las olas, así el hombre descuidado y que desiste de sus propósitos es tentado de diversas maneras.

Día 9º
ORACIONES
Ven Espíritu Creador

Ven, Espíritu Creador,
Visita las mentes de tus siervos,
Llena de celestiales gracias
Los corazones que Tú has creado

Tu, que eres llamado Paráclito,
Don de Dios Altísimo,
Fuente viva, fuego, amor
Y unción espiritual.

Tú que das tus siete dones,
Eres el dedo o la fortaleza del Padre,
Tu auténtica promesa del Padre,
Que inspiras lo que hemos de decir.

Enciende con tu luz nuestros sentidos,
Infunde tu amor en nuestros corazones
Fortaleciendo con perpetuo auxilio
La debilidad de nuestra carne

Aleja de nosotros al enemigo de nuestras almas,
Danos pronto la paz del corazón,
Y puestos bajo tu guía,
Evitaremos todo mal.

Haz que por Ti conozcamos al Padre
Y conozcamos también al Hijo
Y por Ti, que procedes de ambos,
Creamos en todo tiempo.

A Dios Padre sea la gloria
Y al Hijo que resucitó entre los muertos
Y al Paráclito, por los siglos de los siglos. Amén

Salve Estrella del mar

Salve Estrella del mar,
Madre, que diste a luz a Dios,
Quedando perpetuamente Virgen,
Feliz puerta del cielo.

Pues recibiste aquel Ave
De labios de Gabriel,
Ciméntanos en la paz,
Trocando el nombre de Eva.

Suelta las prisiones a los reos,
Da luz a los ciegos,
Ahuyenta nuestros males,
Recábanos todos los bienes.

Muestra que eres Madre,
Reciba por tu mediación nuestras plegarias
El que nacido por nosotros,
Se dignó ser tuyo.

Virgen singular,
Sobre todos suave,
Haz que libres de culpas,
Seamos suaves y castos.

Danos una vida pura,
Prepara una senda segura,
Para que, viendo a Jesús
Eternamente nos gocemos.

Gloria sea a Dios Padre,
Loor a Cristo Altísimo,
A los tres un solo honor. Amén.

Magnificat

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
Se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador,
Porque ha mirado la humildad de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
Porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí.
Su Nombre es Santo.

Y su Misericordia llega a sus fieles
De generación en generación
Sobre los que le temen

Él hace proezas con su brazo
Dispersa a los soberbios de corazón
Derriba del trono a los poderosos
Y enaltece a los humildes
A los hambrientos los colma de bienes
Y a los ricos los despide vacíos

Auxilia a Israel su siervo
Acordándose de su misericordia
Como lo había prometido a nuestros padres
En favor de Abraham y su descendencia
Para siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos Amén.

MEDITACIÓN

El fuego prueba al hierro, y la tentación al hombre justo.

Muchas veces no sabemos lo que podemos; mas la tentación descubre lo que somos.

Debemos pues, velar principalmente al venir la tentación; porque entonces más fácilmente es vencido el enemigo, cuando no le dejamos pasar de la puerta del alma, y se le resiste al umbral luego que toca.

Atajar al principio el mal procura:

Si llega a echar raíz, tarde se cura.

Porque primeramente se ofrece al ánimo sólo el pensamiento sencillo; después, la inoportuna imaginación; luego, la deleitación y el torpe movimiento, y el consentimiento.

Y así entra poco a poco el maligno enemigo, y se apodera de todo por no resistirle al principio.

Y cuanto más tiempo fuere uno perezoso en resistir, tanto se hace cada día más flaco, y el enemigo contra él más fuerte.

Algunos padecen graves tentaciones al principio de su conversión, y otros, al fin.

Pero otros son molestados casi por toda su vida.

Algunos son tentados blandamente, según la sabiduría y el juicio de la divina Providencia, que mide el estado y los méritos de los hombres, y todo lo tiene ordenado para la salvación de sus escogidos.

Por eso no debemos desconfiar cuando somos tentados, sino antes rogar a Dios con mayor fervor que sea servido de ayudarnos en toda tribulación; el cual, sin duda, según el dicho de San Pablo, nos dará el auxilio junto con la tentación, para que la podamos resistir.

Humillemos, pues, nuestras almas bajo la mano de Dios en toda tribulación y tentación, porque El salvará y engrandecerá a los humildes de espíritu.

En las tentaciones y adversidades se ve cuánto uno ha aprovechado y en ellas consiste el mayor merecimiento y se conoce mejor la virtud.

Día 10º
ORACIONES
Ven Espíritu Creador

Ven, Espíritu Creador,
Visita las mentes de tus siervos,
Llena de celestiales gracias
Los corazones que Tú has creado

Tu, que eres llamado Paráclito,
Don de Dios Altísimo,
Fuente viva, fuego, amor
Y unción espiritual.

Tú que das tus siete dones,
Eres el dedo o la fortaleza del Padre,
Tu auténtica promesa del Padre,
Que inspiras lo que hemos de decir.

Enciende con tu luz nuestros sentidos,
Infunde tu amor en nuestros corazones
Fortaleciendo con perpetuo auxilio
La debilidad de nuestra carne

Aleja de nosotros al enemigo de nuestras almas,
Danos pronto la paz del corazón,
Y puestos bajo tu guía,
Evitaremos todo mal.

Haz que por Ti conozcamos al Padre
Y conozcamos también al Hijo
Y por Ti, que procedes de ambos,
Creamos en todo tiempo.

A Dios Padre sea la gloria
Y al Hijo que resucitó entre los muertos
Y al Paráclito, por los siglos de los siglos. Amén

Salve Estrella del mar

Salve Estrella del mar,
Madre, que diste a luz a Dios,
Quedando perpetuamente Virgen,
Feliz puerta del cielo.

Pues recibiste aquel Ave
De labios de Gabriel,
Ciméntanos en la paz,
Trocando el nombre de Eva.

Suelta las prisiones a los reos,
Da luz a los ciegos,
Ahuyenta nuestros males,
Recábanos todos los bienes.

Muestra que eres Madre,
Reciba por tu mediación nuestras plegarias
El que nacido por nosotros,
Se dignó ser tuyo.

Virgen singular,
Sobre todos suave,
Haz que libres de culpas,
Seamos suaves y castos.

Danos una vida pura,
Prepara una senda segura,
Para que, viendo a Jesús
Eternamente nos gocemos.

Gloria sea a Dios Padre,
Loor a Cristo Altísimo,
A los tres un solo honor. Amén.

Magnificat

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
Se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador,
Porque ha mirado la humildad de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
Porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí.
Su Nombre es Santo.

Y su Misericordia llega a sus fieles
De generación en generación
Sobre los que le temen

Él hace proezas con su brazo
Dispersa a los soberbios de corazón
Derriba del trono a los poderosos
Y enaltece a los humildes
A los hambrientos los colma de bienes
Y a los ricos los despide vacíos

Auxilia a Israel su siervo
Acordándose de su misericordia
Como lo había prometido a nuestros padres
En favor de Abraham y su descendencia
Para siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos Amén.

MEDITACIÓN

Despreciando el mundo, es dulce cosa servir a Dios.

Otra vez hablaré, Señor, ahora, y no callaré. Diré en los oídos de mi Dios, mi Señor y mi Rey, que está en el cielo:

¡Oh Señor, cuán grande es la abundancia de tu dulzura, que escondiste para los que te temen! Pero, ¿qué eres para los que te aman, y qué para los que te sirven de todo corazón?

Verdaderamente es inefable la dulzura de tu contemplación, la cual das a los que te aman.

En esto me has mostrado singularmente tu dulce caridad, en que cuando yo no existía me criaste, y cuando erraba lejos de Ti, me convertiste para que te sirviese, y me mandaste que te amase.

¡Oh fuente de amor perenne! ¿Qué diré de Ti?

¿Cómo podré olvidarme de Ti, que te dignaste acordarte de mí aún después que yo me perdí y perecí?

Fuiste misericordioso con tu siervo sobre toda esperanza, y sobre todo merecimiento me diste tu gracia y amistad.

¿Qué te devolveré yo por esta gracia? Porque no se concede a todos que, dejadas todas las cosas, renuncien al mundo y escojan vida retirada.

¿Por ventura es gran cosa que yo te sirva, cuando toda criatura está obligada a servirte?

No me debe parecer mucho servirte, sino más bien me parece grande y maravilloso que Tú te dignaste recibir por siervo a un ser tan pobre e indigno, y a unirle con tus amados siervos.

Tuyas son, pues, todas las cosas que tengo y con las que te sirvo.

Pero, por el contrario, Tú me sirves más a mí que yo a Ti.

El cielo y la tierra que Tú criaste para el servicio del hombre, están prontos, y hacen cada día todo lo que les has mandado; y esto es poco, pues aún así, has destinado a los ángeles para servicio del hombre.

Y aún a todas estas cosas excede, el que Tú mismo te dignaste servir al hombre y le prometiste que te darías a Ti mismo.

¿Qué te daré yo por tantos millares de beneficios? ¡Oh! ¡Si pudiese yo servirte todos los días de mi vida!

¡Oh! ¡Si pudiese solamente, siquiera un solo día, hacerte algún digno servicio!

Verdaderamente, Tú solo eres digno de todo servicio, de toda honra y de alabanza eterna.

Verdaderamente, Tú solo eres mi Señor, y yo soy un pobre siervo tuyo, que estoy obligado a servirte con todas mis fuerzas, y nunca debo cansarme de alabarte.

Así lo quiero, así lo deseo; y lo que falta, ruégote que Tú lo suplas.

Grande honra y gran gloria es servirte, y despreciar todas las cosas por Ti.

Por cierto, grande gracia tendrán los que de toda voluntad se sujetaren a tu santísimo servicio.

Hallarán la suavísima consolación del Espíritu Santo, los que por amor tuyo despreciaron todo deleite carnal.

Día 11º
ORACIONES
Ven Espíritu Creador

Ven, Espíritu Creador,
Visita las mentes de tus siervos,
Llena de celestiales gracias
Los corazones que Tú has creado

Tu, que eres llamado Paráclito,
Don de Dios Altísimo,
Fuente viva, fuego, amor
Y unción espiritual.

Tú que das tus siete dones,
Eres el dedo o la fortaleza del Padre,
Tu auténtica promesa del Padre,
Que inspiras lo que hemos de decir.

Enciende con tu luz nuestros sentidos,
Infunde tu amor en nuestros corazones
Fortaleciendo con perpetuo auxilio
La debilidad de nuestra carne

Aleja de nosotros al enemigo de nuestras almas,
Danos pronto la paz del corazón,
Y puestos bajo tu guía,
Evitaremos todo mal.

Haz que por Ti conozcamos al Padre
Y conozcamos también al Hijo
Y por Ti, que procedes de ambos,
Creamos en todo tiempo.

A Dios Padre sea la gloria
Y al Hijo que resucitó entre los muertos
Y al Paráclito, por los siglos de los siglos. Amén

Salve Estrella del mar

Salve Estrella del mar,
Madre, que diste a luz a Dios,
Quedando perpetuamente Virgen,
Feliz puerta del cielo.

Pues recibiste aquel Ave
De labios de Gabriel,
Ciméntanos en la paz,
Trocando el nombre de Eva.

Suelta las prisiones a los reos,
Da luz a los ciegos,
Ahuyenta nuestros males,
Recábanos todos los bienes.

Muestra que eres Madre,
Reciba por tu mediación nuestras plegarias
El que nacido por nosotros,
Se dignó ser tuyo.

Virgen singular,
Sobre todos suave,
Haz que libres de culpas,
Seamos suaves y castos.

Danos una vida pura,
Prepara una senda segura,
Para que, viendo a Jesús
Eternamente nos gocemos.

Gloria sea a Dios Padre,
Loor a Cristo Altísimo,
A los tres un solo honor. Amén.

Magnificat

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
Se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador,
Porque ha mirado la humildad de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
Porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí.
Su Nombre es Santo.

Y su Misericordia llega a sus fieles
De generación en generación
Sobre los que le temen

Él hace proezas con su brazo
Dispersa a los soberbios de corazón
Derriba del trono a los poderosos
Y enaltece a los humildes
A los hambrientos los colma de bienes
Y a los ricos los despide vacíos

Auxilia a Israel su siervo
Acordándose de su misericordia
Como lo había prometido a nuestros padres
En favor de Abraham y su descendencia
Para siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos Amén.

MEDITACIÓN

De la fervorosa enmienda de nuestra vida

Se hallaba uno lleno de congoja, luchando entre el temor y la esperanza, y un día, cargado de tristeza, entró en la Iglesia, y se postró delante del altar en oración, y meditando en su corazón varias cosas, dijo: ¡Oh! ¡Si supiese que había de perseverar! Y luego oyó en lo interior la divina respuesta: ¿Qué harías si eso supieses? Haz ahora lo que entonces quisieras hacer, y estarás seguro.

Y en aquel punto, consolado y confortado, se ofreció a la Divina Voluntad, y cesó su congojosa turbación.

Y no quiso escudriñar curiosamente para saber lo que le había de suceder, sino que anduvo con mucho cuidado de saber lo que fuese la Voluntad de Dios, y a sus divinos ojos lo más agradable y perfecto, para comenzar y perfeccionar toda buena obra.

El profeta dice: “Espera en el Señor, y haz bondad y habita en la tierra, y serás apacentado en sus riquezas”

Detiene a muchos el fervor de su aprovechamiento, el espanto de la dificultad, o el trabajo en la pelea.

Ciertamente aprovechan más en las virtudes, aquellos que más valientemente ponen todas sus fuerzas, para vencer las tentaciones y dificultades que les son más graves y contrarias.

