Preguntas sin respuesta. El Asesinato del Vicario Apostólico de Anatolia
Monseñor Luigi Padovese O.F M.
Constantinopla/Roma, 12 junio 2010 (Corresponsal). En medio de un pavoroso crecimiento de la persecución contra los cristianos (que todos los años cuesta centenares de víctimas en el mundo, sin que los medios del sistema se hagan eco), se están ocultando muchos aspectos oscuros del asesinato del Vicario Apostólico de Anatolia y Obispo Titular de Monteverde, Luigi Padovese O.F.M. Cap., a quien su condición de "ecumenista" y partidario del "diálogo" con los sectarios de Mahoma no le libró de que éstos le dieran muerte. Se da la paradoja, pues, de que han matado por odium fidei (martirizado, en consecuencia) a quien no se distinguía por su ortodoxia.
En las últimas semanas FARO ha informado de varios asuntos relacionados con Turquía, como su persistencia en negar el genocidio armenio --a la vez que su Gobierno amenaza veladamente con reproducirlo--, o la momentánea interferencia de la web Carlismo.es por crackers turcos.
En lo que se refiere al martirio del Obispo Padovese, un análisis cuidadoso de lo publicado por varios medios y agencias de prensa proporciona luz sobre lo sucedido:
Según la autopsia realizada en Iskenderun, el cuerpo del obispo capuchino, gran defensor del diálogo con el Islam, recibió 20 cuchilladas, ocho de ellas cerca del corazón. Se sabe que Altun atacó al prelado dentro de la casa y que éste logró salir al jardín pidiendo auxilio; allí, su agresor le decapitó. Luego, Altun subió al tejado de la vivienda y, según los testigos, gritó: "He matado al gran Satanás. Alá es grande".
Según la reconstrucción elaborada por los testigos y los líderes católicos en Turquía, Altun llegó a la casa privada de Padovese en Iskenderun acompañado por al menos una o dos personas. "Incluso la policía comienza a admitir que el obispo fue asesinado por al menos dos personas", señala en declaraciones a La Stampa el arzobispo de Esmirna, Ruggero Franceschini. Varios testigos han declarado además que cuando el chófer asesinó al obispo iba protegido por un chaleco antibalas, y hacen notar que fue detenido por la policía militar y no por la estatal.
Los únicos que no olvidaron al obispo mártir fueron los frailes capuchinos que enviaron al aeropuerto a su viceprovincial. Por lo demás, ni la Santa Sede (que ni siquiera ha enviado, como de costumbre, un delegado del Papa al funeral), ni el Gobierno, se han acordado del presidente de la Conferencia Episcopal de Turquía. Así llegó el cuerpo del obispo milanés, Luigi Padovese, ayer por la mañana, en un silencio total, en un contenedor procedente de Ankara. "Suscita estupor y amargura que el vicario apostólico de Anatolia regrese a Italia en un contenedor como un saco de patatas" --protesta el vicepresidente del consejo comunal de Milán, Stefano Di Martino--, y añade: "le honraremos el lunes en la Catedral, aunque era lógico esperar que fuese repatriado con mayor decoro y respeto, y con la participación del gobierno italiano, que debería haber puesto a su disposición un avión de Estado o militar".
El Presidente de la región de Lombardía, Roberto Formigoni no cree en las explicaciones sobre el asesinato de monseñor Luigi Padovese ofrecidas por las autoridades turcas e invita a los ciudadanos a acudir al funeral que se celebrará este lunes en la catedral. "No sólo eso --dice Formigoni--, anuncio que estaré presente y que invito a todos los ciudadanos que pueden asistir al funeral del obispo Padovese que dio un gran testimonio de amor a la fe cristiana, por su comunidad y por la Iglesia universal. Creo --dijo-- que el asesinato de Monseñor Padovese debe ser valorado en toda su gravedad. Las reconstrucciones de su asesinato carecen de cualquier credibilidad. Nos lo explican como la enésima obra de un ser desequilibrado. Francamente, no hay explicaciones convincentes y debemos exigir de las autoridades de Turquía una investigación real que nos diga quién, cómo y por qué mató a Monseñor Padovese, dónde se fraguó, quienes participaron y con qué intereses. También estoy muy triste --añadió-- por la forma en que los restos mortales de Mons. Padovese se transportaron a Italia en un vuelo de carga, confundido entre mercancías, como si no se tratasen de los restos de un ser humano. Debemos ser muchos el lunes por la mañana", concluye.
El Vaticano ha optado por esconder la verdad, por esconder el martirio del Obispo Luigi Padovese, asesinado en una evidente conspiración del ala más integrista del poder turco, en un momento clave para el futuro de Chipre, cuyas aspiraciones de reunificación con Grecia se ven una vez más suspendidas en el aire, mientras el mundo se indigna con la muerte de los turcos que fueron enviados al matadero de Gaza a desviar la atención internacional de lo que sucedía en Chipre. No es casual que los lobbies pro israelíes hayan apoyado siempre a Turquía, fiel aliado del estado sionista y de los EE.UU.
