Capellán de la UNICA
Uno de los valores más importante que el cristianismobrinda a la humanidad es el poder siempre apostar por el futuro, la esperanza. ElEvangelio de Jesús consiste en un llamado a construir un mundo nuevo, cada vezmejor. El sentido de la historia se vive cuando no nos resignamos a ser lomismo, a dejar las cosas como están. Tampoco vivir en la añoranza, pensandosiempre en el pasado. Por eso, sin querer ser propagandista de una opciónpolítica, puedo afirmar con plena libertad y responsabilidad que me gustó eldiscurso del candidato opositor la noche de su postulación cuando dijo, más omenos, que no podemos vivir del pasado como quien retrocede, ni podemosquedarnos en el presente como quien se estanca. Debemos avanzar hacia elfuturo. Y lo complementa con su lema “hay un camino” y su simbólica invitacióna montarnos en el autobús del progreso.
Esto es un lema electoral como lo fue “el cambio va” dela campaña de Rafael Caldera de 1968 o aquellas exitosas palabras del hoypresidente Chávez ante el fracaso del golpe de 1992, “por ahora”, que le ganóla admiración popular porque prometía un futuro mejor. Sin embargo, el discursode Capriles, en la actual realidad, es necesario porque nos indica que unanueva sociedad es posible. No es pensar que alguien se comprometa a realizarlopor nosotros, como mesías redentor, sino porque nos invita a montarnos en estatarea (el autobús del progreso).
Demodo que nuestra acción no se limita a darle el voto, sino a ser protagonistade nuestra común historia. Si nos sentimos desafiados, dinamicemos todo nuestroser pensando que ni el pasado ni el presente han dado las respuestas que hemos necesitado para elprogreso humano que soñamos.
Debo expresar, una vez más, que nos conviene escuchar ala Iglesia que vive en un caminar continuo hacia el futuro trascendente, encontinua renovación, en continua conversión, planeando nuevos proyectos. ComoElla, Venezuela debe abrirse caminos nuevos. No nos conformemos con callejones,nuestro horizonte es inmenso, necesitamos más que autopistas. Somosconstructores de una nueva sociedad.
Esto nos indica que tenemos más preguntas que respuestas,más desafíos que soluciones. Debemos comenzar a buscarnos los unos a los otrosy empezar a concretar unidos las respuestas y las soluciones. Debemostransformar el sistema económico para hacerlo más justo, solidario, para eldesarrollo integral de todos. Dejemos de gastar esfuerzos en defender sistemaspasados que nos han hecho mucho daño y nos llevan al fracaso de siempre. Bastade asegurar que el capitalismo liberal o el comunismo es la solución. Meresisto a creer que no hay vías nuevas. Sería decir que no hay futuro. Si el“autobús del progreso” significa copiar estos sistemas viejos, yo no me monto.Construyo otro, no me quedo parado, ni retrocedo. Estamos obligados a sercreativos.
Para finalizar estas pequeñas notas, sólo me quedainvitarles a que unidos construyamos el futuro, recuperando así la democracia,donde es posible la participación libre y responsable. Pues, nos correspondefortalecer la sociedad civil, hacia una Venezuela de progreso humano.
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