Porque allí aprovecha el hombre más y alcanza mayor gracia, adonde más se vence a sí mismo y se mortifica el espíritu.

Pero no todos tienen igual ánimo para vencer y mortificarse.

No obstante, el diligente y celoso de su aprovechamiento, más fuerte será para la perfección aunque tenga muchas pasiones, que el de bien natural, si pone poco cuidado en las virtudes.

Día 12º
ORACIONES
Ven Espíritu Creador

Ven, Espíritu Creador,
Visita las mentes de tus siervos,
Llena de celestiales gracias
Los corazones que Tú has creado

Tu, que eres llamado Paráclito,
Don de Dios Altísimo,
Fuente viva, fuego, amor
Y unción espiritual.

Tú que das tus siete dones,
Eres el dedo o la fortaleza del Padre,
Tu auténtica promesa del Padre,
Que inspiras lo que hemos de decir.

Enciende con tu luz nuestros sentidos,
Infunde tu amor en nuestros corazones
Fortaleciendo con perpetuo auxilio
La debilidad de nuestra carne

Aleja de nosotros al enemigo de nuestras almas,
Danos pronto la paz del corazón,
Y puestos bajo tu guía,
Evitaremos todo mal.

Haz que por Ti conozcamos al Padre
Y conozcamos también al Hijo
Y por Ti, que procedes de ambos,
Creamos en todo tiempo.

A Dios Padre sea la gloria
Y al Hijo que resucitó entre los muertos
Y al Paráclito, por los siglos de los siglos. Amén

Salve Estrella del mar

Salve Estrella del mar,
Madre, que diste a luz a Dios,
Quedando perpetuamente Virgen,
Feliz puerta del cielo.

Pues recibiste aquel Ave
De labios de Gabriel,
Ciméntanos en la paz,
Trocando el nombre de Eva.

Suelta las prisiones a los reos,
Da luz a los ciegos,
Ahuyenta nuestros males,
Recábanos todos los bienes.

Muestra que eres Madre,
Reciba por tu mediación nuestras plegarias
El que nacido por nosotros,
Se dignó ser tuyo.

Virgen singular,
Sobre todos suave,
Haz que libres de culpas,
Seamos suaves y castos.

Danos una vida pura,
Prepara una senda segura,
Para que, viendo a Jesús
Eternamente nos gocemos.

Gloria sea a Dios Padre,
Loor a Cristo Altísimo,
A los tres un solo honor. Amén.

Magnificat

Proclama mi alma la grandeza del Señor,
Se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador,
Porque ha mirado la humildad de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
Porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí.
Su Nombre es Santo.

Y su Misericordia llega a sus fieles
De generación en generación
Sobre los que le temen

Él hace proezas con su brazo
Dispersa a los soberbios de corazón
Derriba del trono a los poderosos
Y enaltece a los humildes
A los hambrientos los colma de bienes
Y a los ricos los despide vacíos

Auxilia a Israel su siervo
Acordándose de su misericordia
Como lo había prometido a nuestros padres
En favor de Abraham y su descendencia
Para siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
Como era en el principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos Amén.

MEDITACIÓN

Pero si vieres alguna cosa digna de reprensión, guárdate de hacerla; y si alguna vez la hiciste, procura enmendarte luego.
Así como tú miras a los otros, así los otros te miran a ti. ¡Oh! ¡Cuán alegre y dulce cosa es ver los devotos y fervorosos hermanos con santas costumbres y en observante disciplina!
¡Cuán triste y penoso es verlos andar desordenados, y que no hacen aquello a lo que son llamados por su vocación!
¡Oh! ¡Cuán dañoso es ser negligentes en el propósito de su llamamiento, y ocuparse en lo que no les mandan!
Acuérdate de la profesión que tomaste, y proponte por modelo al Crucificado.
Bien puedes avergonzarte mirando la vida de Jesucristo, porque aún no aprendiste a conformarte más con Él, aunque sean muchos años que estás en el camino de Dios.
El religioso que se ejercita intensa y devotamente en la Santísima Vida y Pasión del Señor, halla allí todo lo útil y necesario y cumplidamente para sí; y no hay necesidad de que busque cosa mejor fuera de Jesús.
¡Oh! ¡Si viniese a nuestro corazón Jesús Crucificado, cuán presta y cumplidamente seríamos enseñados!
El hombre fervoroso y diligente, a todo está dispuesto.
Mayor trabajo es resistir a los vicios y pasiones, que sudar en los trabajos corporales.
El que no evita los defectos pequeños, poco a poco cae en los grandes.
Te alegrarás siempre a la noche, si gastares bien el día.
Vela sobre ti, despiértate a ti, amonéstate a ti, y sea de los otros lo que fuere, no te descuides de ti.
Tanto aprovecharás cuanto más fuerza te hicieres. Amén.

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REGRESAR

Apostolado de la Nueva Evangelización 2007

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CONSAGRACIÓN

“CONSAGRACIÓN TOTAL A JESÚS POR MARÍA”
San Luís María Grignion de Monfort SEGUNDA PARTE (PRIMERA SEMANA DE PREPARACIÓN)

TEMA: EL CONOCIMIENTO DE SÍ MISMO

En esta etapa, que en rigor es la “primera semana de preparación”, las oraciones, los exámenes de conciencia, las reflexiones, los actos de renuncia a nuestra propia voluntad, de arrepentimiento por nuestros pecados, y de desprecio propio, serán realizados todos a los pies de María, ya que por Ella esperamos obtener la luz para conocernos a nosotros mismos. Sólo junto a Ella, podremos medir el abismo de nuestras miserias sin desesperar.

Debemos emplear todas nuestras acciones piadosas para pedir un conocimiento propio y el arrepentimiento de nuestros pecados, y debemos hacer esto con un profundo espíritu de piedad.

Durante este período, consideraremos tanto la oposición que existe entre el Espíritu de Jesús y el nuestro, como el miserable y humillante estado al que nos han reducido nuestros pecados.

Además, siendo la verdadera devoción a María una manera fácil, corta, segura y perfecta para llegar a esa unión con Nuestro Señor, que es la perfección a la imitación de Cristo, entraremos decididamente por este camino, firmemente convencidos de nuestra miseria e incapacidad.

Pero, ¿cómo podríamos conseguir esto sin el verdadero conocimiento de nosotros mismos?

Durante la primera semana dedicarán todas sus oraciones y actos de piedad a pedir el conocimiento de sí mismos y la contrición de sus pecados, y todo lo harán con espíritu de humildad.

Podrán meditar lo que he dicho anteriormente sobre nuestro mal fondo y no se considerarán en los seis días de esta semana, más que como caracoles, babosas, sapos, cerdos, serpientes, animales inmundos; o bien meditarán estas tres palabras de San Bernardo: “Piensa lo que fuiste, semen pútrido; lo que eres, vaso de estiércol; lo que serás, cebo de gusanos...”

Rogarán a Nuestro Señor y al Espíritu Santo que les ilumine por estas palabras: Señor, que yo vea; Señor, que me conozca; ¡Ven Espíritu Santo!

Recurrirán a la Santísima Virgen, pidiéndole que interceda ante Dios nuestro Señor para que nos conceda esta gracia, que debe ser el fundamento de las otras. Para ello recitarán todos los días el “Salve Estrella del Mar”, y las letanías de la Santísima Virgen y del Espíritu Santo.

DIA 13º (10 de Mayo) ORACIONES Y MEDITACIÓN
DIA 14º (11 de Mayo) ORACIONES Y MEDITACIÓN
DIA 15º (12 de Mayo) ORACIONES Y MEDITACIÓN
DIA 16º (13 de Mayo) ORACIONES Y MEDITACIÓN
DIA 17º (14 de Mayo) ORACIONES Y MEDITACIÓN
DIA 18º (15 de Mayo) ORACIONES Y MEDITACIÓN
DIA 19º (16 de Mayo) ORACIONES Y MEDITACIÓN

ORACIONES QUE SE REZARAN DESDE EL DIA 13º AL 19º INCLUSIVE

Letanías del Espíritu Santo
(Sólo para devoción privada)

Señor, ten piedad, Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad, Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad, Señor, ten piedad
Cristo, óyenos, Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos, Cristo, escúchanos

Dios Padre Celestial, Ten misericordia de nosotros
Dios, Hijo Redentor del mundo, Ten misericordia de nosotros
Dios, Espíritu Santo, Ten misericordia de nosotros

Trinidad Santa, un solo Dios, Óyenos
Espíritu que procede del Padre y del Hijo, Ilumínanos y santifícanos
Espíritu del Señor, que al comienzo de la
Creación, planeando sobre las aguas las fecundaste, Ven a nosotros

Espíritu por inspiración del cual han hablado los profetas, Ven a nosotros
Espíritu cuya unción nos enseña todas las cosas, Ven a nosotros
Espíritu que das testimonio de Cristo, Ven a nosotros
Espíritu de verdad que nos instruyes sobre todas las cosas, Ven a nosotros
Espíritu que sobreviene a María, Ven a nosotros
Espíritu del Señor que llena todo el orbe Ven a nosotros
Espíritu de Dios que habita en nosotros Ven a nosotros
Espíritu de sabiduría y de entendimiento Ven a nosotros
Espíritu de consejo y de fortaleza Ven a nosotros
Espíritu de ciencia y de piedad Ven a nosotros
Espíritu de temor del Señor Ven a nosotros
Espíritu de gracia y de misericordia Ven a nosotros
Espíritu de fuerza, de dilección y de sobriedad Ven a nosotros
Espíritu de fe, de esperanza, de amor y de paz Ven a nosotros
Espíritu de humildad y de castidad Ven a nosotros
Espíritu de benignidad y de mansedumbre Ven a nosotros
Espíritu de multiforme gracia Ven a nosotros
Espíritu que escrutas los secretos de Dios Ven a nosotros
Espíritu que ruegas por nosotros con gemidos inenarrables Ven a nosotros
Espíritu que descendiste sobre Cristo en forma de paloma Ven a nosotros
Espíritu en el cual renacemos Ven a nosotros
Espíritu por el cual se difunde la caridad en nuestros corazones, Ven a nosotros
Espíritu de adopción de los hijos de Dios Ven a nosotros
Espíritu que en lenguas de fuego sobre los apóstoles apareciste, Ven a nosotros
Espíritu con el cual fueron los apóstoles henchidos Ven a nosotros
Espíritu que distribuyes tus dones a cada uno como quieres, Ven a nosotros

Sednos propicio, Perdónanos Señor
Sednos propicio, Escúchanos Señor

De todo mal, Líbranos Señor
De todo pecado, Líbranos Señor
De tentaciones e insidias del demonio, Líbranos Señor
De la presunción y desesperación, Líbranos Señor
De la resistencia a la verdad conocida, Líbranos Señor
De la obstinación y de la impenitencia, Líbranos Señor
De la impureza de la mente y del cuerpo, Líbranos Señor
Del espíritu de fornicación, Líbranos Señor
De todo espíritu del mal, Líbranos Señor

Por tu eterna procesión del Padre y del Hijo, Te rogamos óyenos
Por tu descenso sobre Cristo en el Jordán, Te rogamos óyenos
Por tu advenimiento sobre los discípulos, Te rogamos óyenos
En el día del juicio, nosotros pecadores, Te rogamos óyenos
Para que así como vivimos del Espíritu,
obremos también por Él, Te rogamos óyenos

Para que recordando que somos templo del Espíritu Santo,
no lo profanemos, Te rogamos óyenos

Para que viviendo según el Espíritu, no
cumplamos los deseos de la carne, Te rogamos óyenos

Para que no te entristezcamos a Ti, Espíritu
Santo de Dios, Te rogamos óyenos

Para que seamos solícitos en guardar la
unidad del Espíritu, en el vínculo de la paz, Te rogamos óyenos

Para que no creamos a todo espíritu, Te rogamos óyenos
Para que probemos a los espíritus si son de Dios, Te rogamos óyenos
Para que te dignes renovar en nosotros
el espíritu de rectitud, Te rogamos óyenos

Para que nos confirmes por Espíritu soberano, Te rogamos óyenos

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, Perdónanos Señor
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, Escúchanos Señor
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, Ten misericordia de nosotros.

Asístanos, te pedimos Señor, la virtud del Espíritu Santo, que purifique clemente nuestros corazones, y nos preserve de todo mal. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.

