La carta del Papa
Israel Fernández Amaya / Abogado / fernandezamayabufete@hotmail.com
La realidad nos impone una coincidencia comunicacional derivada de la conducta actualizada de Francisco, devenido en un actor real de la política mundial
La alocución del presidente Maduro de fecha 17-05-16, acompañada de una rueda de prensa, advierte de la decadencia del régimen. Insustancial, repetitiva, vacía, sin originalidad en los planteamientos y respuestas que evidencian una incapacidad total para el cargo del cual hoy es detentador. Esto nos lleva a una seria reflexión, tratando de imaginar el contenido preciso de la misiva enviada por el papa Francisco a Maduro, en días pasados.
Sin precisar ese texto, la realidad nos impone una coincidencia comunicacional derivada de la conducta actualizada de Francisco, devenido en un actor real de la política mundial, actuando como pastor con la seguridad de un líder que sabe de su compromiso con la humanidad y ha tejido elementos de actualización de la Iglesia, sin poses de Santidad, pero profundamente humanista.
Ante la crisis confrontacional entre ese bodrio indigesto y corrupto llamado socialismo del siglo XXI, el Papa tiene en sus manos la doctrina social de la Iglesia, la encíclica "rerum novarum", promulgada por el papa León XIII, respuesta al manifiesto comunista, como postura de la Iglesia aun antes del mismo y complementada por otras que han contribuido a perfilar ese pensamiento. Es el contrapeso que estando vigente, debe esgrimirse como arma redentora ante la opresión que sufre el país.
Esta doctrina social de la Iglesia, es universal, no atribuible a ningún partido político, porque es un concepto religioso y moral. Humanismo pleno, que enfrenta todo lo que oprime al hombre y tiende a una reconciliación en la justicia y el amor, como contrapartida a la opresión y al odio. Defiende la dignidad y los derechos de todos, pero recalca en favor de los más desposeídos.
En este duro trance, infectado de mediocridad, de negación y exclusión, de mentiras, es posible desde la práctica de la fe, esperanza y caridad, establecer la ética, el derecho, la justicia, el bien común, la solidaridad y la subsidiaridad, como elementos reales de coexistencia y desarrollo. Ojalá esa carta, la lea Maduro y la entienda, pero rogamos más que su texto haya tocado este tema. Las vagas y tergiversadas mascaradas del régimen, improvisadas pero con un contenido de sometimiento y control social, exige de este muro moral y religioso para generar conciencia colectiva positiva.
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