NOTITARDE, Caracas, 30 de Abril de 2012
Jesús es el Buen Pastor (Jn. 10, 11-18)
Pbro. Lic. Joel de Jesús Núñez Flautes
El domingo cuarto de Pascua es conocido como el domingo del Buen Pastor, porque en este día se lee dentro de la liturgia eucarística el texto del evangelio de Juan que nos presenta a Jesús afirmando que Él es el Buen Pastor. En este domingo, de manera especial, se celebra en toda la Iglesia Universal la Jornada de Oración por las vocaciones sacerdotales y religiosas, para pedir al Señor que nos regale sacerdotes y almas consagradas según su corazón de Buen Pastor. A partir de este día comienza en Venezuela la Jornada Vocacional en todas las parroquias del país.
En el evangelio de hoy se nos narra la parábola del Buen Pastor y se nos presenta tres afirmaciones de Jesús: 1. "Yo soy el Buen Pastor". Jesús se compara a Sí mismo con un pastor que cuida de las ovejas y da la vida por ellas. Así Jesús da la vida por toda la humanidad. No es como el asalariado que descuida el rebaño, deja que el lobo entre y se coma a las ovejas y se va sin importarle el rebaño, porque las ovejas no le pertenecen. Jesús deja claro que Dios no abandona a sus hijos, no permite que el mal ni el demonio destruyan a sus seguidores, cuida de quienes escuchan su voz y los conduce a un camino seguro. Jesús conoce a quienes le siguen, conoce sus necesidades, sus problemas, sus esperanzas y sus discípulos auténticos son aquellos que lo reconocen como verdadero Dios, como Pastor amoroso y como Salvador de la humanidad. El conocer implica más que la acción intelectiva, significa la unión entre el Pastor y las ovejas, entre Jesús y sus discípulos, expresa el amor que une al Pastor y sus seguidores.
2. Jesús habla de un solo rebaño, donde reúne a las ovejas que le siguen y va en busca de otras ovejas para que formen parte de este único rebaño, para que haya un solo rebaño y un solo Pastor. Aquí hay una clara alusión de Jesús a la Iglesia que Él vino a formar, al Pueblo de Dios, a la Comunidad de sus discípulos. La Iglesia de Cristo es y será siempre misionera; esa misión comenzó entre los judíos, luego por los gentiles y se extendió por el mundo entero. La pertenencia al rebaño del Señor no se da por la raza, cultura, condición social, sino escuchando la voz de Jesús y profesando la fe en Él como Dios y hombre verdadero, que unido al Padre y al Espíritu Santo, en estrecha comunión de amor son un solo Dios. Jesús fundó una sola Iglesia y Él es el Pastor de ese Pueblo de creyentes; Él envió a sus apóstoles para que fueran por todo el mundo a predicar la Buena Nueva del Reino de Dios y esta Iglesia lleva ya más de dos mil años de existencia y sigue predicando y haciendo presente a Cristo en medio de todos los pueblos para lograr que haya un solo rebaño, bajo un solo Pastor.
3. El Pastor que nosotros seguimos fue capaz de dar la vida por nosotros. Es tanto el amor de Dios por sus hijos, es tan grande su fidelidad para quien le sigue y escucha su voz, que fue capaz de enviar a su Hijo al mundo para que Éste diera su vida en rescate por toda la humanidad y para que resucitando nos indicara el destino, el fin, la meta a la que Dios nos llama: el no sólo tener vida plena en este mundo, sino alcanzar luego vida eterna, vivir en Dios y con Dios para siempre, contemplando su rostro, gozando para siempre de su amor.
Hoy, cuando hablamos de Jesús como Buen Pastor, es inevitable pensar en los pastores del Pueblo de Dios; en el Papa, los obispos y sacerdotes que Dios ha elegido para guiar a su rebaño, para que continúen, bajo la asistencia del Espíritu Santo, su misión en el mundo; para que cada día sean muchos más los que logren encontrar el camino que conduce a la paz, la felicidad y vida plena. Necesitamos tener pastores santos, según el corazón de Cristo; es imperiosa la oración para que tengamos trabajadores en la mies del Señor. Necesitamos sacerdotes y religiosas que sean en medio del mundo reflejo del amor de Dios. También es necesario orar para tener vocaciones laicales que hagan que muchos hombres y mujeres sean testigos de Dios en medio de sus actividades cotidianas, que prediquen con su vida lo que es capaz de hacer Dios cuando toca y transforma la vida de un ser humano con su Espíritu Santo.
Pidamos al Señor que nos regale vocaciones santas a la vida sacerdotal, religiosa y laical, para que su Iglesia siga siendo en el mundo signo de su amor y su presencia.
IDA Y RETORNO: Muchas personas me escriben o me dicen personalmente que están realizando la propuesta de la campaña que aquí propusimos: "Un rosario diario por Venezuela". En el Seminario lo seguimos haciendo y lo haremos hasta el próximo 7 de octubre para implorar a Jesús por medio de María que nuestra patria crezca en progreso, unidad, paz, reconciliación, justicia, libertad, seguridad, democracia y bienestar para todos. Que los planes del demonio sean vencidos, que no triunfe el mal, sino que reine en medio de nosotros el amor de Dios y su poder. Que la violencia y la cultura de la muerte sean derrotadas con su ayuda y con el crecimiento de los valores cristianos en la vida de los que habitamos en este hermoso país.