Letanías de la Santísima Virgen

Señor, ten piedad, Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad, Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad, Señor, ten piedad
Cristo, óyenos, Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos, Cristo, escúchanos

Dios Padre Celestial, Ten misericordia de nosotros
Dios, Hijo Redentor del mundo, Ten misericordia de nosotros
Dios, Espíritu Santo, Ten misericordia de nosotros
Trinidad Santa, un solo Dios, Ten misericordia de nosotros

Santa María, Ruega por nosotros
Santa Madre de Dios, Ruega por nosotros
Santa Virgen de las vírgenes, Ruega por nosotros
Madre de Cristo, Ruega por nosotros
Madre de la Iglesia, Ruega por nosotros
Madre de la Divina gracia, Ruega por nosotros
Madre Purísima, Ruega por nosotros
Madre Castísima, Ruega por nosotros
Madre inviolada, Ruega por nosotros
Madre Virgen, Ruega por nosotros
Madre Inmaculada, Ruega por nosotros
Madre amable, Ruega por nosotros
Madre admirable, Ruega por nosotros
Madre del buen consejo, Ruega por nosotros
Madre del Creador, Ruega por nosotros
Madre del Salvador, Ruega por nosotros

Virgen Prudentísima, Ruega por nosotros
Virgen digna de veneración, Ruega por nosotros
Virgen digna de alabanza, Ruega por nosotros
Virgen poderosa, Ruega por nosotros
Virgen clemente, Ruega por nosotros
Virgen fiel, Ruega por nosotros

Esclava del Señor, Ruega por nosotros
Espejo de justicia, Ruega por nosotros
Trono de sabiduría, Ruega por nosotros
Causa de nuestra alegría, Ruega por nosotros
Vaso espiritual, Ruega por nosotros
Vaso honorable, Ruega por nosotros
Vaso insigne de devoción, Ruega por nosotros
Rosa Mística, Ruega por nosotros
Torre de David, Ruega por nosotros
Torre de marfil, Ruega por nosotros
Casa de oro, Ruega por nosotros
Arca de la alianza, Ruega por nosotros
Puerta del cielo, Ruega por nosotros
Estrella de la mañana, Ruega por nosotros
Salud de los enfermos, Ruega por nosotros
Refugio de los pecadores, Ruega por nosotros
Consoladora de los afligidos, Ruega por nosotros
Auxilio de los cristianos, Ruega por nosotros

Reina de los ángeles, Ruega por nosotros
Reina de los patriarcas, Ruega por nosotros
Reina de los profetas, Ruega por nosotros
Reina de los apóstoles, Ruega por nosotros
Reina de los mártires, Ruega por nosotros
Reina de los confesores, Ruega por nosotros
Reina de las vírgenes, Ruega por nosotros
Reina de todos los santos, Ruega por nosotros
Reina concebida sin mancha original, Ruega por nosotros
Reina asunta a los cielos, Ruega por nosotros
Reina del Santísimo Rosario, Ruega por nosotros
Reina de la paz. Ruega por nosotros

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo Perdónanos, Señor
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo Escúchanos, Señor
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo Ten misericordia de nosotros

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Te pedimos, Señor, que nosotros, tus siervos, gocemos siempre de la salud de alma y cuerpo; y por la intercesión gloriosa de Santa María, la Virgen, líbranos de las tristezas de este mundo, y concédenos las alegrías del cielo.

Por Jesucristo Nuestro Señor, Amén.

Salve Estrella del mar

Salve Estrella del mar,
Madre, que diste a luz a Dios,
Quedando perpetuamente Virgen,
Feliz puerta del cielo.

Pues recibiste aquel Ave
De labios de Gabriel,
Ciméntanos en la paz,
Trocando el nombre de Eva.

Suelta las prisiones a los reos,
Da luz a los ciegos,
Ahuyenta nuestros males,
Recábanos todos los bienes.

Muestra que eres Madre,
Reciba por tu mediación nuestras plegarias
El que nacido por nosotros,
Se dignó ser tuyo.

Virgen singular,
Sobre todos suave,
Haz que libres de culpas,
Seamos suaves y castos.

Danos una vida pura,
Prepara una senda segura,
Para que, viendo a Jesús
Eternamente nos gocemos.

Gloria sea a Dios Padre,
Loor a Cristo Altísimo,
A los tres un solo honor. Amén.

Día 13º
(Rezar las tres oraciones de la primera parte)

Un día estaba Jesús orando en cierto lugar. Al terminar su oración, uno de sus discípulos le dijo: “Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñaba a sus discípulos.”

Él les dijo: “Cuando recen, digan:

Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu reino; danos el pan de cada día. Perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en la tentación.”

Les dijo también: “Supongan que uno de ustedes tiene un amigo y va a medianoche a su casa a decirle: ‘Amigo, préstame tres panes, porque un amigo mío ha llegado de viaje y no tengo nada que ofrecerle’. Y el otro le responde a usted desde adentro: ‘No me molestes; la puerta está ya cerrada y mis hijos y yo estamos ya acostados; no puedo, levantarme para dártelos’. Yo les digo: aunque el hombre no se levante para dárselo porque usted es amigo suyo, si usted se pone pesado, al final le dará todo lo que necesita.

Pues bien, yo les digo: Pidan y se les dará; busquen y hallarán; llamen a la puerta y les abrirán. Porque todo el que pide recibe, el que busca halla, y al que llame a la puerta se le abrirá. (Lucas 11, 1 – 10).

Día 14º
(Repetir las tres oraciones de la primera parte)

De la obediencia del súbdito humilde a ejemplo de Jesucristo

Hijo, el que procura sustraerse de la obediencia, él mismo se aparta de la gracia; y el que quiere tener cosas propias pierde las comunes.

El que no se sujeta de buena gana a su superior, señal es que su carne aún no le obedece perfectamente, sino que muchas veces se resiste y murmura.

Aprende, pues, a sujetarte prontamente a tu superior, si deseas tener tu carne sujeta.

Porque tanto más presto se vence al enemigo exterior, cuanto no estuviere debilitado el hombre interior.

No hay enemigo peor ni más dañoso para el alma que tú mismo, si no estás bien avenido con el espíritu.

Necesario es que tengas verdadero desprecio de ti mismo, si quieres vencer la carne y la sangre.

Porque aún te amas muy desordenadamente, por eso temes sujetarte del todo a la voluntad de otros.

Pero ¿qué mucho es que tú, polvo y nada, te sujetes al hombre por Dios, cuando Yo, Omnipotente y Altísimo, que crié todas las cosas de la nada, me sujeté al hombre humildemente por ti?

Me hice el más humilde y abatido de todos, para que vencieses tu soberbia con Mi humildad.

Aprende, polvo a obedecer; aprende, tierra y todo, a humillarte y postrarte a los pies de todos.

Aprende a quebrantar tus inclinaciones y rendirte a toda sujeción.

Día 15º
(Repetir las tres oraciones de la primera parte)

En ese momento algunos le contaron a Jesús una matanza de galileos, Pilato los había hecho matar en el Templo, mezclando su sangre con la sangre de sus sacrificios.

Jesús les replicó: ¿Creen ustedes que esos galileos eran más pecadores que los demás porque corrieron semejante suerte? Yo Les digo que no. Y si ustedes no renuncian a sus caminos, perecerán del mismo modo. Y aquellas dieciocho personas que quedaron aplastadas cuando la torre de Siloé se derrumbó, ¿creen ustedes que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Yo les aseguro que no. Y si ustedes no renuncian a sus caminos, todos perecerán de igual modo. (Lucas 13, 1 – 5)

Necesitamos a María para morir a nosotros mismos.

Para vaciarnos de nosotros mismos es menester morir a nosotros mismos todos los días; es decir; es menester renunciar a las operaciones de las facultades de nuestra alma y de los sentimientos de nuestro cuerpo; es menester ver como si no se viese, oír como si no se oyese, servirse de las cosas de este mundo como si no se sirviese uno de ellas, lo cual llama San Pablo morir todos lo días: “Quotidie morior” (1 Cor, 15, 31).

Si al caer el grano de trigo en la tierra no muere, permanece solo y no produce fruto bueno (Jn 12, 24). Si no morimos a nosotros mismos, y si nuestras devociones más santas no nos conducen a esta muerte necesaria y fecunda, no produciremos fruto alguno, y serán inútiles nuestras devociones; todos nuestros actos de justicia estarán mancillados por el amor propio y la propia voluntad, lo que hará que Dios tenga por abominación los mayores sacrificios y las mejores acciones que podamos ejecutar; y a nuestra muerte, nos hallaremos con las manos vacías de virtudes y de méritos, y no tendremos una centella del amor puro que sólo se comunica a las almas muertas a sí mismas, cuya vida se esconde con Jesucristo en Dios.

Es menester escoger entre todas las devociones a la Santísima Virgen, la que más nos lleve a esta muerte propia, como que es la mejor y más santificante, porque ni es oro todo lo que reluce, ni miel todo lo dulce, ni lo más factible y practicado por la mayoría es lo más perfecto.

Como en el orden de la naturaleza hay operaciones que se hacen a poca costa y con facilidad, asimismo, en el orden de la gracia hay secretos que se ejecutan en poco tiempo, con dulzura y facilidad, operaciones sobrenaturales y divinas que consisten en vaciarse de sí mismo y llenarse de Dios, y lograr así la perfección.

Día 16º
(Repetir las tres oraciones de la primera parte)

Recuerden que durante esta primera semana, dedicarán todas sus oraciones y actos de piedad a pedir el conocimiento de sí mismos y la contrición de sus pecados, y todo lo harán con espíritu de humildad.

Recuerden meditar lo que he dicho anteriormente sobre nuestro mal fondo, y no se considerarán en los seis días de esta semana, más que como caracoles, babosas, sapos, cerdos, serpientes, animales inmundos; o bien meditarán estas tres palabras de San Bernardo: “Piensa lo que fuiste, semen pútrido; lo que eres, vaso de estiércol; lo que serás, cebo de gusanos...”

Rogarán a Nuestro Señor y al Espíritu Santo que les ilumine por estas palabras: Señor, que yo vea; Señor, que me conozca; ¡Ven Espíritu Santo!

Recurrirán a la Santísima Virgen, pidiéndole que interceda ante Dios nuestro Señor para que nos conceda esta gracia, que debe ser el fundamento de las otras. Para ello recitarán todos los días el “Salve Estrella del Mar”, y las letanías de la Santísima Virgen y del Espíritu Santo.

De la consideración de sí mismo

No debemos confiar de nosotros grandes cosas, porque muchas veces nos falta la gracia y la discreción.

Poca luz hay en nosotros, y rápidamente la perdemos por nuestra negligencia.

Y muchas veces no sentimos cuán ciegos estamos en el alma.

Muchas veces también obramos mal, y al tratar de excusarnos hacemos peor.

A veces nos mueve la pasión, y pensamos que es justo celo.

Reprendemos en los otros las cosas pequeñas, y tragamos las graves si son nuestras.

Muy a menudo sentimos y agravamos lo que de los otros sufrimos, y sin embargo no miramos cuánto enojamos a los otros.

El que bien y rectamente examinare sus obras, no tendrá que juzgar gravemente las ajenas.

Día 17º
(Repetir las tres oraciones de la primera parte)

Del juicio y las penas de los pecadores

Mira el fin de todas las cosas, y piensa cómo te sentirás delante de aquel juez justísimo, para el cual no hay cosa encubierta, ni se amansa con dádivas, ni admite excusas, sino que juzgará justísimamente.

¡Oh ignorante y miserable pecador! ¿Qué responderás a Dios, que sabe todas tus maldades, tú que a veces temes el simple rostro de un hombre airado o recio?

¿Por qué no te previenes para el día del juicio, cuando no habrá quién defienda ni ruegue por otro, sino que cada uno tendrá bastante que hacer por sí mismo?

Jesús dijo también a sus discípulos: “Había un hombre rico que tenía un administrador, y le vinieron a decir que estaba malgastando sus bienes. Lo mandó llamar y le dijo: “¿Qué oigo decir de ti? Dame cuenta de tu administración, porque yo no continuarás en ese cargo.”

El administrador se dijo: ¿Qué voy a hacer ahora que mi patrón me despide de mi empleo? Para trabajar la tierra no tengo fuerzas, y pedir limosna me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me quiten el cargo, tenga gente que me reciba en su casa.

Llamó a uno por uno a los que tenían deudas con su patrón, y dijo al primero: ¿Cuánto debes a mi patrón? Le contestó: Cien barriles de aceite. Le dijo el administrador: Toma tu recibo, siéntate y escribe en seguida cincuenta. Después dijo a otro: Y tú, ¿cuánto le debes? Contestó: Cuatrocientos quintales de trigo. Entonces le dijo: Toma tu recibo y escribe trescientos.

El patrón admiró la manera tan inteligente de actuar de ese administrador que lo estafaba. Pues es cierto que los ciudadanos de este mundo sacan más provecho de sus relaciones sociales que los hijos de la luz. (Lucas 16, 1 – 8)

Día 18º
(Repetir las tres oraciones de la primera parte)

Dijo Jesús a sus discípulos: “Es imposible que no haya escándalos y caídas, pero ¡pobre del que hace caer a los demás! Mejor sería que lo arrojaran al mar con una piedra de molino atada al cuello, antes que hacer caer a uno de estos pequeños. Cuídense ustedes mismos.

Si tu hermano te ofende, repréndelo y si se arrepiente, perdónalo. Si te ofende siete veces al día y otras tantas vuelve arrepentido y te dice: ‘Lo siento’, perdónalo.”

Los apóstoles dijeron al Señor: “Auméntanos la fe”. El Señor respondió: “Si ustedes tienen un poco de fe, no más grande que un granito de mostaza, dirán a ese árbol: ‘Arráncate y plántate en el mar’, y el árbol les obedecerá.

¿Acaso tienen un servidor que está arando o cuidando el rebaño? Y cuando éste vuelve del campo, ¿le dicen acaso: ‘Entra y descansa’? ¿No le dirán más bien: ‘Prepárame la comida y ponte el delantal para servirme hasta que yo haya comido y bebido y después comerás y beberás tú’? ¿Y quién de ustedes se sentirá agradecido con él porque hizo lo que le fue mandado?

Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que les ha sido mandado, digan: “somos servidores que no hacíamos falta, hemos hecho lo que era nuestro deber”. (Lucas 17, 1 – 10).

Todas las cosas graves se deben padecer por la vida eterna

Hijo: No te quebranten los trabajos que has tomado por mí, ni te abatan del todo las tribulaciones; más bien que mi promesa te esfuerce y consuele en todo lo que viniere.

Yo basto para galardonarte sobre toda manera y medida.

No trabajarás aquí mucho tiempo, ni serás agravado siempre de dolores.

Espera un poquito y verás cuán pronto se pasan los males.

Vendrá una hora cuando cesará todo trabajo e inquietud.

