Asistimos a la creación de una nueva tiranía. Por paradójico que pueda sonar lo cierto es que en la actualidad las sociedades de occidente caminan a pasos agigantados hacia la construcción de una nueva forma de tiranía jamás vista en la historia humana.
Históricamente ha habido muchas tiranías, en todos los tiempos y en todos los lugares es posible encontrar individuos o regímenes que han impuesto su dominación mediante la fuerza bruta; asesinando, torturando, causando terror, eliminando a todos sus opositores para instaurar un dominio férreo sobre los demás individuos. A estos modos de gobierno se les ha llamado tiranías y a sus cabecillas tiranos. Los métodos fueron siempre los mismos: violencia, terror, muerte, cárceles, destierros, sangre. El uso de estos métodos hace posible ubicar todas las tiranías que han existido en una sola gran familia de tragedias humanas.
Un ejemplo bastante elocuente de una tiranía lo podemos encontrar en los países en que el comunismo impuso su dominio durante el siglo pasado. Rusia en la época de Lenin y Stalin fue un verdadero charco de sangre humana, diariamente se producían verdaderas matanzas de enemigos del gobierno y los cadáveres se amontonaban y se arrojaban a fosas comunes. También el régimen nazi en Alemania fue causante de miles de muertes.
Por tanto puede parecer extraño y equivocado decir que actualmente las sociedades occidentales están caminando hacia la creación de una nueva tiranía, pues por ninguna parte se ven estas grandes atrocidades de las tiranías del pasado. Por el contrario, tal vez nunca en la historia el hombre se había sentido tan libre y tan dueño de elegir por sí mismo su manera de vivir y su manera de pensar autónomamente. ¿Qué queremos decir entonces al afirmar que se está construyendo ante nuestros ojos una nueva forma de tiranía?
En la primera mitad del siglo XX vivió en Italia un escritor italiano miembro del Partido Comunista, se llamaba Antonio gramsci. Durante la época del gobierno de Mussolini gramsci fue encarcelado y murió estando aún prisionero. En la cárcel gramsci escribió algunos cuadernos donde expuso sus propias teorías acerca del futuro del comunismo. Según gramsci el comunismo tal y como se estaba practicando en Rusia estaba destinado al fracaso, el uso exclusivo de la violencia y de la represión física como método de imposición de la ideología comunista le parecía insuficiente. En lugar de esto gramsci proponía la utilización de una nueva estrategia para hacer triunfar el comunismo en las sociedades occidentales. Su estrategia era más o menos la siguiente.
Lo que había que hacer era transformar la cultura de los países occidentales. Gramsci se dio cuenta de que por más masacres que se realizaran, a la larga el hombre occidental terminaría tarde o temprano por luchar contra la dominación y el yugo comunista. Por lo tanto lo que realmente había que hacer era utilizar todos los medios posibles para transformar la mentalidad de las personas, influir de tal manera en los valores de las sociedades que estas al fin terminarán pensando según la ideología comunista. De esta manera sería innecesario el uso de la violencia y de la fuerza pues las mismas sociedades decidirían voluntariamente vivir según el comunismo.
Lo que gramsci proponía era nada más y nada menos que la transformación de la cultura occidental, la eliminación de todos los valores que durante siglos habían formado la base de los países de la antigua cristiandad: la religiosidad, el respeto a la autoridad, el respeto a la jerarquía, la veneración por la familia, la visión trascendente y espiritual de la vida, el respeto por la moral cristiana y natural, etc. todos estos eran precisamente los obstáculos que según gramsci impedían el triunfo de la visión comunista de la sociedad y del hombre, por tanto había que eliminarlos a toda costa si se quería en realidad el triunfo del comunismo.
Obviamente no era una tarea fácil, la cultura cristiana occidental había sido el fruto de largos siglos de tradición. Todos los países europeos nacieron en el seno de la cristiandad y fueron desde sus inicios 'bautizados' por la Iglesia. Los valores, los principios y la manera de ver al hombre y a la vida fruto del cristianismo estaban profundamente arraigados en la conciencia del hombre occidental y era casi que imposible pensar en que las cosas pudieran ser de otra manera. Sin embargo gramsci aseguraba que con todo lo difícil que podía parecer era el único camino posible y por eso hacía un llamado a los comunistas del mundo entero para qué iniciarán cuanto antes la implementación de esta nueva estrategia.
Han pasado más de 70 años desde que gramsci formuló su teoría y hoy podemos contemplar a nuestro alrededor el triunfo total de la ideología comunista. Y aunque muchos pudieran pensar que nos equivocamos pues vivimos en países 'capitalistas', 'democráticos' y 'liberales', lo cierto es que la concepción materialista de la vida, la concepción según la cual el ser humano no es nada más que una simple máquina al servicio de la producción de bienes de consumo, la concepción según la cual la única ocupación del hombre debe ser la construcción de un paraíso terrenal en el cual estén totalmente ausentes todo tipo de valores espirituales, religiosos y trascendentes, en una palabra, la concepción comunista de la vida se ha impuesto de manera total en nuestras sociedades.
Es un error creer que el comunismo sea ante todo un modelo económico o un modelo político determinado. El comunismo es sobre todas las cosas una concepción integral acerca del hombre y el mundo. Ver al comunismo solamente como un sistema económico o político hace imposible comprender lo que en realidad pasa actualmente. El comunismo no es solamente la abolición de la propiedad privada, no es solamente la lucha por el triunfo del 'proletariado', no es sólo el esfuerzo por destruir las clases sociales. El comunismo es la ideología según la cual el hombre es un animal más cuya única tarea es permanecer en este mundo por algún tiempo y luego desaparecer sin dejar rastro.
Ahora bien, resulta que esta forma materialista de ver la vida se ha impuesto finalmente en todas las sociedades occidentales y constituye lo que llamábamos al principio la 'nueva tiranía'. Y es quizá la tiranía más absoluta que ha existido jamás, pues se trata de una tiranía que ata el pensamiento de los hombres, se trata de una tiranía que silencia la voz de las conciencias, se trata de una tiranía que no encadena el cuerpo pero si las almas de los hombres, se trata de una tiranía que impide al hombre pensar de manera diferente, se trata de una tiranía que mantiene exiliados socialmente a todos los que opinen distinto de lo que ella ha establecido, se trata de una tiranía que controla la interioridad de las personas diciéndoles que deben pensar; en verdad ningún tirano del pasado pudo jamás construir una tiranía semejante, podían construir cárceles y asesinar a sus opositores pero en algún momento sus súbditos se revelaban y le cortaban la cabeza.
La más perfecta tiranía es aquella en la cual sus súbditos están 'conformes' y no se les pasa por la cabeza la idea de rebelarse pues piensan que su estado no podría ser mejor.
Entonces ¿se trata de una situación sin esperanza? ¿El hombre occidental está fatalmente destinado a perecer bajo el yugo de esta nueva tiranía materialista? Tal parece que sí. Persuadir al hombre actual de su estado de esclavitud bajo la ideología materialista es casi imposible. Pero hay un hecho que puede dar todavía algo de esperanza y es que hace 70 años parecía también imposible convencer a los hombres de rechazar 2000 años de historia para abrazar la visión comunista de la vida y sin embargo 70 años después lo han logrado.
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