El colmo de arrinconar la verdad para que salga adelante la propia ideología ecuménica:
En las últimas semanas FARO ha informado de varios asuntos relacionados con Turquía, como su persistencia en negar el genocidio armenio --a la vez que su Gobierno amenaza veladamente con reproducirlo--, o la momentánea interferencia de la web Carlismo.es por crackers turcos.
En lo que se refiere al martirio del Obispo Padovese, un análisis cuidadoso de lo publicado por varios medios y agencias de prensa proporciona luz sobre lo sucedido:
Según la autopsia realizada en Iskenderun, el cuerpo del obispo capuchino, gran defensor del diálogo con el Islam, recibió 20 cuchilladas, ocho de ellas cerca del corazón. Se sabe que Altun atacó al prelado dentro de la casa y que éste logró salir al jardín pidiendo auxilio; allí, su agresor le decapitó. Luego, Altun subió al tejado de la vivienda y, según los testigos, gritó: "He matado al gran Satanás. Alá es grande".
Según la reconstrucción elaborada por los testigos y los líderes católicos en Turquía, Altun llegó a la casa privada de Padovese en Iskenderun acompañado por al menos una o dos personas. "Incluso la policía comienza a admitir que el obispo fue asesinado por al menos dos personas", señala en declaraciones a La Stampa el arzobispo de Esmirna, Ruggero Franceschini. Varios testigos han declarado además que cuando el chófer asesinó al obispo iba protegido por un chaleco antibalas, y hacen notar que fue detenido por la policía militar y no por la estatal.
Los únicos que no olvidaron al obispo mártir fueron los frailes capuchinos que enviaron al aeropuerto a su viceprovincial. Por lo demás, ni la Santa Sede (que ni siquiera ha enviado, como de costumbre, un delegado del Papa al funeral), ni el Gobierno, se han acordado del presidente de la Conferencia Episcopal de Turquía. Así llegó el cuerpo del obispo milanés, Luigi Padovese, ayer por la mañana, en un silencio total, en un contenedor procedente de Ankara. "Suscita estupor y amargura que el vicario apostólico de Anatolia regrese a Italia en un contenedor como un saco de patatas" --protesta el vicepresidente del consejo comunal de Milán, Stefano Di Martino--, y añade: "le honraremos el lunes en la Catedral, aunque era lógico esperar que fuese repatriado con mayor decoro y respeto, y con la participación del gobierno italiano, que debería haber puesto a su disposición un avión de Estado o militar".
El Presidente de la región de Lombardía, Roberto Formigoni no cree en las explicaciones sobre el asesinato de monseñor Luigi Padovese ofrecidas por las autoridades turcas e invita a los ciudadanos a acudir al funeral que se celebrará este lunes en la catedral. "No sólo eso --dice Formigoni--, anuncio que estaré presente y que invito a todos los ciudadanos que pueden asistir al funeral del obispo Padovese que dio un gran testimonio de amor a la fe cristiana, por su comunidad y por la Iglesia universal. Creo --dijo-- que el asesinato de Monseñor Padovese debe ser valorado en toda su gravedad. Las reconstrucciones de su asesinato carecen de cualquier credibilidad. Nos lo explican como la enésima obra de un ser desequilibrado. Francamente, no hay explicaciones convincentes y debemos exigir de las autoridades de Turquía una investigación real que nos diga quién, cómo y por qué mató a Monseñor Padovese, dónde se fraguó, quienes participaron y con qué intereses. También estoy muy triste --añadió-- por la forma en que los restos mortales de Mons. Padovese se transportaron a Italia en un vuelo de carga, confundido entre mercancías, como si no se tratasen de los restos de un ser humano. Debemos ser muchos el lunes por la mañana", concluye.
El Vaticano ha optado por esconder la verdad, por esconder el martirio del Obispo Luigi Padovese, asesinado en una evidente conspiración del ala más integrista del poder turco, en un momento clave para el futuro de Chipre, cuyas aspiraciones de reunificación con Grecia se ven una vez más suspendidas en el aire, mientras el mundo se indigna con la muerte de los turcos que fueron enviados al matadero de Gaza a desviar la atención internacional de lo que sucedía en Chipre. No es casual que los lobbies pro israelíes hayan apoyado siempre a Turquía, fiel aliado del estado sionista y de los EE.UU.
El colmo de arrinconar la verdad para que salga adelante la propia ideología ecuménica:
Ante la pregunta de cómo recibió la noticia de la muerte de Mons. Padovese, el Pontífice ha expresado su dolor por la muerte de este prelado que contribuyó a la preparación del Sínodo, y ha asegurado que no se tiene que atribuir a Turquía este trágico evento. "Es seguro que no se trata de un asesinato político o religioso, sino que es un cosa personal. Esperamos todavía todas las explicaciones, pero no queremos mezclar ahora esta situación trágica con el diálogo con el Islam, con todos los problemas de nuestro viaje. Se trata de un caso aparte que nos provoca tristeza, pero que no debería oscurecer de ningún modo el diálogo en todos los sentidos que será el tema y la intención de este viaje".
Fuente: Agencia Faro
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