A día de hoy, cuando en España si se habla de política en el entorno familiar o entre amigos, parece que todo el mundo tiene asumido que en las próximas elecciones generales todo se decidirá entre PP y PSOE. Está claro, han sido los partidos mayoritarios durante los últimos 29 años, ¿por qué iba a cambiar esto ahora?
Indaguemos un poco en la historia de las democracias europeas. Si bien el origen del bipartidismo como tal se suele establecer en los años siguientes a la revolución francesa, en los que conservadores y liberales se repartían el poder, con la llegada de los movimientos obreros y la aparición de nuevos ideales, el bipartidismo se rompe en gran parte de Europa creando sistemas multipartidistas que se han mantenido en la mayor parte de las democracias.
Aquí quiero hacer un alto para dejar algo claro. Hay que entender que pese a que todos los países europeos compartan el sistema democrático, los sistemas electorales varían notablemente de unos países a otros, y esto es algo que afecta de forma directa a cómo se disfruta de la democracia en unos países y otros.
Dicho esto, seguimos con el caso del Reino Unido. Su sistema electoral, que se ha mantenido prácticamente intacto con el paso de los años pese a pequeñas modificaciones, se dice que es el que más potencia el bipartidismo, por lo que se considera como uno de los grandes ejemplos de sistema bipartidista en Europa.
El sistema electoral británico elige a los 659 (un número que ha variado con los años) parlamentarios, representates del pueblo, o más conocidos históricamente como los comunes. Cada uno de estos parlamentarios se elige en una circunscripción distinta. En cada una de estas circunscripciones se elige al representante por mayoría simple y a una única vuelta, de tal modo que en caso de haber 5 candidatos, únicamente con un 21% se podría conseguir la representación, cayendo el resto de votos en saco roto [nota-1].
Este sistema ha provocado que desde sus inicios, dos partidos se hayan alternado al poder, conservadores y liberales. Pero en el último siglo (después de la última victoria de los liberales en el año 1910), los laboristas se ha hecho un hueco e incluso han llegado a alternarse al poder con los conservadores en las últimas décadas, dejando relegado al partido liberal a un tercer lugar. Se puede decir que pese al sistema electoral propenso al bipartidismo, los votantes pudieron romper con él.
Ahora volvemos al caso de España. Cómo bien he dicho al principio existe la extraña creencia popular de que el sistema político español en la actualidad se reduce a un sistema bipartidista en el que las únicas opciones a nivel nacional son el PP y el PSOE, de tal modo que no existe la posibilidad de que ningún otro partido alcance relevancia o les pueda hacer sombra.
Y es cierto, esto ha prácticamente así durante los últimos 29 años, pero recapitulemos un poco y observemos los resultados de las primeras elecciones democráticas en España del año 1977:
II: Resultados de las elecciones generales de 1977
Aquí podemos observar algo interesante. Alianza Popular (AP), el partido que más tarde constituiría junto al Partido Demócrata Popular y el Partido Liberal el Partido Popular (PP), solamente obtuvo una representación de 16 escaños. Cierto es que entonces el partido mayoritario fue el ya desaparecido Unión Centro Democrático (UCD), y que fue tras su descalabro en las elecciones de 1982 cuando AP pasó de los 10 escaños de 1979 a los 107 escaños de 1982.
Con esto nos queda claro que el bipartidismo en España no existe, somos los votantes los que decidimos qué partidos están en el gobierno, y en el pasado ya tenemos un ejemplo de descalabro de un partido (CDS) que fue castigado en las urnas permitiendo que otro partido (AP – PP) pudiera ganar relevancia en el sistema político Español.
Pero está claro, para poder conseguir que otros partidos sustituyan a PP y PSOE necesitamos demostrarlo en las urnas. La abstención no es una solución, ya que la masa de votantes que movilizan ambos partidos seguirá yendo a las urnas, haciendo que la abstención como castigo se transforme en algo completamente anecdótico. Así que, todos los que no queremos que estos partidos continúen manipulando el poder en España, debemos dar una oportunidad a los partidos minoritarios para intentar conseguir que poco a poco dejen de ser tan minoritarios y puedan hacerse oír en el parlamento.
En definitiva, el bipartidismo en toda democracia no es más que una ilusión creada por los propios votantes, y está en manos de los propios votantes romperlo. ¿Estás dispuesto a colaborar?
[nota-1]: Este sistema ha sido recientemente fuertemente cuestionado y ha sido llevado a un referéndum en el que se planteaba la instauración de un voto alternativo. Con este voto alternativo, en caso de que el ganador no obtuviera mayoría absoluta, se recontarían los votos alternativos emitidos por los votantes para ver qué candidato superaba el 50%. Los resultados del referéndum se presentaron el pasado 6 de mayo con un resultado negativo.
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