El rol de Copei a sus 70 años, por Roberto Enriquez

 

 

 

 

 

                                                     El rol de Copei a sus 70 años, por Roberto Enriquez

 

Copei es un partido profundamente comprometido con la democracia; así lo hemos demostrado en 70 años de historia, con aciertos y errores, pero estamos profundamente imbricados con los valores democráticos. Copei es y seguirá siendo un partido de oposición honesta, pacifica, constitucional, clara y nunca disimulada a este Gobierno; siempre dijimos en los momentos más difíciles que no le fallaríamos a Venezuela. Que satisfacción me da poder decir, en el marco de este 70 aniversario, que los copeyanos no le fallamos a Venezuela.

 

Copei es un partido que tuvo la madurez política y la grandeza histórica  de atreverse a pactar por la democracia, a construir un pacto con un programa mínimo común en función de los más elevados intereses nacionales. Hoy puedo decir: teniendo claro que el pasado se quedó en el pasado con sus virtudes y defectos,  asertividades y omisiones; pero  mirando al futuro lleno de optimismo; que el pacto de punto fijo, ha sido uno de los más grandes aciertos en la historia republicana venezolana, para garantizar cambios, estabilidad democrática y prosperidad social. Duélale a quien le duela. Hoy el tiempo implacable está callándole la boca a quienes difamaron el proyecto democrático nacido en 1958.

 

Ciertamente hoy estamos en un tiempo diferente y nos toca hablar y ocuparnos del futuro, pero no se puede construir el futuro mintiendo, difamando y desacreditando  la historia de Venezuela. En ese futuro que tenemos que construir y en este presente que debemos corregir, la palabra pacto en función de los más sagrados intereses nacionales vuelve a cobrar vigencia. Venezuela nos pertenece a todos y entre todos debemos cuidarla.

 

Es allí en donde veo a Copei, cociendo el tejido democrático, conectando factores de cambio y siendo garante de paz. En fin; trabajando en la construcción de un nuevo pacto por Venezuela para salir de la crisis.  Soy un convencido de que Dios tiene un plan para cada uno de nosotros. Ciertamente nos da el libre albedrio, pero cuando nos ocurre algo imprevisto, que en las primeras de cambio nos impacta negativamente, al pasar el tiempo, comenzamos a ver la caligrafía de Dios y entender que todo tenía su razón de ser. El hecho de que por primera vez en su historia Copei no tenga fracción parlamentaria no tiene porqué  ser una fatalidad, por el contrario, puede ser la oportunidad para convertir a Copei en un gran armador del juego democrático.

 

La experiencia sufrida por Copei ha sido muy dura. Pero estamos obligados a aprender de ella sin reconcomios. Mirar el horizonte, asumir nuestra realidad, y ponernos con renovados bríos al servicio de Venezuela. En Venezuela las cosas deben cambiar; lo novedoso, es que el primer cambio que debemos impulsar es hacer valer la Constitución y los derechos humanos, políticos, sociales y económicos que la misma nos da a los venezolanos.

 

"El mal no se derrota haciendo el mal, al mal se le derrota haciendo el bien", nos recuerda el Papa Francisco. Las zancadillas, las envidias, las infamias, las maledicencias son el quehacer de los zorros de la sombra, de los maniobreros de la oscuridad; a ellos los dejamos atrás, seguirán maniobrando y conjurando; en fin, esa es su naturaleza. Pero el rol de Copei en la Venezuela de este tiempo es actuar con grandeza, promover cambios para el bien del pueblo, evitar la violencia y promover la paz de la vida, la alegría y la esperanza; no el silencio de los sepulcros.

 

 Cada dificultad debe dejarnos un aprendizaje. En Copei no podemos quedarnos absortos viéndonos al ombligo y refunfuñando lamentos; cuando Venezuela necesita tantos políticos, tantos buenos políticos. Cuando Venezuela necesita que nos ocupemos de ella con el mayor amor venezolanista. Copei está para jugar un rol estelar por el bien común de los venezolanos. ¡Larga vida para Copei!