Los Presidentes de Copei, Por Luis Hidalgo Parisca

 

 

 

Los Presidentes de Copei, Por Luis Hidalgo Parisca

 

No me refiero a los Presidentes nacionales del Partido desde que este se fundó. No, este artículo está destinado a la mayoría de los actuales Presidentes Regionales de COPEI, quienes en la crisis que ha vivido y sigue sufriendo todavía nuestra querida organización, se han agigantado como líderes emergentes con madera de verdaderos conductores políticos.

 

Se ha dicho que la diferencia entre un líder político y un estadista, radica en el hecho de que mientras el político solo piensa en las próximas elecciones, el estadista lo hace en las próximas generaciones. De la misma forma podemos afirmar, que la diferencia entre un partido ideológico y uno meramente electorero, se fundamenta también en que este último solo tiene por norte ganar las elecciones más inmediatas para el disfrute sensual y egoísta del poder, en tanto que el partido ideológico lucha por alcanzar el poder para hacer realidad sus ideales, plasmados en un proyecto histórico de largo alcance destinado a generar cambios profundos en la sociedad, que apunten al establecimiento de un mundo más justo y más humano, donde los valores del espíritu prevalezcan sobre los de la materia. Eso marca la diferencia entre COPEI y varios de los partidos con quienes comparte espacios en la unidad democrática, de allí que nuestra dirigencia deba distinguirse de esa otra manera de ver y de hacer política.

 

En la actual coyuntura política que enfrenta COPEI, con la clara, notoria y manifiesta intervención de factores personalistas e inmediatistas, acicateados por un logrerismo rampante, que no han vacilado en "vender su alma al diablo", aliándose con nuestros irreconciliables adversarios ideológicos, la dirigencia regional del Partido, liderada por la inmensa mayoría de sus Presidentes y Secretarios Generales regionales, se ha erguido en el principal muro de contención a la aviesa intención de destruir a la Democracia Cristiana venezolana, pretendiéndola convertir en una complaciente dama de compañía del más nefasto régimen antinacional que haya conocido la República, solo para satisfacer el ego de cierto liderazgo venido a menos, debido a la secuencia de errores cometidos de manera persistente en los últimos tiempos.

 

Esos Presidentes regionales constituyen hoy día la más sólida garantía del mantenimiento de la pureza ideológica socialcristiana. Son ellos los guardianes de todo nuestro acervo histórico y cultural. Ellos, con una elevada madurez política, haciendo gala de una gran responsabilidad personal y con una reciedumbre a toda prueba, dieron un alto a la invasión mercenaria que, cobijada bajo una presunta defensa de derechos violados a las regiones, trató de confundir y enredar al Partido para asaltarlo judicialmente al amparo de la tiranía que sojuzga a Venezuela.

 

Vaya a esos extraordinarios líderes regionales nuestro reconocimiento formal, no solo porque hayan sido solidarios con las autoridades nacionales electas, sino especialmente por haber sido fieles a la tradición, a la historia, al compromiso ético y a la doctrina del movimiento social cristiano venezolano. A esa dirigencia regional de COPEI, dignamente representada en las personas de sus Presidentes y Secretarios Generales: Rogelio Boscán, Juan Ernesto Gonzáles, Walter Aranguren, Arquímedes Fajardo,  Jesús Ganem, Fernando Monsalve, Juan Núñez, Hember Meléndez, Morel Rodríguez, José Pereira, Denis Mirabal, Eleazar Silva, Mario Acosta, Carlos Valdivieso, Ednardo Bravo, Rafael Chirinos, Alfonzo Andara, Julio Tova, Martín Cedeño, Adolfo Borges, Álvaro Peña, Víctor Cequea, Jorge Carvajal, Emilio Bello, Víctor Montilla, Marlene Hernández, Octavio Espinoza, Luis Miguel Rivero, Mirian López, José Núñez, Daniel Rodas y Rogelio Díaz, a todos ustedes, respetados y queridos compañeros, gracias, muchas gracias, por su fortaleza, por su convicción y por su digna actuación personal. También un reconocimiento particular al Presidente de COPEI Miranda, Enrique Mendoza, quien aun discrepando de ciertas posiciones de la Dirección Nacional electa, tuvo el decoro y la nobleza de rectificar y acoger la institucionalidad representada por la mayoría de sus colegas.

 

 

Luis Hidalgo Parisca

 

 

Caracas, 15 de mayo de 2016