Jesús es el Buen Pastor (Jn. 10, 11-18)
Pbro. Lic. Joel de Jesús Núñez Flautes
El domingo cuarto de Pascua es conocido como el domingo del Buen Pastor, porque en este día se lee dentro de la liturgia eucarística el texto del evangelio de Juan que nos presenta a Jesús afirmando que Él es el Buen Pastor. En este domingo, de manera especial, se celebra en toda la Iglesia Universal la Jornada de Oración por las vocaciones sacerdotales y religiosas, para pedir al Señor que nos regale sacerdotes y almas consagradas según su corazón de Buen Pastor. A partir de este día comienza en Venezuela la Jornada Vocacional en todas las parroquias del país.
En el evangelio de hoy se nos narra la parábola del Buen Pastor y se nos presenta tres afirmaciones de Jesús: 1. "Yo soy el Buen Pastor". Jesús se compara a Sí mismo con un pastor que cuida de las ovejas y da la vida por ellas. Así Jesús da la vida por toda la humanidad. No es como el asalariado que descuida el rebaño, deja que el lobo entre y se coma a las ovejas y se va sin importarle el rebaño, porque las ovejas no le pertenecen. Jesús deja claro que Dios no abandona a sus hijos, no permite que el mal ni el demonio destruyan a sus seguidores, cuida de quienes escuchan su voz y los conduce a un camino seguro. Jesús conoce a quienes le siguen, conoce sus necesidades, sus problemas, sus esperanzas y sus discípulos auténticos son aquellos que lo reconocen como verdadero Dios, como Pastor amoroso y como Salvador de la humanidad. El conocer implica más que la acción intelectiva, significa la unión entre el Pastor y las ovejas, entre Jesús y sus discípulos, expresa el amor que une al Pastor y sus seguidores.
2. Jesús habla de un solo rebaño, donde reúne a las ovejas que le siguen y va en busca de otras ovejas para que formen parte de este único rebaño, para que haya un solo rebaño y un solo Pastor. Aquí hay una clara alusión de Jesús a la Iglesia que Él vino a formar, al Pueblo de Dios, a la Comunidad de sus discípulos. La Iglesia de Cristo es y será siempre misionera; esa misión comenzó entre los judíos, luego por los gentiles y se extendió por el mundo entero. La pertenencia al rebaño del Señor no se da por la raza, cultura, condición social, sino escuchando la voz de Jesús y profesando la fe en Él como Dios y hombre verdadero, que unido al Padre y al Espíritu Santo, en estrecha comunión de amor son un solo Dios. Jesús fundó una sola Iglesia y Él es el Pastor de ese Pueblo de creyentes; Él envió a sus apóstoles para que fueran por todo el mundo a predicar la Buena Nueva del Reino de Dios y esta Iglesia lleva ya más de dos mil años de existencia y sigue predicando y haciendo presente a Cristo en medio de todos los pueblos para lograr que haya un solo rebaño, bajo un solo Pastor.
3. El Pastor que nosotros seguimos fue capaz de dar la vida por nosotros. Es tanto el amor de Dios por sus hijos, es tan grande su fidelidad para quien le sigue y escucha su voz, que fue capaz de enviar a su Hijo al mundo para que Éste diera su vida en rescate por toda la humanidad y para que resucitando nos indicara el destino, el fin, la meta a la que Dios nos llama: el no sólo tener vida plena en este mundo, sino alcanzar luego vida eterna, vivir en Dios y con Dios para siempre, contemplando su rostro, gozando para siempre de su amor.
Hoy, cuando hablamos de Jesús como Buen Pastor, es inevitable pensar en los pastores del Pueblo de Dios; en el Papa, los obispos y sacerdotes que Dios ha elegido para guiar a su rebaño, para que continúen, bajo la asistencia del Espíritu Santo, su misión en el mundo; para que cada día sean muchos más los que logren encontrar el camino que conduce a la paz, la felicidad y vida plena. Necesitamos tener pastores santos, según el corazón de Cristo; es imperiosa la oración para que tengamos trabajadores en la mies del Señor. Necesitamos sacerdotes y religiosas que sean en medio del mundo reflejo del amor de Dios. También es necesario orar para tener vocaciones laicales que hagan que muchos hombres y mujeres sean testigos de Dios en medio de sus actividades cotidianas, que prediquen con su vida lo que es capaz de hacer Dios cuando toca y transforma la vida de un ser humano con su Espíritu Santo.
Pidamos al Señor que nos regale vocaciones santas a la vida sacerdotal, religiosa y laical, para que su Iglesia siga siendo en el mundo signo de su amor y su presencia.
IDA Y RETORNO: Muchas personas me escriben o me dicen personalmente que están realizando la propuesta de la campaña que aquí propusimos: "Un rosario diario por Venezuela". En el Seminario lo seguimos haciendo y lo haremos hasta el próximo 7 de octubre para implorar a Jesús por medio de María que nuestra patria crezca en progreso, unidad, paz, reconciliación, justicia, libertad, seguridad, democracia y bienestar para todos. Que los planes del demonio sean vencidos, que no triunfe el mal, sino que reine en medio de nosotros el amor de Dios y su poder. Que la violencia y la cultura de la muerte sean derrotadas con su ayuda y con el crecimiento de los valores cristianos en la vida de los que habitamos en este hermoso país.
Fotografía: Intervención de Virginie Amo B.
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