Poco y breve es todo lo que pasa con el tiempo.

Día 19º
(Repetir las tres oraciones de la primera parte)

Le traían también niños pequeñitos para que los tocara, pero los discípulos empezaron a reprender a esas personas

Jesús pidió que se los trajeran, diciendo: “Dejen que los niños vengan a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos. En verdad les digo que el que no reciba el Reino de Dios como un niño, no entrará en él.”

Cierto hombre importante le preguntó: “Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?” Jesús le dijo: “¿Por qué me llamas bueno? Sólo Dios es bueno, nadie más. Ya sabes los mandamientos: No cometas adulterio, no mates, no robes, no levantes falsos testimonios, honra a tu padre y a tu madre.”

Pero él contestó: “Todo esto lo he cumplido ya desde joven”. Al oír esto, Jesús le dijo: “Todavía te falta una cosa: vende todo lo que tienes, reparte el dinero entre los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; después ven y sígueme”. Ante tal respuesta, el hombre se puso triste, pues era muy rico.

Al verlo, dijo Jesús: “¡Qué difícil es entrar en el Reino de Dios para los que tienen riquezas! Es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para un rico entrar en el Reino de Dios.” Los presentes dijeron: “¿Quién podrá salvarse entonces?” Jesús respondió: “Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios.”

En ese momento Pedro dijo: “Ya ves que nosotros hemos dejado todo lo que teníamos y te hemos seguido.” Jesús respondió: “Yo les aseguro que ninguno dejará casa, esposa, hermanos, padre o hijos a causa del Reino de Dios sin que reciba mucho más en el tiempo presente y, en el mundo venidero, la vida eterna.” (Lc 18, 15 - 30)

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Apostolado de la Nueva Evangelización 2007

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CONSAGRACIÓN

“ CONSAGRACIÓN TOTAL A JESÚS POR MARÍA ”

San Luís María Grignion de Monfort

TERCERA PARTE (SEGUNDA SEMANA DE PREPARACIÓN)

TEMA: EL CONOCIMIENTO DE MARÍA

Los actos de amor, los afectos piadosos hacia la Santísima Virgen, deben siempre ir acompañados de un esfuerzo, de parte nuestra, por imitar sus virtudes...

Especialmente su humildad profunda, su fe viva, su obediencia ciega, su continua oración mental, su mortificación en todas las cosas, su caridad ardiente, su paciencia heroica, su pureza incomparable, su dulzura angelical y su sabiduría divina; que, como dice San Luis María Grignion de Montfort, constituyen “las diez virtudes principales de la Santísima Virgen”.

Tenemos que unirnos a Jesús por María, ésta es la característica de nuestra devoción; por lo tanto, San Luis María Grignion de Montfort nos pide que nos empleemos a fondo para adquirir un conocimiento de la Santísima Virgen.

María es nuestra soberana y nuestra medianera, nuestra Madre y nuestra Señora. Esforcémonos, pues, en conocer los efectos de esta Realeza, de esta Mediación y de esta Maternidad, así como las grandezas y prerrogativas que son los fundamentos o las consecuencias de ello.

Nuestra Santísima Madre también es perfecta –un molde en donde podemos ser moldeados para poder hacer nuestras sus intenciones y disposiciones—. Pero esto no lo conseguiremos sin estudiar la vida interior de María, o sea, sus virtudes, sus sentimientos, sus acciones, su participación en los misterios de Jesucristo y su unión con Él.

DIA 20 º ORACIONES Y MEDITACIÓN
DIA 21 º ORACIONES Y MEDITACIÓN
DIA 22 º ORACIONES Y MEDITACIÓN
DIA 23 º ORACIONES Y MEDITACIÓN
DIA 24 º ORACIONES Y MEDITACIÓN
DIA 25 º ORACIONES Y MEDITACIÓN
DIA 26º ORACIONES Y MEDITACIÓN

Señor, ten piedad, Señor, ten piedad

Cristo, ten piedad, Cristo, ten piedad

Señor, ten piedad, Señor, ten piedad

Cristo, óyenos, Cristo, óyenos

Cristo, escúchanos, Cristo, escúchanos

Dios Padre Celestial, Ten misericordia de nosotros

Dios, Hijo Redentor del mundo, Ten misericordia de nosotros

Dios, Espíritu Santo, Ten misericordia de nosotros

Trinidad Santa, un solo Dios, Óyenos

Espíritu que procede del Padre y del Hijo, Ilumínanos y santifícanos

Espíritu del Señor, que al comienzo de la

Creación, planeando sobre las aguas las fecundaste, Ven a nosotros

Espíritu por inspiración del cual han hablado los profetas, Ven a nosotros

Espíritu cuya unción nos enseña todas las cosas, V en a nosotros

Espíritu que das testimonio de Cristo, V en a nosotros

Espíritu de verdad que nos instruyes sobre todas las cosas, Ven a nosotros

Espíritu que sobreviene a María, V en a nosotros

Espíritu del Señor que llena todo el orbe V en a nosotros

Espíritu de Dios que habita en nosotros V en a nosotros

Espíritu de sabiduría y de entendimiento V en a nosotros

Espíritu de consejo y de fortaleza V en a nosotros

Espíritu de ciencia y de piedad V en a nosotros

Espíritu de temor del Señor V en a nosotros

Espíritu de gracia y de misericordia V en a nosotros

Espíritu de fuerza, de dilección y de sobriedad V en a nosotros

Espíritu de fe, de esperanza, de amor y de paz V en a nosotros

Espíritu de humildad y de castidad V en a nosotros

Espíritu de benignidad y de mansedumbre V en a nosotros

Espíritu de multiforme gracia V en a nosotros

Espíritu que escrutas los secretos de Dios V en a nosotros

Espíritu que ruegas por nosotros con gemidos inenarrables V en a nosotros

Espíritu que descendiste sobre Cristo en forma de paloma V en a nosotros

Espíritu en el cual renacemos V en a nosotros

Espíritu por el cual se difunde la caridad en nuestros corazones, Ven a nosotros

Espíritu de adopción de los hijos de Dios V en a nosotros

Espíritu que en lenguas de fuego sobre los apóstoles apareciste, Ven a nosotros

Espíritu con el cual fueron los apóstoles henchidos V en a nosotros

Espíritu que distribuyes tus dones a cada uno como quieres, Ven a nosotros

Sednos propicio, Perdónanos Señor

Sednos propicio, Escúchanos Señor

De todo mal, Líbranos Señor

De todo pecado, Líbranos Señor

De tentaciones e insidias del demonio , Líbranos Señor

De la presunción y desesperación , Líbranos Señor

De la resistencia a la verdad conocida , Líbranos Señor

De la obstinación y de la impenitencia , Líbranos Señor

De la impureza de la mente y del cuerpo , Líbranos Señor

Del espíritu de fornicación , Líbranos Señor

De todo espíritu del mal , Líbranos Señor

Por tu eterna procesión del Padre y del Hijo, Te rogamos óyenos

Por tu descenso sobre Cristo en el Jordán, Te rogamos óyenos

Por tu advenimiento sobre los discípulos, Te rogamos óyenos

En el día del juicio, nosotros pecadores , Te rogamos óyenos

Para que así como vivimos del Espíritu,

obremos también por Él, Te rogamos óyenos

Para que recordando que somos templo del Espíritu Santo,

no lo profanemos, Te rogamos óyenos

Para que viviendo según el Espíritu, no

cumplamos los deseos de la carne , Te rogamos óyenos

Para que no te entristezcamos a Ti, Espíritu

Santo de Dios, Te rogamos óyenos

Para que seamos solícitos en guardar la

unidad del Espíritu, en el vínculo de la paz, Te rogamos óyenos

Para que no creamos a todo espíritu, Te rogamos óyenos

Para que probemos a los espíritus si son de Dios, Te rogamos óyenos

Para que te dignes renovar en nosotros

el espíritu de rectitud, Te rogamos óyenos

Para que nos confirmes por Espíritu soberano, Te rogamos óyenos

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, Perdónanos Señor

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo , Escúchanos Señor

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, Ten misericordia de nosotros.

Asístanos, te pedimos Señor, la virtud del Espíritu Santo, que purifique clemente nuestros corazones, y nos preserve de todo mal. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo, Nuestro Señor. Amén .

Letanías de la Santísima Virgen

Señor, ten piedad, Señor, ten piedad

Cristo, ten piedad, Cristo, ten piedad

Señor, ten piedad, Señor, ten piedad

Cristo, óyenos, Cristo, óyenos

Cristo, escúchanos, Cristo, escúchanos

Dios Padre Celestial, Ten misericordia de nosotros

Dios, Hijo Redentor del mundo, Ten misericordia de nosotros

Dios, Espíritu Santo, Ten misericordia de nosotros

Trinidad Santa, un solo Dios, Ten misericordia de nosotros

Santa María, Ruega por nosotros

Santa Madre de Dios, Ruega por nosotros

Santa Virgen de las vírgenes, Ruega por nosotros

Madre de Cristo, Ruega por nosotros

Madre de la Iglesia, Ruega por nosotros

Madre de la Divina gracia, Ruega por nosotros

Madre Purísima, Ruega por nosotros

Madre Castísima, Ruega por nosotros

Madre inviolada, Ruega por nosotros

Madre Virgen, Ruega por nosotros

Madre Inmaculada, Ruega por nosotros

Madre amable, Ruega por nosotros

Madre admirable, Ruega por nosotros

Madre del buen consejo, Ruega por nosotros

Madre del Creador, Ruega por nosotros

Madre del Salvador, Ruega por nosotros

Virgen Prudentísima, Ruega por nosotros

Virgen digna de veneración, Ruega por nosotros

Virgen digna de alabanza, Ruega por nosotros

Virgen poderosa, Ruega por nosotros

Virgen clemente, Ruega por nosotros

Virgen fiel, Ruega por nosotros

Esclava del Señor, Ruega por nosotros

Espejo de justicia, Ruega por nosotros

Trono de sabiduría, Ruega por nosotros

Causa de nuestra alegría, Ruega por nosotros

Vaso espiritual, Ruega por nosotros

Vaso honorable, Ruega por nosotros

Vaso insigne de devoción, Ruega por nosotros

Rosa Mística, Ruega por nosotros

Torre de David, Ruega por nosotros

Torre de marfil, Ruega por nosotros

Casa de oro, Ruega por nosotros

Arca de la alianza, Ruega por nosotros

Puerta del cielo, Ruega por nosotros

Estrella de la mañana, Ruega por nosotros

Salud de los enfermos, Ruega por nosotros

Refugio de los pecadores, Ruega por nosotros

Consoladora de los afligidos, Ruega por nosotros

Auxilio de los cristianos, Ruega por nosotros

Reina de los ángeles, Ruega por nosotros

Reina de los patriarcas, Ruega por nosotros

Reina de los profetas, Ruega por nosotros

Reina de los apóstoles, Ruega por nosotros

Reina de los mártires, Ruega por nosotros

Reina de los confesores, Ruega por nosotros

Reina de las vírgenes, Ruega por nosotros

Reina de todos los santos, Ruega por nosotros

Reina concebida sin mancha original, Ruega por nosotros

Reina asunta a los cielos, Ruega por nosotros

Reina del Santísimo Rosario, Ruega por nosotros

Reina de la paz. Ruega por nosotros

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo Perdónanos, Señor

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo Escúchanos, Señor

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo Ten misericordia de nosotros

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,

Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo .

Te pedimos, Señor, que nosotros, tus siervos, gocemos siempre de la salud de alma y cuerpo; y por la intercesión gloriosa de Santa María, la Virgen, líbranos de las tristezas de este mundo, y concédenos las alegrías del cielo.

Por Jesucristo Nuestro Señor, Amén.

Salve Estrella del mar

Salve Estrella del mar,

Madre, que diste a luz a Dios,

Quedando perpetuamente Virgen,

Feliz puerta del cielo.

Pues recibiste aquel Ave

De labios de Gabriel,

Ciméntanos en la paz,

Trocando el nombre de Eva.

Suelta las prisiones a los reos,

Da luz a los ciegos,

Ahuyenta nuestros males,

Recábanos todos los bienes.

Muestra que eres Madre,

Reciba por tu mediación nuestras plegarias

El que nacido por nosotros,

Se dignó ser tuyo.

Virgen singular,

Sobre todos suave,

Haz que libres de culpas,

Seamos suaves y castos.

Danos una vida pura,

Prepara una senda segura,

Para que, viendo a Jesús

Eternamente nos gocemos.

Gloria sea a Dios Padre,

Loor a Cristo Altísimo,

A los tres un solo honor. Amén.

Oración a Nuestra Señora, de

San Luis María Grignion de Montfort

Salve, María, amadísima Hija del Eterno Padre; Salve, María, purísima Madre de Dios Hijo, Salve, María, fidelísima Esposa del Espíritu Santo; Salve, María, mi amada Madre, mi amable Maestra, mi poderosa Soberana; Salve, gozo mío, gloria mía, mía por misericordia yo soy todo vuestro por justicia, pero todavía no lo soy bastante. De nuevo me entrego a Ti todo entero, en calidad de eterno esclavo, sin reservar nada, ni para mí, ni para otros.

Si algo ves en mí que todavía no sea tuyo, tómalo enseguida, te lo suplico y hazte dueña absoluta de todos mis haberes, para destruir y desarraigar y aniquilar en mi todo lo que desagrada a Dios y plantar y levantar y producir todo lo que os guste.

La luz de tu fe disipe las tinieblas de mi espíritu; tu humildad profunda ocupe el lugar de mi orgullo; tu contemplación sublime detenga las distracciones de mi fantasía vagabunda; tu continua vista de Dios llene de su presencia mi memoria, el incendio de caridad de tu corazón abrase la tibieza y frialdad del mío; cedan el sitio a tus virtudes mis pecados; tus méritos sean delante de Dios mi adorno y suplemento.

