Gabriel Insausti. París
Es uno de los 40 llamados “inmortales” que se sienta en la Académie Française, en el espléndido edificio barroco del Collège de France junto al Sena. Pero Marc Fumaroli (Marsella, 1932) es mucho más que eso: ante todo, es uno de los intelectuales más respetados del panorama europeo actual, uno de los últimos grandes humanistas. Experto en la historia de la literatura y el pensamiento europeos de los siglos XVII y XVIII, el sabio galo habla en exclusiva para LA GACETA sobre el intervencionismo del Estado en materia cultural –él fue uno de sus primeros críticos, allá por el final de los años setenta–, sobre su aprecio por la obra del español Baltasar Gracián o sobre una de las grandes debilidades de la sociedad de hoy: el hecho de que la educación viva, según sus propias palabras, “humillada”.
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