En fin, queridísima y amadísima Madre, haz, si es posible, que no tenga yo más espíritu que el tuyo para conocer a Jesucristo y entender sus divinas voluntades; que no tenga más alma que la tuya para alabar y glorificar al Señor; que no tenga más corazón que el tuyo para amar a Dios con amor puro y con amor ardiente como Tú.

No pido visiones, ni revelaciones, ni [dones] justos, ni contentos, ni aun [dones] espirituales. Para Ti el ver claro, sin tinieblas; para Ti el gustar por entero sin amargura; para Ti el triunfar gloriosa a la diestra de tu Hijo, sin humillación; para Ti el mandar a los ángeles, hombres y demonios, con poder absoluto, sin resistencia y el disponer en fin, sin reserva alguna de todos los bienes de Dios.

Esta es, divina María, la mejor parte que se te ha concedido, y que jamás se te quitará, que es para mi grandísimo gozo. Para mí y mientras viva, no quiero otro [gozo] sino el experimentar el que Tú tuviste: creer a secas, sin nada ver y gustar; sufrir con alegría, sin consuelo de las criaturas; morir a mi mismo, continuamente y sin descanso; trabajar mucho hasta la muerte por Ti, sin interés, como el más vil de los esclavos.

La sola gracia, que por pura misericordia te pido, es que en todos los días y en todos los momentos de mi vida, diga tres “amenes”: amén (así sea) a todo lo que hiciste en la tierra cuando vivías; amén a todo lo que haces al presente en el cielo; amén a todo lo que obras en mi alma, para que en ella no haya nada más que Tú, para glorificar plenamente a Jesús, en mi, ahora y en la eternidad. Amén

Récese también cada día, antes de todas las oraciones o después de ésta, EL SANTO ROSARIO (meditando profundamente, al menos los cinco Misterios Gozosos y los cinco correspondientes a cada día).

Día 20º

Rezar las cuatro oraciones –Letanías al Espíritu Santo, a la Santísima Virgen, Salve Estrella del Mar y la oración a la Virgen de San Luis María— y al menos cinco Misterios del Santo Rosario

“Fueron apresuradamente y hallaron a María y a José con el Niño acostado en un pesebre. Entonces contaron lo que los ángeles les habían dicho del Niño. Todos los que escucharon a los pastores quedaron maravillados de lo que decían.

María, por su parte, guardaba todos estos acontecimientos y los volvía a meditar en su interior.

Después los pastores regresaron alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, tal como los ángeles se lo habían anunciado.

Cumplidos los ocho días, circuncidaron al Niño y le pusieron el nombre de Jesús, nombre que había indicado el ángel antes de que su madre quedara embarazada.” (Lc 2, 16-21).

“Cuando Jesús cumplió los doce años, subió también con sus padres a la fiesta, según el rito festivo. Al terminar los días de la fiesta regresaron, pero el Niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que sus padres lo supieran.

Seguros de que estaba con la caravana de vuelta, caminaron todo un día. Después se pusieron a buscarlo entre sus parientes y conocidos. Como no lo encontraran, se volvieron a Jerusalén en su búsqueda. Al tercer día lo hallaron en el templo, sentado en medio de los maestros de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían quedaban asombrados de su inteligencia y de sus respuestas.

Sus padres se emocionaron mucho al verlo; su madre le decía: ‘Hijo ¿por qué nos has hecho esto? Tu Padre y yo, hemos estado muy angustiados mientras te buscábamos'. Él les contestó: ‘¿Y por qué me buscaban? ¿No saben que yo debo ocuparme de las cosas de mi Padre?'. Pero ellos no comprendieron esta respuesta.

Jesús entonces regresó con ellos, llegando a Nazaret. Posteriormente siguió obedeciéndoles. Su madre, por su parte, conservaba todas estas cosas en su corazón.

Mientras tanto, Jesús crecía en sabiduría, en y edad y en gracia, ante Dios y ante los hombres”. (Lc 2, 42-52)

Día 21º

Rezar las cuatro oraciones –Letanías al Espíritu Santo, a la Santísima Virgen, Salve Estrella del Mar y la oración a la Virgen de San Luis María— y al menos cinco Misterios del Santo Rosario

La verdadera devoción a la Virgen

Para subir y unirse a Él, preciso es valerse del mismo medio de que Él se valió para descender a nosotros, para hacerse hombre y para comunicarnos sus gracias; y ese medio es “la verdadera devoción a la Santísima Virgen”.

Hay muchas devociones a la Virgen Santísima, y verdaderas: que no hablo aquí de las falsas.

Consiste la primera en cumplir con los deberes de cristiano, evitando el pecado mortal, obrando más por amor que por temor, rogando de tiempo en tiempo a la Santísima Virgen y honrándola como Madre de Dios, sin ninguna otra especial devoción para con Ella.

La segunda tiene para la Virgen más altos sentimientos de estima, amor, veneración y confianza; induce a entrar en las Cofradías del Santo Rosario y del escapulario, a rezar “la corona” o el Santo Rosario: a honrar las imágenes y altares de María, a publicar sus alabanzas, a alistarse en sus congregaciones.

Y todas estas devociones son buenas. Con tal de que nos abstengamos de pecar, buena es, santa y laudable; pero no tanto como la que sigue, para apartar a las almas de las criaturas y desprenderlas de sí mismas, a fin de unirlas a Jesucristo.

La tercera manera de devoción a la Santísima Virgen, de muy pocas personas conocida y practicada, es, almas predestinadas, la que os voy a descubrir.

Consiste en darse todo entero, como esclavo, a María y a Jesús por Ella; y además en hacer todas las cosas con María, en María, por María y para María.

Hay que escoger un día señalado para entregarse, consagrarse y sacrificarse; y esto ha de ser voluntariamente y por amor, sin encogimiento, por entero y sin reserva alguna; cuerpo y alma: bienes exteriores y fortuna, como casa, familia, rentas, etcétera, y bienes interiores del alma, a saber: sus méritos, gracias, virtudes y satisfacciones.

Día 22º

Rezar las cuatro oraciones –Letanías al Espíritu Santo, a la Santísima Virgen, Salve Estrella del Mar y la oración a la Virgen de San Luis María— y al menos cinco Misterios del Santo Rosario

Características de la verdadera Devoción a María:

Interior: La verdadera devoción a Nuestra Señora es interior; es decir, debe partir del espíritu y del corazón, nace dicha devoción de la estima que se hace de la Virgen, de la alta idea que se uno se ha formado de Ella y del amor que se le tiene.

Tierna: Es tierna, es decir, llena de confianza en la Santísima Virgen, como la de un niño para con su buena madre. Esta devoción es la que hace que un alma recurra a Ella en todas sus necesidades de cuerpo y espíritu con mucha sencillez, confianza y ternura.

Santa: Esta devoción a nuestra Señora es santa; es decir, que conduce a un alma a evitar el pecado y a imitar las virtudes de la Santísima Virgen; en particular, la humildad profunda, la fe viva, la ciega obediencia, la continua oración, su universal mortificación, la pureza incomparable, la caridad ardiente, la heroica paciencia, la dulzura angelical y la divina sabiduría. Tales son las diez principales virtudes de la Santísima Virgen.

Constante: Es constante, es decir, afirma a un alma en el bien y la lleva a no abandonar fácilmente las prácticas de devoción; la hace animosa para oponerse al mundo y sus costumbres y sus máximas, a la carne con sus apetitos y sus pasiones y al demonio en sus tentaciones; de modo que una persona verdaderamente devota a la Santísima Virgen no es inestable, melancólica, escrupulosa ni miedosa.

Desinteresada: La verdadera devoción a Nuestra Señora es desinteresada; es decir, inspira al alma a que no se busque a sí misma; sino sólo a Dios, en su Santísima Madre. Un verdadero devoto de María no ama a esta augusta Reina por espíritu de lucro y de interés, ni por su bien temporal ni espiritual, sino únicamente porque merece ser servida, y Dios merece ser servido solo en Ella.

Día 23º

Rezar las cuatro oraciones –Letanías al Espíritu Santo, a la Santísima Virgen, Salve Estrella del Mar y la oración a la Virgen de San Luis María— y al menos cinco Misterios del Santo Rosario

En qué consiste “la perfecta Consagración a Jesús por María”.

Toda vez que nuestra perfección consiste en estar conformes, unidos y consagrados a Jesucristo, la más perfecta de todas las devociones es, sin duda alguna, la que nos conforma, une y consagra más perfectamente a este acabado modelo de toda santidad.

Y puesto que María es, entre todas las criaturas, la más conforme a Jesucristo, es lógico que, entre todas las devociones, la que Consagra y conforma más un alma a Nuestro Señor, sea la devoción a la Santísima Virgen, su Santa Madre.

Asimismo, cuanto más se consagre un alma a María, más se unirá con Jesucristo y, he aquí por qué la perfecta Consagración a Jesucristo no es otra cosa que una perfecta y entera Consagración de si mismo a la Santísima Virgen, y ésta es la devoción que yo enseño; o con otras palabras, una perfecta renovación de los votos y promesas del santo Bautismo

Consiste, pues, esta devoción en entregarse enteramente a la Santísima Virgen para ser todo de Jesucristo por medio de María. Es menester entregarle: primero, nuestro cuerpo con todos su sentidos y sus miembros; segundo, nuestra alma con todas sus potencias; tercero, nuestros bienes exteriores, o sea nuestra fortuna presente y futura; cuarto, nuestros bienes interiores y espirituales, o sea nuestros méritos, nuestras virtudes y nuestras buenas obras pasadas, presentes y futuras; en una palabra: todo lo que tenemos en el orden de la naturaleza y en el orden de la gracia, y todo lo que lleguemos a tener en lo porvenir en el orden de la naturaleza, de la gracia y de la gloria, y esto sin reserva ninguna, ni de un céntimo, ni de un cabello, ni de la menor buena obra, y además por toda la eternidad, y sin pretender ni esperar ninguna otra recompensa de nuestra ofrenda y de nuestros servicios, que la honra de pertenecer a Jesucristo por María y en María, aun cuando esta amable Señora no fuere, como lo es siempre, la más reconocida de todas las criaturas.

Día 24º

Rezar las cuatro oraciones –Letanías al Espíritu Santo, a la Santísima Virgen, Salve Estrella del Mar y la oración a la Virgen de San Luis María— y al menos cinco Misterios del Santo Rosario

Esta devoción es un camino fácil, corto, perfecto y seguro para llegar a la unión con Dios, que es la perfección cristiana. Es un camino fácil: Es un camino que Jesús ha recorrido viniendo a nosotros y en el que no se encuentra ningún tropiezo para llegar a El.

Es verdad que es posible llegar a la unión con Dios por otros caminos, pero será pasando por muchas más cruces y extraños desfallecimientos, y a través de muchas más dificultades, penosísimas de vencer.

Es un camino corto: Esta devoción a la Santísima Virgen es un camino corto para hallar a Jesucristo, ya sea porque en él no hay extravíos, ya sea porque, como acabo de decir, por él se camina con más gozo y facilidad y, por tanto, con más prontitud.

Se avanza más en poco tiempo de sumisión y de dependencia de María, que en años enteros de propia voluntad y de apoyo sobre sí mismo.

Es un camino perfecto : Esta devoción a la Santísima Virgen es una senda perfecta para ir a unirse a Jesucristo, toda vez que la divina María es la más perfecta y la más santa de las puras criaturas, y que Jesucristo, que vino perfectamente a nosotros, no tomo otro camino para su grande y admirable viaje.

El Altísimo, el Incomprensible, el Inaccesible, El que es, ha querido venir a nosotros, pequeños gusanos de la tierra que nada somos. ¿Cómo se ha obrado esto? El altísimo ha descendido perfecta y divinamente por María hasta nosotros sin perder nada de su Divinidad y de su Santidad, y por María deben los más pequeños subir perfecta y divinamente al Altísimo sin temor alguno.

Es un camino seguro: Esta devoción a la Santísima Virgen es un camino seguro para ir a Jesucristo y adquirir la perfección uniéndose a Él. Porque esta práctica que enseño, no es nueva; es tan antigua, que no se pueden marcar sus principios. Y no se la podría condenar sin trastornar los fundamentos del cristianismo.

Consta, pues, en conclusión, que esta devoción no es nueva, y que si bien no es común, será tal vez porque es demasiado preciosa para ser saboreada y practicada por todo el mundo...

Como quiera que fuere, esta devoción es un medio seguro para ir a Nuestro Señor, porque es propio de la Santísima Virgen el conducirnos seguramente a Jesucristo, como lo es de Jesucristo llevarnos seguramente al Padre Eterno.

Día 25º

Rezar las cuatro oraciones –Letanías al Espíritu Santo, a la Santísima Virgen, Salve Estrella del Mar y la oración a la Virgen de San Luis María— y al menos cinco Misterios del Santo Rosario

Efectos maravillosos de esta devoción

Estad pues seguros de que si sois fieles a las prácticas interiores y exteriores de esta devoción que os voy a marcar a continuación, tendrán lugar los efectos siguientes:

Efecto primero: El espíritu Santo os dará por María, su amada Esposa, luz para conocer lo malo de vuestro fondo, vuestra corrupción y vuestra incapacidad para todo bien.

Si Dios no es su principio, como autor de la naturaleza y de la gracia, y por consecuencia de este conocimiento, os despreciaréis y no pensaréis en vosotros sino con horror. En fin, la humilde María os hará participes de su profunda humildad, la que os hará, despreciándoos, que no despreciéis a nadie y deseéis que os menosprecien.

Efecto segundo: La Santísima Virgen os dará parte de su fe, que fue sobre la tierra más grande que la fe de todos los patriarcas, de los profetas, de los apóstoles y de todos los santos.

Efecto tercero: Esta Madre del Amor Hermoso quitará de vuestro corazón todo escrúpulo, todo temor servil y desarreglado.

Efecto cuarto: La Santísima Virgen os llenará de una gran confianza en Dios y en Ella misma porque ya no os acercaréis a Jesucristo por vosotros mismos sino por medio de esta buena Madre.

Efecto quinto: El alma de la Santísima Virgen se os comunicará para glorificar al Señor. Su espíritu entrará en el lugar del vuestro, para regocijarse en Dios, su Salvador, siempre que seáis fieles a las prácticas de esta devoción.

Efecto sexto: Si cultivamos bien a María, que es el árbol de la vida en nuestra alma, siguiendo con fidelidad la práctica de esta devoción, Ella dará su fruto en su tiempo, y este fruto suyo es Jesucristo.

Efecto séptimo: Por medio de esta práctica, fielísimamente observada, daréis a Jesucristo más gloria en un mes, que de ninguna otra manera, por más difícil que sea, en muchísimos años.

Día 26º

Rezar las cuatro oraciones –Letanías al Espíritu Santo, a la Santísima Virgen, Salve Estrella del Mar y la oración a la Virgen de San Luis María— y al menos cinco Misterios del Santo Rosario

Si queréis comprender a la Madre, dice un santo, comprended al Hijo, pues es una Madre digna de Dios: Que aquí toda lengua enmudezca, para demostrar que la divina María ha estado desconocida hasta ahora, y que es una de las razones por las cuales Jesucristo no es conocido como debe serlo.

Sí, como es cierto, el Reino de Jesucristo ha de venir al mundo, no será sino consecuencia necesaria del conocimiento del Reino de la Santísima Virgen María, que le trajo al mundo la vez primera y le hará resplandecer en la segunda venida.

Confieso con toda la Iglesia que, no siendo María sino una pura criatura salida de las manos del Altísimo, comparada con la Majestad infinita es menos que un átomo, o más bien nada, puesto que sólo Dios Es quien Es, y por consiguiente, confieso que este gran Señor, Ser soberano y absoluto, ni ha tenido ni ahora tiene necesidad alguna de la Santísima Virgen para hacer su Voluntad Santísima y para manifestar su gloria. Basta que Dios quiera, para que todo se haga.

Digo, sin embargo, que así y todo, habiendo querido Dios empezar y concluir sus más grandes obras por la Santísima Virgen desde que la formó, es de creer que no cambiará de conducta en el transcurso de los siglos, pues es Dios y no varia en sus sentimientos ni en su proceder.

María es la Reina del cielo y de la tierra por la gracia, como Jesús es Rey por naturaleza y por conquista; pues el Reino de Jesucristo consiste principalmente en el corazón y en el interior del hombre, según estas palabras: “El Reino de Dios está dentro de vosotros”.

Del mismo modo, el Reino de la Santísima Virgen está principalmente en el interior del hombre, es decir, en las almas, y en las almas es en donde principalmente es más glorificada con su Hijo que en todas las criaturas visibles, y podemos llamarla con los santos, Reina de los corazones.

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Apostolado de la Nueva Evangelización 2007

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CONSAGRACIÓN

“CONSAGRACIÓN TOTAL A JESÚS POR MARÍA”
San Luís María Grignion de Monfort

CUARTA PARTE

Tema: Conocimiento de Jesucristo

Actos de amor a Dios, de acción de gracias por las bendiciones recibidas de Jesús; actos de contrición y resolución.

Durante este período nos emplearemos en estudiar a Jesucristo. ¿Qué se tiene que estudiar de Jesucristo?

Primero: El Hombre-Dios, su gracia y gloria. Después sus derechos en el dominio soberano sobre nosotros; ya que, habiendo renunciado a Satanás y al mundo, tomaremos a Jesucristo como nuestro Señor.

Segundo: Su vida interior; las virtudes y los actos de su Sagrado Corazón; su asociación con María en los misterios de la Anunciación y Encarnación; durante su infancia y vida oculta; en la fiesta de las Bodas de Caná y en el Calvario...

DIA 27º ORACIONES Y MEDITACIÓN
DIA 28º ORACIONES Y MEDITACIÓN
DIA 29º ORACIONES Y MEDITACIÓN
DIA 30º ORACIONES Y MEDITACIÓN
DIA 31º ORACIONES Y MEDITACIÓN
DIA 32º ORACIONES Y MEDITACIÓN
DIA 33º ORACIONES Y MEDITACIÓN

ORACIONES QUE SE REZARÁN DESDE EL DIA 27º AL 33º INCLUSIVE

Letanías del Espíritu Santo (Sólo para devoción privada)

Señor, ten piedad, Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad, Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad, Señor, ten piedad
Cristo, óyenos, Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos, Cristo, escúchanos

Dios Padre Celestial, Ten misericordia de nosotros
Dios, Hijo Redentor del mundo, Ten misericordia de nosotros
Dios, Espíritu Santo, Ten misericordia de nosotros

Trinidad Santa, un solo Dios, Óyenos
Espíritu que procede del Padre y del Hijo, Ilumínanos y santifícanos
Espíritu del Señor, que al comienzo de la
Creación, planeando sobre las aguas las fecundaste, Ven a nosotros

Espíritu por inspiración del cual han hablado los profetas, Ven a nosotros
Espíritu cuya unción nos enseña todas las cosas, Ven a nosotros
Espíritu que das testimonio de Cristo, Ven a nosotros
Espíritu de verdad que nos instruyes sobre todas las cosas, Ven a nosotros
Espíritu que sobreviene a María, Ven a nosotros
Espíritu del Señor que llena todo el orbe Ven a nosotros
Espíritu de Dios que habita en nosotros Ven a nosotros
Espíritu de sabiduría y de entendimiento Ven a nosotros
Espíritu de consejo y de fortaleza Ven a nosotros
Espíritu de ciencia y de piedad Ven a nosotros
Espíritu de temor del Señor Ven a nosotros
Espíritu de gracia y de misericordia Ven a nosotros
Espíritu de fuerza, de dilección y de sobriedad Ven a nosotros
Espíritu de fe, de esperanza, de amor y de paz Ven a nosotros
Espíritu de humildad y de castidad Ven a nosotros
Espíritu de benignidad y de mansedumbre Ven a nosotros
Espíritu de multiforme gracia Ven a nosotros
Espíritu que escrutas los secretos de Dios Ven a nosotros
Espíritu que ruegas por nosotros con gemidos inenarrables Ven a nosotros
Espíritu que descendiste sobre Cristo en forma de paloma Ven a nosotros
Espíritu en el cual renacemos Ven a nosotros
Espíritu por el cual se difunde la caridad en nuestros corazones, Ven a nosotros
Espíritu de adopción de los hijos de Dios Ven a nosotros
Espíritu que en lenguas de fuego sobre los apóstoles apareciste, Ven a nosotros
Espíritu con el cual fueron los apóstoles henchidos Ven a nosotros
Espíritu que distribuyes tus dones a cada uno como quieres, Ven a nosotros

Sednos propicio, Perdónanos Señor
Sednos propicio, Escúchanos Señor

De todo mal, Líbranos Señor
De todo pecado, Líbranos Señor
De tentaciones e insidias del demonio, Líbranos Señor
De la presunción y desesperación, Líbranos Señor
De la resistencia a la verdad conocida, Líbranos Señor
De la obstinación y de la impenitencia, Líbranos Señor
De la impureza de la mente y del cuerpo, Líbranos Señor
Del espíritu de fornicación, Líbranos Señor
De todo espíritu del mal, Líbranos Señor

Por tu eterna procesión del Padre y del Hijo, Te rogamos óyenos
Por tu descenso sobre Cristo en el Jordán, Te rogamos óyenos
Por tu advenimiento sobre los discípulos, Te rogamos óyenos
En el día del juicio, nosotros pecadores, Te rogamos óyenos
Para que así como vivimos del Espíritu,
obremos también por Él, Te rogamos óyenos

Para que recordando que somos templo del Espíritu Santo,
no lo profanemos, Te rogamos óyenos

Para que viviendo según el Espíritu, no
cumplamos los deseos de la carne, Te rogamos óyenos

Para que no te entristezcamos a Ti, Espíritu
Santo de Dios, Te rogamos óyenos

Para que seamos solícitos en guardar la
unidad del Espíritu, en el vínculo de la paz, Te rogamos óyenos

Para que no creamos a todo espíritu, Te rogamos óyenos
Para que probemos a los espíritus si son de Dios, Te rogamos óyenos
Para que te dignes renovar en nosotros
el espíritu de rectitud, Te rogamos óyenos

Para que nos confirmes por Espíritu soberano, Te rogamos óyenos

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, Perdónanos Señor
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, Escúchanos Señor
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, Ten misericordia de nosotros.

Asístanos, te pedimos Señor, la virtud del Espíritu Santo, que purifique clemente nuestros corazones, y nos preserve de todo mal. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.

Salve Estrella del mar

Salve Estrella del mar,
Madre, que diste a luz a Dios,
Quedando perpetuamente Virgen,
Feliz puerta del cielo.

Pues recibiste aquel Ave
De labios de Gabriel,
Ciméntanos en la paz,
Trocando el nombre de Eva.

Suelta las prisiones a los reos,
Da luz a los ciegos,
Ahuyenta nuestros males,
Recábanos todos los bienes.

Muestra que eres Madre,
Reciba por tu mediación nuestras plegarias
El que nacido por nosotros,
Se dignó ser tuyo.

Virgen singular,
Sobre todos suave,
Haz que libres de culpas,
Seamos suaves y castos.

Danos una vida pura,
Prepara una senda segura,
Para que, viendo a Jesús
Eternamente nos gocemos.

Gloria sea a Dios Padre,
Loor a Cristo Altísimo,
A los tres un solo honor. Amén.

LETANÍAS DEL SANTO NOMBRE DE JESÚS

Señor, ten piedad Señor, ten piedad
Cristo, ten piedad Cristo, ten piedad
Señor, ten piedad Señor, ten piedad
Jesús, óyenos Jesús, óyenos
Jesús, escúchanos Jesús, escúchanos

Dios Padre Celestial, ten piedad de nosotros
Dios Hijo, Redentor del mundo ten piedad de nosotros
Dios Espíritu Santo ten piedad de nosotros
Dios Santo, Trino y Uno ten piedad de nosotros

Jesús, Hijo de Dios Vivo ten piedad de nosotros
Jesús, Resplandor del Padre ten piedad de nosotros
Jesús, candor de la luz eterna ten piedad de nosotros
Jesús, Rey de Gloria ten piedad de nosotros
Jesús, sol de justicia ten piedad de nosotros
Jesús, Hijo de la Virgen María ten piedad de nosotros
Jesús, amable ten piedad de nosotros
Jesús, admirable ten piedad de nosotros
Jesús, Dios fuerte ten piedad de nosotros
Jesús, Padre del siglo futuro ten piedad de nosotros
Jesús, Ángel del gran consejo ten piedad de nosotros
Jesús, Poderosísimo ten piedad de nosotros
Jesús, Obedientísimo ten piedad de nosotros

Jesús, Manso y Humilde de corazón ten piedad de nosotros
Jesús, amador de la castidad ten piedad de nosotros
Jesús, amador nuestro ten piedad de nosotros

Jesús, Dios de Paz ten piedad de nosotros
Jesús, Autor de la vida ten piedad de nosotros
Jesús, Modelo de virtudes ten piedad de nosotros
Jesús, celador de las almas ten piedad de nosotros
Jesús, Dios nuestro ten piedad de nosotros
Jesús, Refugio nuestro ten piedad de nosotros
Jesús, Padre de los pobres ten piedad de nosotros
Jesús, Tesoro de los fieles ten piedad de nosotros
Jesús, Buen Pastor ten piedad de nosotros
Jesús, Luz verdadera ten piedad de nosotros
Jesús, sabiduría eterna ten piedad de nosotros
Jesús, Bondad infinita ten piedad de nosotros

Jesús, Camino y Vida nuestra ten piedad de nosotros
Jesús, Gozo de los ángeles ten piedad de nosotros

Jesús, Rey de los patriarcas ten piedad de nosotros
Jesús, Maestro de los apóstoles ten piedad de nosotros
Jesús, Doctor de los evangelistas ten piedad de nosotros
Jesús, Fortaleza de los mártires ten piedad de nosotros
Jesús, Luz de los confesores ten piedad de nosotros
Jesús, Pureza de las vírgenes ten piedad de nosotros
Jesús, Corona de todos los santos ten piedad de nosotros

Sednos propicio perdónanos Señor
Sednos propicio escúchanos Señor

De todo mal LÍBRANOS SEÑOR
De todo pecado LÍBRANOS SEÑOR
De tu ira LÍBRANOS SEÑOR
De los lazos del demonio LÍBRANOS SEÑOR
Del espíritu de fornicación LÍBRANOS SEÑOR
De la muerte eterna LÍBRANOS SEÑOR
Del desprecio de tus inspiraciones LÍBRANOS SEÑOR

Por el misterio de tu santa encarnación LÍBRANOS SEÑOR
Por tu nacimiento LÍBRANOS SEÑOR
Por tu infancia LÍBRANOS SEÑOR
Por tu vida divina LÍBRANOS SEÑOR
Por tus trabajos LÍBRANOS SEÑOR
Por tu pasión y gloria LÍBRANOS SEÑOR
Por tu cruz y desamparo LÍBRANOS SEÑOR
Por tus angustias LÍBRANOS SEÑOR
Por tu muerte y sepultura LÍBRANOS SEÑOR
Por tu resurrección LÍBRANOS SEÑOR
Por tu ascensión LÍBRANOS SEÑOR

Por tus gozos LÍBRANOS SEÑOR
Por tu gloria LÍBRANOS SEÑOR

Cordero de Dios, que borras los pecados del
Mundo JESÚS ESCUCHANOS

Cordero de Dios, que borras los pecados del
Mundo JESÚS ESCUCHANOS

Cordero de Dios, que borras los pecados del
Mundo Jesús ten piedad de nosotros

V. Bendito sea el nombre del Señor
R. Ahora y siempre, por los siglos de los siglos

Señor Jesucristo, que dijiste: Pedid y recibiréis, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá, te suplicamos derrames sobre nosotros la ternura de tu divino amor, a fin de que amándote de todo corazón, con palabra y con obras, nunca cesemos de alabarte.

Haz, Señor que temamos y amemos también perpetuamente tu Santo Nombre, porque jamás abandona tu providencia a los que proteges con la fortaleza de tu amor. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén

Oración a Jesucristo, de
San Luis María Grignion de Montfort

Dejadme, amabilísimo Jesús mío, que me dirija a Vos, para atestiguaros mi reconocimiento por la merced que me habéis hecho con la devoción de la Esclavitud, dándome a vuestra Santísima Madre para que sea Ella mi abogada delante de Vuestra Majestad y en mi grandísima miseria mi universal suplemento.

¡Ay Señor! Tan miserable soy, que sin esta buena Madre, infaliblemente me hubiera perdido. Sí que a mí me hace falta María, delante de Vos y en todas partes; me hace falta para calmar vuestra justa cólera, pues tanto os he ofendido y todos los días os ofendo; me hace falta para detener los eternos y merecidos castigos con que vuestra justicia me amenaza, para pediros; para acercarme a Vos y para daros gusto; me hace falta para salvar mi alma y la de otros; me hace falta, en una palabra, para hacer siempre vuestra voluntad, buscar en todo vuestra mayor gloria.

¡Ah, si pudiera yo publicar por todo el universo esta misericordia que habéis tenido conmigo! ¡Si pudiera hacer que conociera todo el mundo que si no fuera por María estaría yo condenado! ¡Si yo pudiera dignamente daros las gracias por tan grande beneficio! María está en mí. Haec facta est mihi. ¡Oh, qué tesoro! ¡Oh, qué consuelo! Y, de ahora en adelante, ¿No seré todo para Ella? ¡Oh, que ingratitud! Antes la muerte, Salvador mío queridísimo, que permitáis tal desgracia, que mejor quiero morir que vivir sin ser todo de María.

Mil y mil veces, como San Juan evangelista al pie de la cruz, la he tomado en vez de todas mis cosas. ¡Cuántas veces me he entregado a Ella! Pero si todavía no he hecho esta entrega a vuestro gusto, la hago ahora, mi Jesús querido, como vos queréis la haga. Y si en mi alma o en mi cuerpo veis alguna cosa que no pertenezca a esta Princesa augusta, arrancadla os ruego, arrojadla lejos de mí, que no siendo de María, indigna es de Vos.

¡Oh, Espíritu Santo! Concededme todas las gracias, plantad, regad y cultivad en mi alma el árbol de la vida verdadero, que es la amabilísima María, para que crezca y florezca y dé con abundancia el fruto de vida.

¡Oh Espíritu Santo! Dadme mucha devoción y mucha afición a María; que me apoye mucho en su seno maternal y recurra de continuo a su misericordia, para que en Ella forméis dentro de mí a Jesucristo, al natural, crecido y vigoroso hasta la plenitud de su edad perfecta. Amén

Oh, Jesús, que vives en María

Ven ¡Oh Jesús!, que vives en María; ven a vivir y reinar en nosotros, que tu vida se expresa en nuestra vida para vivir tan sólo para ti.

Forja en nuestra alma, ¡Oh Cristo! Tus virtudes, tu Espíritu
divino y santidad, tus máximas perfectas y tus normas y el ardor de tu eterna caridad.

Danos parte, Señor, en tus misterios para que te podamos imitar; tú que eres Luz de Luz, danos tus luces y en pos de Ti podremos caminar.

Reina, Cristo, en nosotros por tu Madre, sobre el demonio y la naturaleza, en virtud de tu Nombre soberano, para la gloria del Padre celestial. Amén

Día 27º
Rezar las cinco oraciones: Letanías al Espíritu Santo, Salve Estrella del Mar, Letanías al Santo Nombre de Jesús, la oración a Jesucristo, de San Luis María y Oh, Jesús, que vives en María.

Cristo, nuestro fin último

Jesucristo, Nuestro Señor, verdadero Dios y verdadero hombre, debe ser el fin último de nuestras devociones. De no ser así, éstas serían falsas y engañosas.

Jesucristo es el alfa y el omega, el comienzo y fin de todas las cosas. No trabajamos, como el Apóstol, más que por hacer perfecto a todo hombre en Jesucristo, porque sólo en Él reside toda plenitud de la Divinidad y todas las demás plenitudes de gracia, de virtudes y de perfecciones; porque sólo en Él estamos bendecidos con toda bendición espiritual; porque Él es el único maestro que debe enseñarnos, en nuestro único Señor, de quien debemos depender, nuestro único Jefe, a quien debemos pertenecer, nuestro único Modelo, al que debemos conformarnos, nuestro único Médico, que nos debe sanar, nuestro único Pastor, que debe alimentarnos, nuestro único Camino por donde debemos andar, nuestra única Verdad, que debemos creer, nuestra única Vida, que debe vivificarnos, y nuestro único Todo en todas las cosas, que debe bastarnos.

No se ha pronunciado bajo el cielo otro Nombre que el de Jesús por el cual debemos ser salvos. Dios no ha puesto otro fundamento de nuestra salvación, de nuestra perfección y de nuestra gloria, más que a Jesucristo; todo edificio que no está Construido sobre esta piedra firme, está levantado sobre arena movediza, y más o menos tarde caerá infaliblemente.

Con Jesucristo y en Jesucristo lo podemos todo: podemos dar toda honra y gloria al Padre en unidad del Espíritu Santo, hacernos perfectos y ser para el prójimo buen olor de vida eterna.

Nos entregamos a la hermosa devoción hacia la Virgen Santísima sólo para establecer más perfectamente el amor de Jesucristo y hallar un medio fácil y seguro para encontrar a Jesucristo; como ya lo he demostrado y aún demostraré más adelante, pues esta devoción nos es necesaria para hallar a Jesucristo perfectamente, para amarle tiernamente y para servirle fielmente.

Día 28º
Rezar las cinco oraciones: Letanías al Espíritu Santo, Salve Estrella del Mar, Letanías al Santo Nombre de Jesús, la oración a Jesucristo, de San Luis María y Oh, Jesús, que vives en María.

Cuando Jesús hubo terminado estos discursos, dijo a sus discípulos: Sabéis que dentro de dos días es la Pascua y el Hijo del hombre será entregado para que lo crucifiquen.

Mientras comían, Jesús tomó pan, lo bendijo, lo partió y dándoselo a los discípulos, dijo: Tomad y comedid, éste es mi cuerpo. Y tomando un cáliz y dando gracias, se lo dio, diciendo: Bebed de él todos, que ésta es mi sangre de la alianza, que será derramada por muchos para remisión de los pecados. Yo os digo que no beberé más de este fruto de la vida hasta el día en que lo beba con vosotros de nuevo en el Reino de mi Padre.

Entonces vino Jesús con ellos a un lugar llamado Getsemaní y les dijo: Sentaos aquí mientras Yo voy a orar. Y tomando a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y angustiarse. Entonces les dijo: Triste está mi alma hasta la muerte; quedaos aquí y velad conmigo. Y adelantándose un poco, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, aleja de mi este cáliz; sin embargo, no se haga como Yo quiero, sino como quieres Tú; y viniendo a los discípulos, los encontró dormidos y dijo a Pedro: ¿De modo que no habéis podido velar conmigo una hora? Velad y orad para que no caigáis en la tentación, pues el espíritu es fuerte, pero la carne es débil.
De nuevo, por segunda vez fue a orar diciendo: Padre mío, si esto no puede pasar sin que Yo lo beba, hágase tu voluntad. Y volviendo otra vez, los encontró dormidos; tenían los ojos cargados. Dejándolos, de nuevo se fue a orar por tercera vez, diciendo aún las mismas palabras. Luego vino a los discípulos y les dijo: Ahora ya podréis descansar, pues se acerca la hora y el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. Levantaos, vamos: ya se aproxima el que va a entregarme.

Día 29º
Rezar las cinco oraciones: Letanías al Espíritu Santo, Salve Estrella del Mar, Letanías al Santo Nombre de Jesús, la oración a Jesucristo, de San Luis María y Oh, Jesús, que vives en María.

De la imitación de Cristo y desprecio de todas las vanidades del Mundo

Quien me sigue no anda en tinieblas, dice el Señor. Estas palabras son de Cristo, con las cuales nos amonesta para que imitemos su vida y sus costumbres, si queremos verdaderamente ser alumbrados y libres de toda la ceguera del corazón.

Estudiemos pues muy bien la vida de Jesús.

La doctrina de Cristo excede a la de todos los santos, y el que tuviese el espíritu dispuesto hallará en ella la perla escondida.

Pero sucede que muchos, aunque a menudo oigan el Evangelio, gustan poco de él, porque no tienen el espíritu de Cristo.

Les conviene que procuren conformar con él toda su vida.

¿En qué te aprovecha discutir altas cosas sobre la Trinidad, si no eres humilde, y por eso mismo desagradas a la Trinidad de la que hablas?

Por cierto, las palabras elevadas no hacen santo ni justo a nadie; pero la vida virtuosa hace que el hombre sea más amado por Dios.

Más deseo sentir la verdadera contrición, que saber definirla.

Si supieses toda la Biblia a la letra y los dichos de todos los filósofos, ¿de qué te aprovecharía todo, si no tienes caridad y no vives en gracia de Dios?

Vanidad de vanidades y todo vanidad, excepto amar y servir solamente a Dios.

Es muestra de gran sabiduría orar a los Reinos celestiales para que nos concedan el desprecio del mundo.

Día 30º
Rezar las cinco oraciones: Letanías al Espíritu Santo, Salve Estrella del Mar, Letanías al Santo Nombre de Jesús, la oración a Jesucristo, de San Luis María y Oh, Jesús, que vives en María.

Luego se sentaron a vigilarlo. Encima de su cabeza habían puesto un letrero con el motivo de su condena, en el que se leía: “Este es Jesús, el rey de los judíos”. También crucificaron con él a dos ladrones, uno a su derecha y el otro a su izquierda.

Los que pasaban por allí lo insultaban; movían la cabeza y decían: “¡Vaya! ¡Tú que destruyes el Templo y lo levantas de nuevo en tres días! Si eres el Hijo de Dios, líbrate del suplicio y baja de la cruz”.

Los jefes de los sacerdotes, los jefes de los judíos y los maestros de la Ley también se burlaban de Él. Decían: “¡Ha salvado a otros y no es capaz de salvarse a sí mismo! ¡Que baje de la cruz el Rey de Israel y creeremos en Él! Ha puesto su confianza en Dios. Si Dios lo ama, que lo salve, pues Él mismo dijo: Soy Hijo de Dios”. Hasta los ladrones que habían sido crucificados con él lo insultaban. (Mt 27, 36-44)

Esta palabra parece dura a muchos; niégate a ti mismo, toma tu cruz y sigue a Jesús. Pero mucho más duro será oír aquella postrera palabra: Apartaos de mí, malditos, al fugo eterno. Pues lo que ahora oyen y siguen de buena voluntad la palabra de la cruz, no temerán entones oír la palabra de la eterna condenación.

Esta señal de la cruz estará en el cielo, cuando el Señor vendrá a juzgar.

Entonces todos los siervos de la cruz, que se conformaron en la vida con el Crucificado, se llegarán a Cristo Juez con gran confianza.

Pues que así es ¿por que temes tomar la cruz, por la cual se va al Reino?

En la cruz está la salud, en la cruz la vida, en la cruz está la defensa de los enemigos, en la cruz está la infusión de la suavidad soberana, en la cruz está la fortaleza del corazón, en la cruz está el gozo del espíritu, en la cruz está la suma virtud, en la cruz está la perfección de la santidad.

No está la salud del alma, ni la esperanza de la vida eterna, sino en la cruz. Toma, pues, tu cruz y sigue a Jesús, e irás a la vida eterna.

Él vino primero, y llevó su cruz y murió en la cruz por ti, porque tú también la lleves y desees morir en ella.

Porque si mueres juntamente con Él, vivirás con Él.
Y si fueres compañero de la pena, lo serás también de la gloria.

Día 31º
Rezar las cinco oraciones: Letanías al Espíritu Santo, Salve Estrella del Mar, Letanías al Santo Nombre de Jesús, la oración a Jesucristo, de San Luis María y Oh, Jesús, que vives en María.

De la bondad y caridad de Dios, que se manifiesta en el Santísimo Sacramento a los hombres.

Señor, confiando en tu bondad y gran misericordia, vengo yo, enfermo, al Médico; hambriento y sediento, a la Fuente de la vida; pobre, al Rey del cielo; siervo, al Señor, criatura, al Criador, desconsolado, a mi piadoso Consolador.

Mas ¿de dónde a mi tanto bien, que Tú vengas a mí? ¿Quién soy yo para que te me des a Ti mismo?

¿Cómo se atreve el pecador a comparecer delante de Ti? Y Tú, ¿cómo te dignas venir al pecador?

Tú conoces a tu siervo y sabes que ningún bien tiene por donde pueda merecer que Tú le hagas este beneficio.

Yo te confieso, pues, mi vileza, reconozco tu verdad, alabo tu piedad y te doy gracias por ti extrema caridad.

Los que toman esta santa esclavitud profesarán devoción singular al gran misterio de la Encarnación del Verbo, el 25 de marzo, que es el Misterio propio de esta devoción que ha sido inspirada por el Espíritu Santo: primero, para honrar e imitar la dependencia inefable que Dios hijo ha querido tener respecto de María, para la gloria de Dios su Padre y para nuestra salvación, dependencia que se muestra particularmente en este misterio en que Jesús aparece cautivo y esclavo en el seno de la divina María, en donde depende totalmente de Ella para todas las cosas.

Segundo, para dar gracias a Dios por los favores incomparables que ha concedido a María y particularmente el de haberla escogido por su dignísima Madre, elección que ha sido hecha en este misterio.

Tales son los dos principales fines de la esclavitud de Jesús en María. Como vivimos en un siglo orgulloso, en que hay un gran número de sabios hinchados, espíritus fuertes y críticos que encuentran defectuosas las prácticas de piedad mejor fundadas y más sólidas, vale más, para no darles ocasión de crítica sin necesidad, decir la esclavitud de Jesús en María y llamarse el esclavo de Jesucristo, que es esclavo de María, dando la denominación de esta devoción más bien de su fin último, que es Jesucristo, que el camino y medio para llegar a este fin, que es María, por más que una y otra se pueden, usar sin escrúpulo. Otra razón es que el principal misterio que en esta devoción se celebra y se honra es el misterio de la Encarnación, en el cual no se puede ver a Jesucristo sino en María y encarnado en su seno, es más apropiado decir la esclavitud de Jesús en María, según aquella hermosa plegaria de tan grandes almas: Oh Jesús que vivís en María, venid y vivid en nosotros, en nuestro espíritu de santidad, etc.

Los que adoptan esta esclavitud dirán con gran devoción el Ave María o la salutación angélica, cuyo precio, mérito, excelencia y necesidad, pocos cristianos, aún entre los más ilustrados, conocen. Ha sido preciso que la Santísima Virgen se haya aparecido muchas veces a grandes santos muy esclavos suyos para mostrarles el gran mérito de esta oración.

Día 32º
Rezar las cinco oraciones: Letanías al Espíritu Santo, Salve Estrella del Mar, Letanías al Santo Nombre de Jesús, la oración a Jesucristo, de San Luis María y Oh, Jesús, que vives en María.

Del amor de Jesús sobre todas las cosas.

Bienaventurado el que conoce lo que es amar a Jesús y despreciarse a sí mismo por Jesús.

Conviene dejar un amado por otro amado, porque Jesús quiere ser amado sobre todas las cosas.

El amor de la criatura es engañoso y mudable; el amor de Jesús es fiel y durable.

El que se llega a la criatura, caerá con lo caedizo; el que abraza a Jesús, se afirmará en Él para siempre.

Ama a Jesús y tenle por amigo, que, aunque todos te desamparen, Él no te desamparará ni te dejará perecer en el fin.

Tu amado es de tal condición, que no quiere consigo admitir a otro; Él solo quiere tener tu corazón y como Rey sentarse en su propia silla.

Si tú supieras bien desocuparte de toda criatura, Jesús morará de buena gana contigo.

He aquí algunas prácticas interiores muy apropiadas para aquellos a quienes el Espíritu Santo llama a una alta perfección, que, dicho en cuatro palabras, se reducen a ejecutar todas las acciones por María, con María, en María y para María, a fin de practicarlas más perfectamente por Jesús, con Jesús, en Jesús y para Jesús.

Es menester ejecutar las acciones por María, es decir, es menester obedecer en todo a la Santísima Virgen y conducirse en todo por su Espíritu, que es el Espíritu de Dios.

Los que son guiados por Él, son hijos de Dios. Los que son guiados por el Espíritu de María, son hijos de María, y por consiguiente hijos de Dios, y entre tantos devotos de la Santísima Virgen, no hay más verdaderos y fieles devotos que los que se conducen por su Espíritu.

Porque el Espíritu de María es el Espíritu de Dios, ya que Ella no se guió jamás por su propio Espíritu, sino siempre por el Espíritu divino, que de tal modo se hizo dueño de María, que vino a ser su propio Espíritu.

Qué dichosa es un alma cuando está del todo poseída y gobernada por el Espíritu de María, que es un Espíritu suave y fuerte, celoso y prudente, humilde e intrépido, puro y fecundo.

Es necesario hacer todas nuestras obras con María, es decir que debemos, en nuestras acciones, mirar a María como modelo acabado de toda virtud y perfección, que el Espíritu Santo ha formado en una pura criatura, para que la imitemos, según nuestra capacidad.

Es necesario pues que, en cada acción, miremos cómo María la ha hecho o la haría, si estuviera en nuestro lugar.

Para esto, debemos examinar y meditar las grandes virtudes que Ella practicó durante su vida: primero, su fe viva, por la cual creyó sin titubear la palabra del ángel, y creyó fiel y constantemente hasta el pie de la cruz; segundo, su humildad profunda, que la ha hecho ocultarse, callarse, someterse a todo y colocarse siempre como la última.

Día 33º
Rezar las cinco oraciones: Letanías al Espíritu Santo, Salve Estrella del Mar, Letanías al Santo Nombre de Jesús, la oración a Jesucristo, de San Luis María y Oh, Jesús, que vives en María

El cuerpo de Cristo y la Sagrada Escritura son muy necesarios al alma fiel.

¡Oh dulcísimo Señor Jesús! ¡Cuánta es la dulzura del alma devota que se regala contigo en tu banquete, donde no se le presenta otro manjar que a su único amado, apetecible sobre todos los deseos de su corazón!

Sería ciertamente muy dulce para mi derramar en tu presencia copia de lágrimas afectuosas y regar con ellas tus pies, como la piadosa Magdalena. Pero... ¿dónde está ahora esta devoción? ¿Dónde la enorme cantidad de lágrimas devotas que se habrán derramado?

Por cierto, en Tu Presencia y en la de tus santos ángeles, todo mi corazón debiera encenderse y llorar de gozo.

Porque en el Sacramento te tengo verdaderamente Presente, aunque encubierto bajo otra especie.

Porque mis ojos no podrían resistir el mirarte en tu propia y divina claridad, ni el mundo entero subsistiría ante el resplandor de la gloria de tu majestad.

Tienes pues consideración a mi debilidad, cuando te ocultas bajo este Sacramento.

Es menester practicar estas acciones en María. La Santísima Virgen es el verdadero paraíso terrenal del nuevo Adán, del cual el antiguo paraíso terrestre era sólo figura.

Hay, pues, en este paraíso terrenal, riquezas, bellezas, singularidades y dulzuras inexplicables que el nuevo Adán, Jesucristo, dejó en él. En este paraíso tuvo Él sus complacencias durante nueve meses, obró sus maravillas y ostentó sus riquezas con la magnificencia de Dios.

En este paraíso terrestre es donde verdaderamente esta el árbol de la vida, que es Jesucristo, fruto de la vida eterna; el árbol de la ciencia del bien y del mal que ha dado la salud al mundo.

Hay en este lugar divino árboles plantados por la mano de Dios y rociados con su divina gracia, que han producido y todos los días dan frutos de un sabor exquisito. Solamente el Espíritu Santo puede hacer conocer la verdad escondida bajo las figuras de las cosas materiales.

El Espíritu Santo, por boca de los Santos Padres, llama también a la Santísima Virgen, la puerta oriental por la cual el gran sacerdote Jesucristo entró en el mundo, por ella entró la primera vez y por ella vendrá la segunda.

Por último, es necesario hacer todas nuestras acciones para María. No que la tomemos como el último fin de nuestras acciones, pues ese es sólo Jesucristo, sino por nuestro fin próximo, nuestro misterioso medio y manera segura para ir a Él.

Es necesario emprender y hacer grandes cosas para esta Augusta Reina, apoyados en su maternal protección.

Es necesario defender sus privilegios, cuando alguien se los disputa, es necesario sostener su gloria cuando se la ataca, llevar a todo el mundo, si se puede, a su servicio, y a esta sólida y verdadera devoción.

Es necesario no pretender de Ella, como recompensa de estos pequeños servicios, más que el honor de pertenecer a una tan amable Princesa, y la felicidad de estar por Ella unidos a Jesús Hijo, en el tiempo y en la eternidad.

COMO HACER LA CONSAGRACION

Al fin de las tres semanas se confesará y comulgará con la intención de entregarse a Jesucristo en calidad de esclavo de amor, por medio de María y después de la comunión recitará la fórmula de Consagración, que convendrá escribirla o hacerla escribir, si no está impresa y firmar el mismo día que la haga. Bueno será que en ese día se pague algún tributo a Jesucristo y a la Virgen, ya por vía de penitencia de la infidelidad a los votos del bautismo, ya para protestar de la completa dependencia del dominio de Jesús y de María. Este tributo será según la devoción y la capacidad de cada cuál, como un ayuno, una mortificación, una limosna; aun cuando no se diera más que un alfiler, es bastante para Jesús que sólo atiende a la buena voluntad. Todos los años, el mismo día, se renovará la misma Consagración observando estas prácticas durante tres semanas.

CONSAGRACIÓN DE SÍ MISMO A JESUCRISTO, LA SABIDURIA ENCARNADA, POR MEDIO DE MARIA

¡Oh Sabiduría eterna y encarnada! ¡Oh amable y adorable Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, Hijo único del Padre Eterno y de María, siempre Virgen! Os adoro profundamente en el seno y en los esplendores de vuestro Padre, durante la eternidad y en el seno virginal de María, vuestra dignísima Madre, en el tiempo de vuestra Encarnación.

Os doy gracias porque os habéis anonadado y tomado la forma de esclavo para sacarme de la cruel esclavitud del demonio.

Os alabo y glorifico porque os habéis sometido a María, vuestra Santa Madre, en todo, a fin de hacerme por Ella vuestro fiel esclavo. Pero ¡ay! ingrato e infiel como soy, no he cumplido mis deberes, no he cumplido los votos y promesas que tan solemnemente hice en el Bautismo, no he merecido ser llamado vuestro hijo ni vuestro esclavo; y como nada hay en mi que no merezca vuestra repulsa y vuestra cólera, no me atrevo a acercarme por mí mismo a vuestra Santísima y Augusta Majestad.

Por esto he recurrido a la intercesión de vuestra Santísima Madre, que Vos me habéis dado como mediadora ante Vos y por este medio espero obtener de Vos la contrición y el perdón de mis pecados, la adquisición y la conservación de la Sabiduría.

Os saludo, ¡Oh Corazón Inmaculado de María! Tabernáculo viviente de la Divinidad, en donde la Sabiduría eterna escondida quiere ser adorada por los ángeles y los hombres; os saludo ¡Oh Reina del cielo y de la tierra! a cuyo imperio está sometido todo lo que hay debajo de Dios. Os saludo ¡Oh refugio seguro de los pecadores!, cuya misericordia no falta a nadie; escuchad los deseos que tengo de la divina Sabiduría y recibid para ello los votos y las ofrendas que mi bajeza os presenta.

Yo,....NOMBRE.... pecador infiel, renuevo y ratifico hoy en vuestras manos los votos de mi bautismo. Renuncio para siempre a Satanás, a sus presunciones y a sus obras, y me entrego enteramente a Jesucristo, la Sabiduría encarnada, para llevar mi cruz tras Él, todos los días de mi vida; y en fin de que sea más fiel de lo que he sido hasta ahora, os escojo hoy, ¡Oh María! en presencia de toda la corte celestial, por mi Madre y Señora. Os entrego y Consagro, en calidad de esclavo, mi cuerpo y mi alma, mis bienes interiores y exteriores y aun el valor de mis buenas acciones pasadas, presentes y futuras, otorgándoos entero y pleno derecho de mi y de todo lo que me pertenece, sin excepción, a vuestro agrado, a la mayor gloria de Dios, en el tiempo y la eternidad.

Recibid, ¡Oh Virgen benignísima! esta pequeña ofrenda de mi esclavitud, en honor y unión de la sumisión que la Sabiduría encarnada quiso observar para que con vuestra Maternidad, en homenaje del poder que ambos tenéis sobre este pequeño gusano y miserable pecador, en acción de gracias por los privilegios con que os dotó la Santísima Trinidad. Protesto que en adelante quiero, como verdadero esclavo vuestro, procurar vuestra honra y obedeceros en todo.

¡Oh Corazón Inmaculado de María, Madre admirable! Presentadme a vuestro Hijo en calidad de eterno esclavo, a fin de que, pues me rescató por vos, me reciba de vuestras manos ¡Oh Madre de Misericordia!, concededme la gracia de alcanzar la verdadera sabiduría de Dios y de colocarme, por tanto, entre los que Vos amáis, enseñáis, guiáis, alimentáis y protegéis como a vuestros hijos y esclavos ¡Oh Virgen fiel! Hacedme en todo tan perfecto discípulo, imitador y esclavo de la Sabiduría Encarnada, Jesucristo, vuestro Hijo, que por vuestra intercesión llegue, a imitación vuestra, a la plenitud de la perfección sobre la tierra y de gloria en los cielos. Así sea.

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Apostolado de la Nueva Evangelización 2007



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